Científicos de Almería advierten el traspaso de plásticos a patatas cocidas en microondas

Han comprobado la presencia de esas sustancias pero desconocen el posible impacto sobre la salud



ALMERÍA HOY / 10·01·2024

Investigadores de la Universidad de Almería han comprobado que ciertos compuestos del plástico se traspasan a las patatas envasadas al cocerlas en el microondas, dentro de un estudio que concluye por primera vez que durante el proceso se forman sustancias cuyo impacto para la salud se desconoce.

La comida envasada que se vende en los supermercados atraviesa procesos que garantizan su seguridad alimentaria, han explicado los investigadores, que han indicado que esto incluye al plástico que, si no recibe un tratamiento específico para altas temperaturas, puede fundirse o provocar la migración de sustancias perjudiciales.

Para evitar posibles efectos adversos, existen envases especiales preparados para soportar la cocción, como los que emplean las comidas precocinadas.

No obstante, no se conocen todas las posibles transferencias de sustancias químicas que se forman al calentar comida envasada, ha explicado el investigador Francisco José Díaz Galiano.

Para su estudio, publicado en Food Chemistry y del que ha informado este miércoles la Fundación Descubre en un comunicado, los científicos analizaron el caso de las bolsas de patatas preparadas ya para cocinar.

"Elegimos este alimento porque es básico y suele consumirse con frecuencia. Además, posee una composición química que podía interactuar de manera diferente con los materiales plásticos", ha indicado Díaz Galiano.

Este primer caso de estudio se llevó a cabo en lo que los científicos denominan "análisis no dirigido", de modo que hicieron pruebas analíticas químicas sin saber qué estaban buscando exactamente.

Sustancias surgidas en la cocción

Este proceso implicó una exploración exhaustiva de las muestras y permitió identificar todas las sustancias surgidas durante el proceso de cocción de las patatas en los envases plásticos.

Los expertos adquirieron primero en un supermercado local de Almería bolsas de patatas cuyo envase especificara que se permitía su cocción conjunta.

Luego, las cocinaron de distintas maneras, trituradas y enteras, con y sin la bolsa, y emplearon agua destilada hirviendo y microondas, con el envase original y en un recipiente de vidrio para microondas.

Las cocinaron entonces durante el tiempo establecido en el etiquetado del producto de acuerdo al tipo de cocción y también analizaron las patatas sin cocinar.

Después, usaron una sustancia denominada "simulante", empleada en pruebas de laboratorio para representar o simular la interacción entre un material -como los envases de alimentos- y los alimentos reales.

De esta forma, replicaron las interacciones químicas entre los envases y las patatas para comprender mejor cómo el plástico de las bolsas afectaba a la composición molecular de las patatas cocinadas.

Por último, emplearon una técnica analítica denominada "espectometría" de masas de alta resolución, que identifica las sustancias y compuestos químicos de una muestra, en este caso de las patatas cocinadas de distintas formas.

Polímetros plásticos en patatas

Los investigadores identificaron de esta forma una serie de polímeros (plásticos) que se transfieren solo cuando se cocinan las patatas dentro de la bolsa en el microondas.

Hallaron un compuesto desconocido formado por dos moléculas, como dos piezas en un puzzle: una de ellas procedía de un producto natural, la maltosa, azúcar que se produce al cocer algunos alimentos y es potencialmente perjudicial al poseer un alto índice glucémico.

La otra molécula procedía de un producto sintético que no han podido identificar aún, y los expertos concluyeron que el compuesto se había formado "in situ" debido a las reacciones químicas que se producen en el plástico y el alimento al calentarlos en microondas.

"Aunque sabemos cómo se forma, aún no hemos determinado exactamente qué es ni de dónde procede exactamente este compuesto. Solo que, al producirse de esta manera y al estar parcialmente formado por maltosa, no están claros sus efectos sobre la salud", ha explicado Díaz Galiano.

El siguiente paso del grupo de investigación es comprobar si este compuesto aparece al cocinar otros alimentos envasados y evaluar estas moléculas tanto "in vitro" como "in vivo" para comprobar sus efectos sobre la salud humana.