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PASEO ABAJO/Juan Torrijos
En política, de todos es conocido que la crisis que se cierra mal tiende a sobrevivir y convertirse en una amenaza. El Psoe no cerró en su momento la crisis abierta con Pedro Sánchez, lo dejaron vivo, no lo remataron políticamente, y ahí tienen a Felipe y su guardia de entonces recordándolo a diario. Las pesadillas que debe tener Susana Díaz, pobrecita la sultana trianera, por no haber tomado la decisión acertada en aquellos momentos, y ahora viendo como la ningunea desde su propia Sevilla el caballero de la espada. Pero no es de la cuestión del Psoe, Sánchez y Diaz de lo que quería escribir hoy.
La crisis a la que me refiero es más cercana, y me parece que la alcaldesa de la ciudad, doña María del Mar Vázquez, no supo cerrarla hace unas semanas. El cartel de la foto del niño, retirado por el ayuntamiento tras la denuncia de Vox, y presentado políticamente como un error, no se sabe de quién, parece que no se va a quedar ahí. Organizaciones de ámbito nacional, aseguran algunas fuentes que están vinculadas a la derecha más extrema, han abierto campañas para aclarar la verdad de lo ocurrido con el llamado error del cartel de Paola. A esas organizaciones las pueden calificar de extremas, es una forma de echar balones fuera, en política hay que usar todas las armas que se tienen a mano, pero al Defensor del Pueblo Andaluz, ¿de qué lo van a calificar? ¿de extrema izquierda, de seguir los dictados de Juan Espadas y de Adriana Valverde? Y es que el Defensor Andaluz ha decidido abrir diligencias para conocer lo que ha ocurrido para que los carteles, durante unas horas, estuvieran expuestos ante la mirada de los almerienses.
La alcaldesa debió pensar que los medios de Almería están más o menos controlados (no comprados, eso nunca, controlados), que reconociendo que había sido un error, se cerraba el lance del cartel y Paola. Craso error. No tomar ninguna medida se ha demostrado que tampoco le servía para cerrar bocas. Y en el colmo de la inutilidad política llega la concejal responsable del área y no quiere contestar en rueda de prensa a las preguntas de los medios. Ha sido un error, dijo, y de ahí no la sacó nadie. En bocas cerradas, debió pensar, no entran moscas. Algún asesor les debió decir a Mar y a Paola que la historia estaría un día, a lo máximo dos en la prensa, y que nos olvidaríamos de ella. Pues no parece que la del cartel de Paola lleve ese camino del olvido presagiado.
A veces la prepotencia de los políticos se merecen respuestas como las que reciben. En el Psoe, Diaz y aliados pensaron que Sánchez estaba acabado, y ahí lo tienen, llevando la ignominia a España y la desigualdad a los españoles ante las elites racistas catalanas. De rodillas anda él y todos los que le acompañan en su partido. Mar y Paola pensaron en la plaza Vieja que convencerían al personal con: “Fue solo error”. Y por ahora todo indica que el tiro les ha salido por la culata. Esperemos a lo que diga en su momento el defensor de los andaluces.
La crisis a la que me refiero es más cercana, y me parece que la alcaldesa de la ciudad, doña María del Mar Vázquez, no supo cerrarla hace unas semanas. El cartel de la foto del niño, retirado por el ayuntamiento tras la denuncia de Vox, y presentado políticamente como un error, no se sabe de quién, parece que no se va a quedar ahí. Organizaciones de ámbito nacional, aseguran algunas fuentes que están vinculadas a la derecha más extrema, han abierto campañas para aclarar la verdad de lo ocurrido con el llamado error del cartel de Paola. A esas organizaciones las pueden calificar de extremas, es una forma de echar balones fuera, en política hay que usar todas las armas que se tienen a mano, pero al Defensor del Pueblo Andaluz, ¿de qué lo van a calificar? ¿de extrema izquierda, de seguir los dictados de Juan Espadas y de Adriana Valverde? Y es que el Defensor Andaluz ha decidido abrir diligencias para conocer lo que ha ocurrido para que los carteles, durante unas horas, estuvieran expuestos ante la mirada de los almerienses.
La alcaldesa debió pensar que los medios de Almería están más o menos controlados (no comprados, eso nunca, controlados), que reconociendo que había sido un error, se cerraba el lance del cartel y Paola. Craso error. No tomar ninguna medida se ha demostrado que tampoco le servía para cerrar bocas. Y en el colmo de la inutilidad política llega la concejal responsable del área y no quiere contestar en rueda de prensa a las preguntas de los medios. Ha sido un error, dijo, y de ahí no la sacó nadie. En bocas cerradas, debió pensar, no entran moscas. Algún asesor les debió decir a Mar y a Paola que la historia estaría un día, a lo máximo dos en la prensa, y que nos olvidaríamos de ella. Pues no parece que la del cartel de Paola lleve ese camino del olvido presagiado.
A veces la prepotencia de los políticos se merecen respuestas como las que reciben. En el Psoe, Diaz y aliados pensaron que Sánchez estaba acabado, y ahí lo tienen, llevando la ignominia a España y la desigualdad a los españoles ante las elites racistas catalanas. De rodillas anda él y todos los que le acompañan en su partido. Mar y Paola pensaron en la plaza Vieja que convencerían al personal con: “Fue solo error”. Y por ahora todo indica que el tiro les ha salido por la culata. Esperemos a lo que diga en su momento el defensor de los andaluces.
