ALMERÍA HOY / 12·06·2025
Un hombre ha sido condenado en la Audiencia Provincial por abusar sexualmente de la hija de su compañera sentimental con la que convivió durante años y a la que sometió a tocamientos durante su crecimiento y hasta que la chica alcanzó la pubertad, momento en el que decidió irse a vivir con su padre para evitar más contactos con el agresor.
El acusado reconoció que desde "prácticamente el inicio de la convivencia" con su pareja en 2005, cuando la víctima contaba con dos años de edad, ha efectuado "tocamientos" en el pecho y el trasero de la menor.
En este sentido, el hombre admitió al carácter libidinoso con el que realizaba estas prácticas, para lo que aprovechaba especialmente la época veraniega cuando le pedía a la menor que se sentara en su regazo para tocarla "por encima de la ropa".
La forma de actuar del acusado se repitió "a lo largo de los años" hasta que la menor cumplió los 12 años, cuando la menor, al inicio de su pubertad, le recriminaba su comportamiento ante la "incomodidad" y "desasosiego" que le generaba. Pese a ello, el hombre repetía "según su voluntad" estos actos hasta que, en la menor se fue a vivir con su padre en 2017.
La sentencia impone al acusado dos años de prisión por un delito de abuso sexual continuado con las atenuantes de reparación de daño y de dilaciones indebidas, dado que los hechos se remontan a antes de 2017. No obstante, suspende la entrada en prisión del acusado con la condición de que no vuelva a delinquir durante ese tiempo.
El hombre también deberá indemnizar a la menor con 12.000 euros y se le impone tres años de libertad vigilada.
El acusado reconoció que desde "prácticamente el inicio de la convivencia" con su pareja en 2005, cuando la víctima contaba con dos años de edad, ha efectuado "tocamientos" en el pecho y el trasero de la menor.
En este sentido, el hombre admitió al carácter libidinoso con el que realizaba estas prácticas, para lo que aprovechaba especialmente la época veraniega cuando le pedía a la menor que se sentara en su regazo para tocarla "por encima de la ropa".
La forma de actuar del acusado se repitió "a lo largo de los años" hasta que la menor cumplió los 12 años, cuando la menor, al inicio de su pubertad, le recriminaba su comportamiento ante la "incomodidad" y "desasosiego" que le generaba. Pese a ello, el hombre repetía "según su voluntad" estos actos hasta que, en la menor se fue a vivir con su padre en 2017.
La sentencia impone al acusado dos años de prisión por un delito de abuso sexual continuado con las atenuantes de reparación de daño y de dilaciones indebidas, dado que los hechos se remontan a antes de 2017. No obstante, suspende la entrada en prisión del acusado con la condición de que no vuelva a delinquir durante ese tiempo.
El hombre también deberá indemnizar a la menor con 12.000 euros y se le impone tres años de libertad vigilada.