El informe del Servicio de Protección de la Naturaleza respalda la hipótesis inicial de los investigadores del CSIC en Almería
ALMERÍA HOY / 03·05·2025
La muerte de cuatro gacelas y un arruí en la finca de la Estación Experimental de Zonas Áridas (EEZA-CSIC) de Almería, coincidiendo con un concierto del festival Alamar en el cercano parque de La Hoya el pasado junio, ha llegado a los tribunales.
Investigadores del centro científico sostienen que el estrés generado por los eventos musicales causó la muerte de estos animales, algunos de ellos en peligro de extinción. Sin embargo, el Ayuntamiento de Almería puso en duda esta conexión.
El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Almería, que dirige la investigación sobre un posible delito contra los recursos naturales y el medioambiente, solicitó dentro de sus atribuciones para discernir sobre la causa un informe técnico-pericial al Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil. Dicho informe, firmado en Madrid el pasado 12 de abril y que ya está en manos del instructor, en resumidas cuentas, da la razón en gran parte a la EEZA-CSIC.
Concluye el Cuerpo tras analizar la documentación y evaluar los hechos que la presencia de estos conciertos «podría haber impactado en la salud y bienestar de los ejemplares», sobre los que incide en las características que los hacen «muy sensibles a modificaciones ambientales y ruidos fuertes».
También recoge el informe del Seprona, según Ideal Almería, que las necropsias realizadas por el personal de la finca experimental almeriense «revelaron posibles muertes debido a traumatismos severos, lo cual sugiere que el estrés agudo provocado por el ruido durante los concierto pudo haber desencadenado reacciones de pánico entre los animales, golpeándose repetidamente contra estructuras del centro». A esto se une, según estas mismas conclusiones, la «muerte de crías y la muerte intrauterina» que vendrían a apoyar «la hipótesis de que el estrés inducido por los conciertos jugó un papel crucial en la mortalidad de los animales».
Lo único que no confirma el informe técnico-pericial del Seprona es la posibilidad de que, por este mismo episodio, se viera afectada la salud auditiva de los ejemplares de tal manera que pudiera afectar «a su posterior función como animales fundadores». «No es posible discernir con la información recabada si los animales del centro sometidos al impacto acústico de los conciertos han sufrido un daño auditivo temporal o permanente», argumenta.
Investigadores del centro científico sostienen que el estrés generado por los eventos musicales causó la muerte de estos animales, algunos de ellos en peligro de extinción. Sin embargo, el Ayuntamiento de Almería puso en duda esta conexión.
El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Almería, que dirige la investigación sobre un posible delito contra los recursos naturales y el medioambiente, solicitó dentro de sus atribuciones para discernir sobre la causa un informe técnico-pericial al Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil. Dicho informe, firmado en Madrid el pasado 12 de abril y que ya está en manos del instructor, en resumidas cuentas, da la razón en gran parte a la EEZA-CSIC.
Concluye el Cuerpo tras analizar la documentación y evaluar los hechos que la presencia de estos conciertos «podría haber impactado en la salud y bienestar de los ejemplares», sobre los que incide en las características que los hacen «muy sensibles a modificaciones ambientales y ruidos fuertes».
También recoge el informe del Seprona, según Ideal Almería, que las necropsias realizadas por el personal de la finca experimental almeriense «revelaron posibles muertes debido a traumatismos severos, lo cual sugiere que el estrés agudo provocado por el ruido durante los concierto pudo haber desencadenado reacciones de pánico entre los animales, golpeándose repetidamente contra estructuras del centro». A esto se une, según estas mismas conclusiones, la «muerte de crías y la muerte intrauterina» que vendrían a apoyar «la hipótesis de que el estrés inducido por los conciertos jugó un papel crucial en la mortalidad de los animales».
Lo único que no confirma el informe técnico-pericial del Seprona es la posibilidad de que, por este mismo episodio, se viera afectada la salud auditiva de los ejemplares de tal manera que pudiera afectar «a su posterior función como animales fundadores». «No es posible discernir con la información recabada si los animales del centro sometidos al impacto acústico de los conciertos han sufrido un daño auditivo temporal o permanente», argumenta.