El presidente de la alhóndiga pide a la entidad financiera que «reabra» líneas comerciales «para dejar de poner» en peligro puestos de trabajo directos e indirectos
EUROPA PRESS / 09·07·2015
La comercializadora agrícola 'Agrupaejido', con sede principal en La Mojonera, ha reclamado a la entidad financiera Cajamar que «cese de forma inmediata» el «estrangulamiento económico de la empresa» y que «reabra» las líneas comerciales para dejar de poner «en gravísimo riesgo muchos puestos de trabajo, directos e indirectos».
En un carta que firma el presidente de la comercializadora, Cecilio Guillén, se califica la postura de Cajamar como de «mera represalia o mera presión» y le hace un llamamiento «a la responsabilidad y al sentido común» para que permita que la alhóndiga continúe la actividad ordinaria.
Sostiene 'Agrupaejido', en situación de preconcurso, que ello «no comporta riesgo alguno a la entidad bancaria», y pide que «las diferencias» derivadas de que no han aceptado «los planteamientos que pretendían y que hubiesen llevado a la liquidación», se diriman «en los tribunales sin perjudicar innecesariamente a proveedores y trabajadores».
En esta línea, subraya que Agrupaejido mantiene un nivel de facturación «que hace posible su viabilidad, sin que sea impedimento a ello que haya de presentarse un concurso de acreedores, máxime cuando, precisamente, la finalidad principal de dicho procedimiento es que sea una herramienta útil, entre otras cosas, para superar situaciones de iliquidez».
«Su actuación carece de justificación alguna, ya que la crisis se desencadena por causa de la no atención de la cuota de amortización de Enero de 2.015, de importe 1.987.634 euros. A ese momento, la mercantil había sido obligada a realizar pagos anticipadamente a cuenta de cuotas que vencían en el año 2022, llevando pagado por anticipado a esa fecha una cantidad superior a los 5.500.000 euros. Además, todo el papel que se ha venido descontando es de entidades solventes, que en ningún caso han originado situaciones de devolución», concluye la misiva remitida a Cajamar.
En un carta que firma el presidente de la comercializadora, Cecilio Guillén, se califica la postura de Cajamar como de «mera represalia o mera presión» y le hace un llamamiento «a la responsabilidad y al sentido común» para que permita que la alhóndiga continúe la actividad ordinaria.
Sostiene 'Agrupaejido', en situación de preconcurso, que ello «no comporta riesgo alguno a la entidad bancaria», y pide que «las diferencias» derivadas de que no han aceptado «los planteamientos que pretendían y que hubiesen llevado a la liquidación», se diriman «en los tribunales sin perjudicar innecesariamente a proveedores y trabajadores».
En esta línea, subraya que Agrupaejido mantiene un nivel de facturación «que hace posible su viabilidad, sin que sea impedimento a ello que haya de presentarse un concurso de acreedores, máxime cuando, precisamente, la finalidad principal de dicho procedimiento es que sea una herramienta útil, entre otras cosas, para superar situaciones de iliquidez».
«Su actuación carece de justificación alguna, ya que la crisis se desencadena por causa de la no atención de la cuota de amortización de Enero de 2.015, de importe 1.987.634 euros. A ese momento, la mercantil había sido obligada a realizar pagos anticipadamente a cuenta de cuotas que vencían en el año 2022, llevando pagado por anticipado a esa fecha una cantidad superior a los 5.500.000 euros. Además, todo el papel que se ha venido descontando es de entidades solventes, que en ningún caso han originado situaciones de devolución», concluye la misiva remitida a Cajamar.
