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PASEO ABAJO/Juan Torrijos
A veces me pregunto qué estaría diciendo en estos días el viejo Gallart, Eduardo, ante una Europa que viene arruinando a nuestro sector pesquero desde hace algunos años. Los que conocimos su voz, potente y dura contra todo aquello que suponía un problema para los pescadores almerienses, los que sabíamos de lo que era capaz a la hora de defender un derecho de esta tierra, nos imaginamos su gran cuerpo sudoroso en tiempos de verano, su cara contrariada y de su boca salir airadas y contundentes palabras contra las decisiones de la comunidad.
Lo que no entiendo es que leyendo en estos días la prensa, ésta te dice que Planas, nuestro ministro andaluz, se ha venido con un triunfo para la pesca en las manos que no se esperaba, que ha sido larga y dura la negociación, pero que al final España ha salido ganando con lo conseguido. Si oye o lee usted a la señora Crespo, consejera andaluza, almeriense para más señas, y la voz más fuete que canta en estas fechas en el Pp de nuestra provincia, ella no ve el triunfo de Andalucía que se le achaca al ministro y paisano Planas.
Si los lamentos son los de los garrucheros, no se entiende de qué España se habla en algunos medios de comunicación cuando se dice lo bien que nos ha ido en las negociaciones. La venta política que se le hizo a los pesqueros sobre la gamba era una trampa. Europa pide que se rebaje un nuevo tanto por ciento las capturas, pero hemos mandado al ministro a luchar con denuedo contra esa decisión, y nuestro representante, nuestro ministro, tras una ardua pelea, tras una larga noche, o dos, o fueron tres, ha logrado que la rebaja haya sido solo de un cuatro por ciento. ¡Qué triunfo señores, solo perdemos un cuatro por ciento más!
Lo que no nos cuenta es lo que se ha venido perdiendo en años anteriores, lo que no dicen son los días que no te dejan faenar. Solo que la rebaja se ha quedado en un cinco de las capturas, cuando ellos querían un nueve. Y nuestro ministro viene con el triunfo de haber logrado que Europa solo nos quite un cuatro por ciento de la gamba roja que se pesca en nuestro litoral. De ahí que se pregunten en estas tierras del sur ¿qué España pesquera es la que ha salido ganando tras la última negociación del señor ministro? Es de imaginar que alguna ha sido, pero no la nuestra. El sector del arrastre no está satisfecho, y la gamba de Garrucha ya ven ustedes en qué condiciones sale.
No ha sido en esta última negociación, es cierto, vienen siendo otras anteriores en las que Europa ha venido cortando las alas a nuestro sector extractivo, sin que nadie haya sabido defenderlo, hasta dejarlo en una situación de postración, cada vez con menos músculo a la hora de salir a pescar. Es normal que ante estos negociadores nos acordemos de Eduardo Gallart. Les podrán contar historias sobre el hombre, pero nunca les podrán decir que no levantó su voz por la pesca y los pescadores de Almería, y que, en la defensa de otras historias de Almería, y recuerdo las deportivas, levantó hasta los puños.
¿Dónde están aquellos almerienses que daban la cara por nuestra gente? No parece que queden muchos, los partidos políticos los han convertido en gatitos y con las uñas recortadas.
Lo que no entiendo es que leyendo en estos días la prensa, ésta te dice que Planas, nuestro ministro andaluz, se ha venido con un triunfo para la pesca en las manos que no se esperaba, que ha sido larga y dura la negociación, pero que al final España ha salido ganando con lo conseguido. Si oye o lee usted a la señora Crespo, consejera andaluza, almeriense para más señas, y la voz más fuete que canta en estas fechas en el Pp de nuestra provincia, ella no ve el triunfo de Andalucía que se le achaca al ministro y paisano Planas.
Si los lamentos son los de los garrucheros, no se entiende de qué España se habla en algunos medios de comunicación cuando se dice lo bien que nos ha ido en las negociaciones. La venta política que se le hizo a los pesqueros sobre la gamba era una trampa. Europa pide que se rebaje un nuevo tanto por ciento las capturas, pero hemos mandado al ministro a luchar con denuedo contra esa decisión, y nuestro representante, nuestro ministro, tras una ardua pelea, tras una larga noche, o dos, o fueron tres, ha logrado que la rebaja haya sido solo de un cuatro por ciento. ¡Qué triunfo señores, solo perdemos un cuatro por ciento más!
Lo que no nos cuenta es lo que se ha venido perdiendo en años anteriores, lo que no dicen son los días que no te dejan faenar. Solo que la rebaja se ha quedado en un cinco de las capturas, cuando ellos querían un nueve. Y nuestro ministro viene con el triunfo de haber logrado que Europa solo nos quite un cuatro por ciento de la gamba roja que se pesca en nuestro litoral. De ahí que se pregunten en estas tierras del sur ¿qué España pesquera es la que ha salido ganando tras la última negociación del señor ministro? Es de imaginar que alguna ha sido, pero no la nuestra. El sector del arrastre no está satisfecho, y la gamba de Garrucha ya ven ustedes en qué condiciones sale.
No ha sido en esta última negociación, es cierto, vienen siendo otras anteriores en las que Europa ha venido cortando las alas a nuestro sector extractivo, sin que nadie haya sabido defenderlo, hasta dejarlo en una situación de postración, cada vez con menos músculo a la hora de salir a pescar. Es normal que ante estos negociadores nos acordemos de Eduardo Gallart. Les podrán contar historias sobre el hombre, pero nunca les podrán decir que no levantó su voz por la pesca y los pescadores de Almería, y que, en la defensa de otras historias de Almería, y recuerdo las deportivas, levantó hasta los puños.
¿Dónde están aquellos almerienses que daban la cara por nuestra gente? No parece que queden muchos, los partidos políticos los han convertido en gatitos y con las uñas recortadas.