La planta de Cerdán


..

PASEO ABAJO/Juan Torrijos




Es de justicia reconocer que el señor Cerdán, don Santos, no tiene la planta ni la cara de José Luis Ábalos. Si te decían que José Luis se había ido de pilinguis con Koldo y otros, lo entendías, era lo normal y lo que se esperaba de él y de su tradición como macho ibérico. Pero por mucho que te lo dijeran de Cerdán, don Santos, te costaba creértelo. ¿Santos de pilinguis? El hombre no da el perfil de irse de saunas por esas carreteras de la España nocturna, ni de meterse en un parador a altas horas de la noche con cuatro cariñosas sobrinas. Si le miras a la cara tiene cara de “oso morruo”, dicho sin mala intención. Es más bien bajito, le sobran unos cuantos kilos a su anatomía, y diría que está más por la pensión y gastos a pagar, que, por una noche de lujo y farras tras una corrida de toros, y no de beneficencia.

Lo de Santos, se ha demostrado, no eran las chicas. Su nombre no aparece en las conversaciones de las sobrinitas. Lo suyo era algo más pragmático, más tangible y contable. Lo suyo eran los billetes y a ser posible a mogollón. Cuentan las malas lenguas, miren que las hay en esta España nuestra, que el alquiler del piso-ático donde vive la familia paga tres mil euros al mes, y el sueldo del diputado es de unos tres mil quinientos al mes. No parece que con solo quinientos euros una familia pueda pagar luz, agua, calefacción y demás gastos familiares. Entiendo que, si esa es la situación de la familia del señor Cerdán, don Santos, el hombre estuviera muy preocupado por los billetes que entraban en su casa. Puñetas, si es que la familia no llegaba ni a final de mes. Vamos, que estamos ante una familia vulnerable, de las que no pueden llegar a final de mes con los ingresos del cabeza de la casa y necesitan la subvención del estado. Coño, se dijo aquella mañana, si el estado soy yo, y a este, se refería a Pedro, lo tengo cogido por los ous. Y llegaron las contrataciones y la buena vida, y con ellas las mordidas, coimas o comisiones.

Cualquier padre de familia, ante una cuestión similar se pregunta. ¿Si usted se viera en una situación igual o parecida, no haría lo mismo que hacía el caballero ante los billetes que pasaban por delante de su morro camino de no sé cuántas cuentas corrientes en hermosas islas allende los mares? Su familia lo primero… y lo segundo… ¿Y lo tercero? Hay podrían poner ustedes al partido. Hay que comprender que son muchos los gastos que se originan en viajes, reuniones, comidas y copas. Y que son muchos los militantes que viven de sueldos que les da el partido. Estamos ante una máquina de devorar dinero, y a eso se ha estado dedicando don Santos, el señor Cerdán, a llenar de dinero su casa, las de sus amigos y la caja solidaria del Psoe. Que es un Santo, que ya lo dice su nombre, que los golfos son los de las pilinguis, que él solo hacía lo que le indicaban las necesidades de la organización, engrasar la máquina del partido.
<-- ANUNCIO ORIGINAL-->