ALMERÍA HOY / 10·06·2025
Almería se prepara para un 2027 sin comuniones, una situación sin precedentes que ha encendido las alarmas entre los negocios especializados en este tipo de celebraciones. Un decreto del Obispado de Almería, siguiendo la línea de otras diócesis, ha modificado los requisitos para recibir el sacramento, retrasando la edad de los niños y extendiendo el periodo de catequesis. Esta decisión, aunque busca una mayor madurez en los menores, ha generado un profundo temor en el sector empresarial de la provincia, que anticipa pérdidas millonarias.
LOS NIÑOS CELEBRARÁN LA COMUNIÓN EN CUARTO DE PRIMARIA
La nueva normativa diocesana establece que los niños deberán hacer la Primera Comunión en cuarto de primaria y no en tercero, como era habitual. Además, se exigirán tres años de catequesis previos. El objetivo de este cambio, según ha explicado el vicario general de la Diócesis, Ignacio López, es asegurar que los menores alcancen una mayor madurez antes de recibir el sacramento.
Sin embargo, para que esta transición se aplique correctamente, 2027 será un año de "parón". Los niños que actualmente se están preparando bajo las antiguas directrices deberán completar un año adicional de catequesis, lo que provocará que ningún niño celebre su comunión en Almería durante ese año.
UNA PESADILLA PARA EL TEJIDO EMPRESARIAL
La noticia ha caído como un jarro de agua fría en un sector que depende en gran medida de estas celebraciones. Floristerías, fotógrafos, restaurantes, tiendas de moda infantil, pastelerías y hoteles, entre otros, miran con preocupación el calendario. Muchos ya califican 2027 como un "año en blanco" que amenaza con pérdidas económicas superiores a los 21 millones de euros en la provincia.
Los restauradores, uno de los colectivos más afectados, han manifestado su inquietud directamente al Obispado, buscando una solución o, al menos, un espacio para el diálogo. No obstante, la respuesta obtenida es que el tema recae en la Conferencia Episcopal, y que tarde o temprano tenía que suceder.
La preocupación es palpable entre los empresarios, quienes se enfrentan a un escenario incierto y buscan maneras de mitigar el impacto de esta medida. La diócesis de Almería, por su parte, defiende la decisión como un paso necesario para fortalecer la preparación espiritual de los niños, aunque el sector empresarial clama por encontrar un equilibrio que no ahogue sus negocios.
LOS NIÑOS CELEBRARÁN LA COMUNIÓN EN CUARTO DE PRIMARIA
La nueva normativa diocesana establece que los niños deberán hacer la Primera Comunión en cuarto de primaria y no en tercero, como era habitual. Además, se exigirán tres años de catequesis previos. El objetivo de este cambio, según ha explicado el vicario general de la Diócesis, Ignacio López, es asegurar que los menores alcancen una mayor madurez antes de recibir el sacramento.
Sin embargo, para que esta transición se aplique correctamente, 2027 será un año de "parón". Los niños que actualmente se están preparando bajo las antiguas directrices deberán completar un año adicional de catequesis, lo que provocará que ningún niño celebre su comunión en Almería durante ese año.
UNA PESADILLA PARA EL TEJIDO EMPRESARIAL
La noticia ha caído como un jarro de agua fría en un sector que depende en gran medida de estas celebraciones. Floristerías, fotógrafos, restaurantes, tiendas de moda infantil, pastelerías y hoteles, entre otros, miran con preocupación el calendario. Muchos ya califican 2027 como un "año en blanco" que amenaza con pérdidas económicas superiores a los 21 millones de euros en la provincia.
Los restauradores, uno de los colectivos más afectados, han manifestado su inquietud directamente al Obispado, buscando una solución o, al menos, un espacio para el diálogo. No obstante, la respuesta obtenida es que el tema recae en la Conferencia Episcopal, y que tarde o temprano tenía que suceder.
La preocupación es palpable entre los empresarios, quienes se enfrentan a un escenario incierto y buscan maneras de mitigar el impacto de esta medida. La diócesis de Almería, por su parte, defiende la decisión como un paso necesario para fortalecer la preparación espiritual de los niños, aunque el sector empresarial clama por encontrar un equilibrio que no ahogue sus negocios.