El animal marcó dónde estaba el cuerpo de Yeyo

‘Lola’ alertó y condujo a unos trabajadores hasta el escarpado lugar en que yacía su dueño, un hombre de 84 años al que vecinos y Policía buscaban desde hacía dos semanas



ALMERÍA HOY / 18·05·2024

El teléfono de Tomás Ruiz, un encargado de Aguas del Almanzora, sonó a las 12:00 del 2 de mayo. Era el capataz que estaba reparando una tubería próxima al camino entre el Castillo de Huércal Overa y Huércal la Vieja: “Baltasar, el maquinista, dice que ha visto a la perra del hombre que desapareció en Overa hace dos semanas”.

Hablaba de Diego Giménez, conocido como Yeyo, un señor de 84 años, sordo de nacimiento, que desapareció tras salir de su casa en Los Menas a coger espárragos a las 16:45 del 18 de abril acompañado por ‘Lola’, una bretón cruzada que nunca se separaba de él.

Yeyo acostumbraba a andar por el campo. Esa tarde, como hacía desde muchos años, pasó por casa de su sobrino para indicar hacia dónde iba. “Quería ir a Overa, y le dijimos que no se alejara tanto”, cuenta Ángel, “pero no nos hizo caso”. A las 20:30 comenzó a atardecer y no había vuelto. Los familiares se inquietaron, avisaron a la Policía Local y comenzaron la búsqueda acompañados por agentes municipales, de la Guardia Civil y numerosos vecinos.

Un conocido se cruzó con Yeyo a las 21:00 por la rambla de Almajalejo. El hombre no sabía que ya lo estaban buscando y se limitó a saludarle. “Cuando vio aparecer mi coche Yeyo cogió en brazos a la perrita”, manifestó días después a los familiares, a quienes, desolado, añadió que le había extrañado “verlo lejos de su domicilio a esas horas”.

Al día siguiente, la búsqueda se reforzó con los Bomberos del Levante y voluntarios de Protección Civil de varios municipios, entre ellos, de Olula del Río, que aportaron una unidad canina. Cientos de vecinos se sumaron a la batida. Recorrieron ramblas y caminos a pie, en moto y bicicleta en kilómetros a la redonda. Helicópteros y cámaras térmicas fueron utilizados en el operativo, aunque sin éxito.

Pasaban los días, pero los familiares no perdían la esperanza de encontrar a Yeyo con vida. “Conoce la zona como la palma de su mano y está preparado para sobrevivir en el campo. Sabe encontrar frutas para comer e hidratarse, y también dónde refugiarse”, remarcaba Ángel, su sobrino. Los buscadores comenzaron a revisar las casas cerradas. Pensaron que Yeyo podía haber entrado en alguna para guarecerse de la lluvia y el frío de aquellos días.

EL HALLAZGO

Las pesquisas no aportaron ningún resultado hasta el 2 de mayo, el día en que Tomás Ruiz, de Aguas del Almanzora, recibió una llamada a las 12:00 informándole que la perrita había llegado hasta donde unos operarios reparaban una tubería de riego para llamar su atención.

Cuando Tomás llegó al lugar, el maquinista le refirió que el animal se había perdido entre los pinos. Fueron tras su pista hasta que vieron a ‘Lola’. El animal volvió a desaparecer pero, diez minutos más tarde, comenzó a ladrar “sin parar y muy intensamente”. Caminaron hacia los ladridos hasta que, “muy lejos del camino, en un lugar bastante escarpado”, volvieron a ver a la perra junto al cuerpo de Yeyo”.

No se acercaron más. Llamaron a la Policía Local, que se presentó en el lugar junto al alcalde Domingo Fernández y agentes de la Guardia Civil, que se hicieron cargo de la situación. Según fuentes próximas a la investigación, no se apreciaban signos de violencia en el cuerpo.

Tras levantar el cadáver y enviarlo al Departamento Forense de Torrecárdenas para practicarle la autopsia, ‘Lola’ permaneció en el lugar donde había yacido su dueño. Los esfuerzos por atraparla de policías y voluntarias de la protectora de animales resultaron infructuosos. La Guardia Civil buscó a Ángel que, tras llegar al sitio, llamó a ‘Lola’ una primer vez sin éxito, pero, a la segunda, el animal saltó desde un caballón y se echó en sus brazos lamiéndolo.

La perrita acudió a la voz conocida poniendo punto y final a dos semanas de búsqueda, al desasosiego de una familia y al de todo el pueblo de Overa. Diego Giménez, Yeyo, fue enterrado el sábado, 4 de mayo.