Este lunes llega a las librerías ‘Prehistoria’ un libro con el que el arqueólogo veratense Ignacio Martín Lerma aproxima los orígenes de la especie humana a los más pequeños
Ignacio Martín Lerma. Fotografía de Óscar Turco. |
ALMERÍA HOY / 27·10·2024
El último libro del arqueólogo veratense y profesor de la Universidad de Murcia Ignacio Martín Lerma ve la luz este lunes. Con ‘Prehistoria’ (Shackelton Kids), el investigador acerca las primeras edades de la humanidad al público más joven. Pretende despertar su curiosidad por el apasionante mundo de la ciencia y, en particular, al de la Arqueología
- Tras años de investigación, publicaciones, televisión y otras formas de divulgación, ahora explora un nuevo registro dedicado al público infantil, ¿por qué?
- Explorar el ámbito de la divulgación científica para el público infantil surge de una profunda convicción de que el conocimiento debe ser accesible para todas las edades. Los niños son curiosos por naturaleza, y su capacidad de asombro es una herramienta poderosa para fomentar un amor temprano por la ciencia. Llegar a los más pequeños es clave para sembrar las semillas de futuros científicos y científicas. Además, simplificar conceptos complejos para una audiencia infantil también me obliga a replantearme cómo comunicamos la ciencia, haciéndola más comprensible, cercana y divertida para todos.
- ¿Cree que su ‘Prehistoria’ conseguirá seducir a futuros arqueólogos?
- Espero que sí. Mi objetivo con este proyecto es despertar la curiosidad y el asombro por una de las etapas más fascinantes de la historia humana, la Prehistoria. Creo que cuando los niños descubren cómo vivían nuestros antepasados, cómo resolvían problemas y cómo, con recursos limitados, lograron avances increíbles, conectan de una manera increíble con el pasado. La clave está en hacer que ese conocimiento no sólo sea accesible, sino emocionante, lleno de aventuras y descubrimientos, para que ellos mismos puedan imaginarse como futuros arqueólogos que desentierran piezas clave de nuestra historia. Si consigo que al menos algunos lectores se pregunten cómo era la vida en tiempos tan remotos y se sientan atraídos por buscar respuestas, habré logrado mi objetivo.
- ¿A qué edades se dirige?
- El proyecto está dirigido principalmente a lectores de entre 6 y 10 años, una etapa crucial en la que su curiosidad y capacidad de asimilación son enormes. A esta edad, los niños están en pleno desarrollo de sus habilidades de lectura y comprensión, y tienen una gran disposición para aprender a través del juego, la exploración y las historias.
- ¿El proyecto fue iniciativa suya o una tentación externa?
- El proyecto, en realidad, fue más bien una tentación externa. Aunque siempre he estado enfocado en una divulgación para públicos amplios, mi editora, Carla Pascual Roig, me propuso la idea de crear algo dirigido específicamente a un público infantil para la reconocida editorial Shackleton Kids. Al principio, no lo había considerado como una posibilidad, pero a medida que reflexionaba, la idea fue tomando fuerza. Así que acabé adoptando el proyecto con mucho entusiasmo al ver el potencial que tenía para acercar la Prehistoria a los más pequeños.
-Y, ¿qué le convenció de la propuesta?
- Lo que realmente me convenció fue la oportunidad de llegar a una audiencia que está en plena formación de su curiosidad y creatividad. La idea de poder transmitir el asombro y la fascinación por la Prehistoria a los niños, de una manera que pudiera marcar sus primeras aproximaciones a la ciencia, me resultó irresistible. Además, el reto de adaptar temas complejos de manera divertida y accesible me pareció una manera enriquecedora de ampliar mi propio enfoque divulgativo.
- ¿Ha tenido algo que ver en la decisión su reciente experiencia en México?
- ¡Por supuesto! Mi estancia en la Península de Yucatán ha tenido mucho que ver, ya que fue allí donde escribí el libro. Estar rodeado de tanta riqueza arqueológica y cultural me proporcionó el ambiente ideal para inspirarme y desarrollar la idea. México, con su increíble legado histórico, me conectó de una manera especial con la importancia de transmitir el conocimiento del pasado a las nuevas generaciones. Escribir allí me permitió sumergirme en un entorno que fomentaba la creatividad y la reflexión sobre la mejor forma de hacer accesible y emocionante la Prehistoria para un público infantil.
- ¿Qué espera de esta ‘Prehistoria’?
- Espero que este libro sirva como una puerta de entrada al fascinante mundo de la arqueología. Mi mayor deseo es despertar la curiosidad por el pasado, que se sientan intrigados por cómo vivían nuestros antepasados y que se hagan preguntas sobre el origen de las sociedades humanas. También me gustaría que se diviertan mientras aprenden, que el conocimiento les llegue de manera accesible y entretenida, y que, quizás, inspire a algunos a convertirse en futuros arqueólogos, científicos o divulgadores. Si logro plantar esa semilla de interés y asombro en los más jóvenes, sentiré que el libro ha cumplido su propósito.
- ¿Ha tenido la ocasión de observar ya la reacción de algún niño ante su libro?
- Sí, en la fase de maquetación tuve la ocasión de poder observar la reacción de un niño de 11 años al leer el libro cuando nadie lo había hecho. Se llama Rafael de la Fe y es un apasionado de la Prehistoria. Fue una experiencia muy gratificante ver cómo se sumergía en las páginas y cómo interactuaba con el contenido. Su emoción y preguntas me reafirmaron que el libro tiene el potencial de despertar ese interés genuino por el pasado más remoto que tanto espero lograr.
- ¿Se ha divertido al escribirlo?
- Sí, definitivamente me he divertido muchísimo al escribirlo. Ha sido un proceso muy creativo y estimulante. Adaptar conceptos complejos de la arqueología prehistórica para una audiencia infantil me llevó a explorar nuevas formas de contar historias, imaginarme cómo los niños podrían interpretar y disfrutar esos relatos, y pensar en cómo hacerlos emocionantes y accesibles. Además, me permitió reconectar con mi propio sentido de asombro y curiosidad por el pasado, algo que a veces se pierde en la investigación académica más formal. En resumen, ha sido una experiencia gratificante y muy entretenida.
- Es un libro totalmente ilustrado, ¿cómo ha sido colaborar con los Gallego Bros?
- Colaborar con los Gallego Bros, dibujantes del libro, ha sido una experiencia muy enriquecedora y creativa. Desde el principio, entendí que la parte visual sería fundamental para captar la atención de los más pequeños y complementar la narrativa. Trabajar con unos artistas que comprendían la importancia de transmitir no solo datos históricos, sino también emociones y aventuras, fue clave para el éxito del proyecto. Fue un proceso muy colaborativo, donde compartíamos ideas, revisábamos bocetos y ajustábamos detalles para asegurarnos de que las imágenes no solo fueran atractivas, sino también fieles a los hechos y contextos prehistóricos. Ver cómo los textos cobraban vida a través de las ilustraciones fue uno de los momentos más emocionantes del proceso.
- ¿Piensa reincidir en el género?
- La verdad es que me gustaría. La experiencia de escribir para un público infantil ha sido muy enriquecedora y me ha permitido explorar nuevas formas de divulgación que no había considerado antes. Creo que hay mucho más por explorar en este campo, y me entusiasma la idea de seguir conectando con nuevas generaciones a través de historias educativas y entretenidas.
- Tras años de investigación, publicaciones, televisión y otras formas de divulgación, ahora explora un nuevo registro dedicado al público infantil, ¿por qué?
- Explorar el ámbito de la divulgación científica para el público infantil surge de una profunda convicción de que el conocimiento debe ser accesible para todas las edades. Los niños son curiosos por naturaleza, y su capacidad de asombro es una herramienta poderosa para fomentar un amor temprano por la ciencia. Llegar a los más pequeños es clave para sembrar las semillas de futuros científicos y científicas. Además, simplificar conceptos complejos para una audiencia infantil también me obliga a replantearme cómo comunicamos la ciencia, haciéndola más comprensible, cercana y divertida para todos.
- ¿Cree que su ‘Prehistoria’ conseguirá seducir a futuros arqueólogos?
- Espero que sí. Mi objetivo con este proyecto es despertar la curiosidad y el asombro por una de las etapas más fascinantes de la historia humana, la Prehistoria. Creo que cuando los niños descubren cómo vivían nuestros antepasados, cómo resolvían problemas y cómo, con recursos limitados, lograron avances increíbles, conectan de una manera increíble con el pasado. La clave está en hacer que ese conocimiento no sólo sea accesible, sino emocionante, lleno de aventuras y descubrimientos, para que ellos mismos puedan imaginarse como futuros arqueólogos que desentierran piezas clave de nuestra historia. Si consigo que al menos algunos lectores se pregunten cómo era la vida en tiempos tan remotos y se sientan atraídos por buscar respuestas, habré logrado mi objetivo.
- ¿A qué edades se dirige?
- El proyecto está dirigido principalmente a lectores de entre 6 y 10 años, una etapa crucial en la que su curiosidad y capacidad de asimilación son enormes. A esta edad, los niños están en pleno desarrollo de sus habilidades de lectura y comprensión, y tienen una gran disposición para aprender a través del juego, la exploración y las historias.
- ¿El proyecto fue iniciativa suya o una tentación externa?
- El proyecto, en realidad, fue más bien una tentación externa. Aunque siempre he estado enfocado en una divulgación para públicos amplios, mi editora, Carla Pascual Roig, me propuso la idea de crear algo dirigido específicamente a un público infantil para la reconocida editorial Shackleton Kids. Al principio, no lo había considerado como una posibilidad, pero a medida que reflexionaba, la idea fue tomando fuerza. Así que acabé adoptando el proyecto con mucho entusiasmo al ver el potencial que tenía para acercar la Prehistoria a los más pequeños.
-Y, ¿qué le convenció de la propuesta?
- Lo que realmente me convenció fue la oportunidad de llegar a una audiencia que está en plena formación de su curiosidad y creatividad. La idea de poder transmitir el asombro y la fascinación por la Prehistoria a los niños, de una manera que pudiera marcar sus primeras aproximaciones a la ciencia, me resultó irresistible. Además, el reto de adaptar temas complejos de manera divertida y accesible me pareció una manera enriquecedora de ampliar mi propio enfoque divulgativo.
- ¿Ha tenido algo que ver en la decisión su reciente experiencia en México?
- ¡Por supuesto! Mi estancia en la Península de Yucatán ha tenido mucho que ver, ya que fue allí donde escribí el libro. Estar rodeado de tanta riqueza arqueológica y cultural me proporcionó el ambiente ideal para inspirarme y desarrollar la idea. México, con su increíble legado histórico, me conectó de una manera especial con la importancia de transmitir el conocimiento del pasado a las nuevas generaciones. Escribir allí me permitió sumergirme en un entorno que fomentaba la creatividad y la reflexión sobre la mejor forma de hacer accesible y emocionante la Prehistoria para un público infantil.
- ¿Qué espera de esta ‘Prehistoria’?
- Espero que este libro sirva como una puerta de entrada al fascinante mundo de la arqueología. Mi mayor deseo es despertar la curiosidad por el pasado, que se sientan intrigados por cómo vivían nuestros antepasados y que se hagan preguntas sobre el origen de las sociedades humanas. También me gustaría que se diviertan mientras aprenden, que el conocimiento les llegue de manera accesible y entretenida, y que, quizás, inspire a algunos a convertirse en futuros arqueólogos, científicos o divulgadores. Si logro plantar esa semilla de interés y asombro en los más jóvenes, sentiré que el libro ha cumplido su propósito.
- ¿Ha tenido la ocasión de observar ya la reacción de algún niño ante su libro?
- Sí, en la fase de maquetación tuve la ocasión de poder observar la reacción de un niño de 11 años al leer el libro cuando nadie lo había hecho. Se llama Rafael de la Fe y es un apasionado de la Prehistoria. Fue una experiencia muy gratificante ver cómo se sumergía en las páginas y cómo interactuaba con el contenido. Su emoción y preguntas me reafirmaron que el libro tiene el potencial de despertar ese interés genuino por el pasado más remoto que tanto espero lograr.
- ¿Se ha divertido al escribirlo?
- Sí, definitivamente me he divertido muchísimo al escribirlo. Ha sido un proceso muy creativo y estimulante. Adaptar conceptos complejos de la arqueología prehistórica para una audiencia infantil me llevó a explorar nuevas formas de contar historias, imaginarme cómo los niños podrían interpretar y disfrutar esos relatos, y pensar en cómo hacerlos emocionantes y accesibles. Además, me permitió reconectar con mi propio sentido de asombro y curiosidad por el pasado, algo que a veces se pierde en la investigación académica más formal. En resumen, ha sido una experiencia gratificante y muy entretenida.
- Es un libro totalmente ilustrado, ¿cómo ha sido colaborar con los Gallego Bros?
- Colaborar con los Gallego Bros, dibujantes del libro, ha sido una experiencia muy enriquecedora y creativa. Desde el principio, entendí que la parte visual sería fundamental para captar la atención de los más pequeños y complementar la narrativa. Trabajar con unos artistas que comprendían la importancia de transmitir no solo datos históricos, sino también emociones y aventuras, fue clave para el éxito del proyecto. Fue un proceso muy colaborativo, donde compartíamos ideas, revisábamos bocetos y ajustábamos detalles para asegurarnos de que las imágenes no solo fueran atractivas, sino también fieles a los hechos y contextos prehistóricos. Ver cómo los textos cobraban vida a través de las ilustraciones fue uno de los momentos más emocionantes del proceso.
- ¿Piensa reincidir en el género?
- La verdad es que me gustaría. La experiencia de escribir para un público infantil ha sido muy enriquecedora y me ha permitido explorar nuevas formas de divulgación que no había considerado antes. Creo que hay mucho más por explorar en este campo, y me entusiasma la idea de seguir conectando con nuevas generaciones a través de historias educativas y entretenidas.