.. |
PASEO ABAJO/Juan Torrijos
Ya tenemos otra polémica en la ciudad de Almería: ¿Qué hacemos con el solar de Correos? De entrada, ya saben a lo que me suena Correos, a una escabechina económica cometida por un amigo de Pedro Sánchez y puesto en plan digital en el cargo de presidente de Correos. Creo que el agujero ha pasado de los tres mil millones. Y dirán ustedes: ¿Qué suponen tres mil millones, cuando debemos, y lo pagaran nuestros nietos, billones, trillones…? Me pierdo entre tantos impuestos como pagamos los ciudadanos. Y no nos quejamos, es que somos tontos, puñetas. Tenemos que hacer lo que hacen los catalanes, pasarnos por los colgajos lo que diga Pedro, Chús-hacienda, y hasta Pumpido, que tendrá que retorcer aún más la Constitución para satisfacer a su jefe con la fiscalidad catalana.
Centremos la cuestión: ¿Qué hacemos con el solar de Correos? Eso, qué hacemos.
Es de imaginar que los señores ediles, que cobran un buen sueldo los del gobierno, tampoco es manco el de la oposición, y con menos trabajo y responsabilidad, habrán estudiado qué es lo que más necesita en estos tiempos que se avecinan la ciudad. Les pagamos solo para que eso, para que se preocupen de las necesidades del centro y sus vecinos. ¿Usted los ve preocupados? Yo no mucho. Si les sigue en los plenos que nos ofrece la tv llorarían de pena y tristeza.
Si uno de los dos partidos mayoritarios dice que un parking, el otro que nanay de la china de la china de la china. Cambiemos la pregunta: ¿Qué necesita Almería en el centro de la ciudad? Y por favor, no se lo pregunten a un estudio sevillano o valenciano, a unos que sean profesionales de aquí, que se levantan en la ciudad, que tiran de la cadena a ser posible en el centro, que vivan los problemas del día en estas calles cada vez más solitarias, a excepción de las noches de viernes y sábado, y cada vez menos. La vida de la ciudad y de los ciudadanos sigue el mismo camino de la feria, la lejana vega a la que le hemos dejado nuestro presente y el futuro por venir.
En un momento dado, cuando se estaba abriendo en canal la rambla Obispo Orberá, a alguien se le ocurrió decir que lo mismo sería interesante que ese aparcamiento continuara por el Paseo. ¡Qué locura! Dijeron algunos. Idiotas, plateros metidos a políticos. Lo mismo que a alguien se le ocurrió cortar el parking de la rambla, no dejar el agujero para ir abriendo según las necesidades. Era otra barbaridad para algunos de esos plateros sentados en el salón de plenos. Y así se ha ido escribiendo la historia de la ciudad de Almería. ¿Qué hacemos con el solar de correos? Mejor: ¿Qué necesita la ciudad en ese solar? Es el momento de ponerse a pensar. Ya veremos por donde nos salen nuestros excelsos y bien pagados pensadores.
Centremos la cuestión: ¿Qué hacemos con el solar de Correos? Eso, qué hacemos.
Es de imaginar que los señores ediles, que cobran un buen sueldo los del gobierno, tampoco es manco el de la oposición, y con menos trabajo y responsabilidad, habrán estudiado qué es lo que más necesita en estos tiempos que se avecinan la ciudad. Les pagamos solo para que eso, para que se preocupen de las necesidades del centro y sus vecinos. ¿Usted los ve preocupados? Yo no mucho. Si les sigue en los plenos que nos ofrece la tv llorarían de pena y tristeza.
Si uno de los dos partidos mayoritarios dice que un parking, el otro que nanay de la china de la china de la china. Cambiemos la pregunta: ¿Qué necesita Almería en el centro de la ciudad? Y por favor, no se lo pregunten a un estudio sevillano o valenciano, a unos que sean profesionales de aquí, que se levantan en la ciudad, que tiran de la cadena a ser posible en el centro, que vivan los problemas del día en estas calles cada vez más solitarias, a excepción de las noches de viernes y sábado, y cada vez menos. La vida de la ciudad y de los ciudadanos sigue el mismo camino de la feria, la lejana vega a la que le hemos dejado nuestro presente y el futuro por venir.
En un momento dado, cuando se estaba abriendo en canal la rambla Obispo Orberá, a alguien se le ocurrió decir que lo mismo sería interesante que ese aparcamiento continuara por el Paseo. ¡Qué locura! Dijeron algunos. Idiotas, plateros metidos a políticos. Lo mismo que a alguien se le ocurrió cortar el parking de la rambla, no dejar el agujero para ir abriendo según las necesidades. Era otra barbaridad para algunos de esos plateros sentados en el salón de plenos. Y así se ha ido escribiendo la historia de la ciudad de Almería. ¿Qué hacemos con el solar de correos? Mejor: ¿Qué necesita la ciudad en ese solar? Es el momento de ponerse a pensar. Ya veremos por donde nos salen nuestros excelsos y bien pagados pensadores.