La playa veratense de Natsun va camino de la nada

Los 110 metros de anchura original han quedado en poco más de 20. Costas cuenta desde 2007 con un proyecto para proteger la playa, pero, en el mejor de los casos, las obras no empezarían hasta dentro de dos años


Incluso calmado, el mar se queda a escasos metros de las fachadas.


ALMERÍA HOY / 16·04·2023

La ribera marítima de Vera es conocida como el Playazo. Así fue bautizada debido a los más de cien metros de arena que la separaban del mar. Sin embargo, esa franja se ha reducido a poco más de 20 metros a la altura de la urbanización naturista Natsun, donde el agua llega hasta las viviendas y se adentra por las calles cuando el levante arrecia. Aunque la situación es grave, no se atisban indicios convincentes de interés por conjurar pronto el peligro y, mientras tanto, ese espacio permanece en trance de desaparecer. Continúa en peligro de extinción.

Como todo en la vida, esta situación tiene su origen. La construcción de la presa de Cuevas del Almanzora en 1986 ha evitado riadas, pero, al mismo tiempo, acabó con los acarreos que aportaban arena al mar cada vez que el río salía con fuerza.

Años después, en 2007, se construyeron dos espigones de 40 metros de longitud, uno en Palomares y el otro a la altura del hotel nudista. Formaban parte de una serie de escolleras que no continuó ejecutándose ante las protestas de grupos ecologistas. Quedaron pendientes una de 40 metros a la altura de la avenida de Castellón y otra de 260, paralela a la costa, como prolongación hacia el norte del muelle comercial del Puerto de Garrucha. Probablemente como parte de una futura ampliación de la dársena.

A partir de ese momento, el mar no volvió a reponer de manera natural la arena que se llevaba. La que acarreaban sus aguas quedaba retenida en los nuevos diques.

Comenzó entonces a ser habitual otra forma de regenerar la playa perdida mediante la transferencia de arena dragada en el otro extremo. Los datos del último año señalan que ha sido necesario aportar en esa zona alrededor de 100.000 metros cúbicos con una inversión próxima a los 450.000 euros.

Desde 2007, todas las corporaciones de Vera han reclamado a la Dirección General de Costas la protección de su playa. El último en hacerlo ha sido el alcalde Alfonso García Ramos.

ES “NEGLIGENCIA”

El regidor señala el origen del problema en una “falta de previsión” o “negligencia”. Apunta que los técnicos conocían las consecuencias de paralizar el proyecto original de actuación. La arena que se ganaría al norte del dique construido a la altura del hotel, habría de perderse al sur. “Por eso era importante continuar el proyecto emprendido, pero no se hizo. El litoral está vivo, y la mano del hombre acelera la evolución”.

En el caso de Natsun, esa mano fue la intervención iniciada y paralizada por Costas. García Ramos indica que desde el Ayuntamiento se llama todos los días a Costas exigiendo una solución “urgente”.

Pero en el diccionario de la Administración, el término ‘urgente’ posee una acepción diferente. Desde el Gobierno informaron a los vecinos en enero de 2021 que “antes del final” de ese mismo año, estaría terminado el espigón de 40 metros en la playa de Natsun. Han pasado dos años de aquel anuncio y aún no se sabe nada del asunto.

Peor aún, García Ramos lamenta que en los Presupuestos Generales del Estado para 2023 no aparezca ninguna partida con ese fin, “ni siquiera testimonial”. El alcalde manifiesta llamar “todos los días” exigiendo “agilizar” los trámites. Llegó a entrevistarse el pasado 2 de marzo, junto a una representación vecinal, con responsables de Costas en la Subdelegación del Gobierno en Almería.

ESPERA DE DOS AÑOS

Allí topó con la Administración del Estado. Le informaron que estaban trabajando en el asunto, pero que debían “cumplir” el procedimiento y llevaban dos años “resolviendo alegaciones”.

Expusieron que el Plan está en marcha, pero le quedan “muchos pasos” que recorrer. Refirieron que ya habían solicitado los informes pertinentes a los diferentes departamentos administrativos afectados. El 31 de marzo finaliza el plazo de recepción de observaciones y reparos.

Tras estudiarlos y, en su caso, modificar el anteproyecto, los técnicos han de calcular la incidencia de la nueva construcción sobre las corrientes marinas de la zona y sus posibles repercusiones.

La siguiente escala consiste en someter a licitación la redacción del proyecto y, a su término, el Gobierno de España debe liberar una partida, mediante el procedimiento de modificación presupuestaria, para ejecutar la obra que, como es de rigor, tiene que salir a concurso.

“La Administración es muy complicada, y queda un largo y tortuoso camino aún para que la protección de la playa de Vera sea realidad”, explica el alcalde. “En la Subdelegación calcularon que, si no se presenta ningún imprevisto, aún faltarían de 18 meses a dos años para que puedan empezar las obras”.

Un revés a las esperanzas de contemplar la solución a un importante problema, sin embargo, el alcalde ve un resultado positivo a la reunión: “Ya sabemos cuáles son los departamentos implicados y estaremos encima de ellos”.