ALMERÍA HOY / 10·12·2025
La investigación de la Guardia Civil sobre el asesinato del menor en Garrucha apunta a que la pareja de la madre no solo violó y golpeó hasta la muerte al niño el día de los hechos, sino que lo maltrataba habitualmente con anterioridad, según se desprende del auto de ingreso en prisión del juzgado de Vera.
El auto, dictado por la Sección Civil y de Instrucción número 4 del Tribunal de Instancia de Vera, recoge que el hombre agredía y golpeaba de forma frecuente al menor cuando se quedaba a su cargo en la vivienda, incluso habiéndole llegado a fracturar un hueso del brazo del niño en una ocasión. Los investigadores creen que estas agresiones previas se producían "posiblemente con conocimiento" de la madre.
La agresión mortal y la presencia de la madre
El día del crimen, el pasado 3 de diciembre, la progenitora se ausentó de la vivienda alrededor de las 11:00 horas para ir a trabajar, dejando al niño solo con su pareja. En ese momento, el hombre habría aprovechado para cometer la violación y golpearle en el abdomen y otras partes del cuerpo. El informe preliminar de la autopsia indica que la causa de la muerte fue un shock hipovolémico, desgarro hepático y politraumatismo abdominal con derrame intestinal.
La Guardia Civil considera que la madre pudo haber presenciado al menos una parte del ataque. Según el auto, sobre las 12:00 horas, la mujer regresó al domicilio después de que el acusado le comunicara que el niño se encontraba "mal". Este rápido retorno hace sospechar a los investigadores que "incluso podría haber estado presente en parte de esa agresión física" antes de que el menor falleciera sobre las 15:30 horas.
El propio acusado manifestó ante el juez que la mujer había acudido al domicilio en las "horas previas al fallecimiento del menor" y estuvo presente en el episodio sin tener una "intención presunta de evitarlo o asistir a su hijo". Además, la transcripción de los mensajes que la mujer envió a familiares y allegados lleva a la deducción indiciaria de que ella "se habría atribuido participación presunta en la causa de la muerte del menor".
La investigación añade que, tras la muerte del niño, los dos investigados habrían cargado con su cuerpo hasta un antiguo búnker en la playa de Garrucha, en el límite con Mojácar, donde finalmente lo abandonaron.
El auto, dictado por la Sección Civil y de Instrucción número 4 del Tribunal de Instancia de Vera, recoge que el hombre agredía y golpeaba de forma frecuente al menor cuando se quedaba a su cargo en la vivienda, incluso habiéndole llegado a fracturar un hueso del brazo del niño en una ocasión. Los investigadores creen que estas agresiones previas se producían "posiblemente con conocimiento" de la madre.
La agresión mortal y la presencia de la madre
El día del crimen, el pasado 3 de diciembre, la progenitora se ausentó de la vivienda alrededor de las 11:00 horas para ir a trabajar, dejando al niño solo con su pareja. En ese momento, el hombre habría aprovechado para cometer la violación y golpearle en el abdomen y otras partes del cuerpo. El informe preliminar de la autopsia indica que la causa de la muerte fue un shock hipovolémico, desgarro hepático y politraumatismo abdominal con derrame intestinal.
La Guardia Civil considera que la madre pudo haber presenciado al menos una parte del ataque. Según el auto, sobre las 12:00 horas, la mujer regresó al domicilio después de que el acusado le comunicara que el niño se encontraba "mal". Este rápido retorno hace sospechar a los investigadores que "incluso podría haber estado presente en parte de esa agresión física" antes de que el menor falleciera sobre las 15:30 horas.
El propio acusado manifestó ante el juez que la mujer había acudido al domicilio en las "horas previas al fallecimiento del menor" y estuvo presente en el episodio sin tener una "intención presunta de evitarlo o asistir a su hijo". Además, la transcripción de los mensajes que la mujer envió a familiares y allegados lleva a la deducción indiciaria de que ella "se habría atribuido participación presunta en la causa de la muerte del menor".
La investigación añade que, tras la muerte del niño, los dos investigados habrían cargado con su cuerpo hasta un antiguo búnker en la playa de Garrucha, en el límite con Mojácar, donde finalmente lo abandonaron.
