Un lugar de Almería donde lágrimas púrpura emergen de las entrañas de la tierra

En el Parque Natural Cabo de Gata-Níjar, un antiguo arrecife volcánico esconde un tesoro industrial explotado hasta el primer tercio del S. XX


Granates a simple vista en el suelo del volcán

ALMERÍA HOY / 29·07·2025

En el árido y fascinante paisaje del Parque Natural Cabo de Gata-Níjar, la tierra cuenta historias milenarias de fuego y mar. Entre sus caprichosas formas volcánicas, emerge un misterio geológico de un intenso color rojo,no por la arcilla o las rocas ferrosas que tiñen otros parajes sino por un tesoro oculto: los granates del volcán de Níjar. Pequeñas "gemas" que, lejos de adornar joyas, han sido durante décadas un pilar silencioso, pero importante de la industria moderna en Almería.

Contrario a la imagen popular de un volcán cónico, la peculiar forma del Hoyazo de Níjar no es la de un cráter clásico, sino el vestigio de un fenómeno geológico mucho más singular. Estamos ante los restos de una estructura arrecifal miocena que creció sobre los materiales volcánicos submarinos de una caldera. El mar ha erosionado la roca volcánica circundante, dejando al descubierto esta bioherma de arrecife, rica en algas y corales fosilizados, que con el tiempo ha sido impregnada por los magmas volcánicos que también generaron los famosos granates. Lo que vemos hoy es, en esencia, un antiguo arrecife que ha sido elevado y modelado por la erosión, ofreciendo un paisaje único en el mundo.

Uno de los accesos al Hoyazo de Níjar

UN TESORO CON DUREZA DE ACERO

¿Pero qué hace tan especiales a estos granates? No se trata de las piedras preciosas que lucen en anillos obispales, sino de minerales industriales. Los granates de Níjar, principalmente del tipo almandino y piropo, se distinguen por dos propiedades clave: su extraordinaria dureza, que oscila entre 6.5 y 7.5 en la escala de Mohs (cercana a la del cuarzo y el topacio), y su fractura angular. Estas características los convierten en un abrasivo natural excepcional.

La historia de su explotación en Níjar se remonta al siglo pasado, cuando la erosión de este particular "volcán-arrecife" depositó ingentes cantidades de estas arenas granatíferas en la conocida "rambla de las granatillas". Aquí, la extracción, aunque rústica en sus inicios, dio vida a una industria local que floreció hasta la década de 1930.

Los granates de Níjar se han utilizado en un sinfín de aplicaciones industriales por su capacidad de pulir, cortar y limpiar materiales con una eficacia sorprendente:

Abrasivos de primera línea: Son el alma de muchos papeles de lija de alta calidad, ideales para trabajar madera o metales.

Granallado (Sandblasting): Constituyen un medio eficaz y seguro para la limpieza de superficies, desde cascos de barcos hasta grandes estructuras metálicas, eliminando óxido y pintura sin los riesgos para la salud asociados a otros abrasivos como la sílice.

Corte por chorro de agua: Quizás su uso más espectacular. Mezclados con agua a alta presión, los granates permiten realizar cortes de precisión en materiales tan diversos como metales, cerámica, piedra e incluso vidrio, sin generar calor, lo que evita deformaciones.

Filtración: También se emplean como medio filtrante en el tratamiento de aguas y solventes, aprovechando su resistencia química y su estructura granular.

La posibilidad de que los granates de Níjar se utilizaran en las escaleras del metro de Madrid para evitar resbalones ha sido una idea planteada; no obstante, la realidad documentada es que su verdadero valor ha estado ligado siempre a su potencial como abrasivo industrial.

Hoy, la zona del Hoyazo de Níjar, dentro de un parque natural protegido, es un testimonio vivo de la geotermia pasada y de un recurso natural explotado con ingenio. Los granates de Níjar son un recordatorio de cómo la geología más insospechada puede esconder tesoros que, no solo brillan por su belleza ornamental, sino que también nos conectan con su utilidad en otra época y, quién sabe, si en un futuro, podrían encontrar nuevas aplicaciones en el ámbito industrial.

Si la curiosidad te ha llamado y sientes la necesidad de visitar este paraje, recuerda algo fundamental: está prohibido coger estas pequeñas joyas que la naturaleza ofrece. Son parte de un ecosistema protegido.
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