A los políticos el miedo les puede


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PASEO ABAJO/Juan Torrijos

¿Son miedosos estos políticos nuestros? ¿La valentía ya ni se les supone? Podemos llegar a esa conclusión. Dos días de frío, cuatro gripes, cinco toses y mascarillas al canto. Dos botes de jarabe llevo en el cuerpo, y camino de comenzar el tercero. Y vacunado, como mandan los cánones, aunque en esta ocasión con alguna duda por mi parte. Pero…

Me dice Andrés, el boticario de mi pueblo (¿qué sería de estos pequeños y vacíos pueblos si no fuera por el trabajo de estos boticas que hacen de su vida y de su profesión una vocación?), que me tome el jarabe tres veces al día y una cucharada cada vez. Que no abuse, que me conoce. Gracias, amigo, a falta de poder recibir el consejo de un médico, siempre es bueno contar con la palabra de un boticario.

En cuanto a los niños, que no vayan al colegio si tienen síntomas, y que los ciudadanos se den tres días de baja en el trabajo sin tener que pasar por la casa del doctor. Me da la impresión que esto solo lo podrán hacer los funcionarios del estado, los que cobran del esfuerzo y se dan el madrugón no creo que se pueda dar de baja alegremente por mucho que lo pregone la galleguita mimosa que tenemos de ministra de trabajo.

Y a todo este mensaje de terror que nos canta otra ministra, y médica en este caso, nos sale el señor de la Cruz Belmonte, delegado de la cosa sanitaria de la Junta por Almería, y nos dice, con cierto orden de pensamiento y de coherencia, que las cifras de casos de gripe son las normales para el tiempo de invierno que estamos viviendo en Almería. Ojo. Las cifras de griposos que estamos en estos momentos son normales para los fríos desatados en estos días.

Y lo dice un especialista en sanidad, y responsable de la salud de los almerienses. Y es que las gripes y los resfriados llegaban siempre en estas fechas, no era ninguna novedad, con la vacuna puesta en marcha en su momento, la banalidad de la gripe o los resfriados era el pan nuestro de cada invierno. Y a seguir viviendo y esperar la llegada de la primavera.

Con todo, la mujer de las tres M, hasta llegar a ministra eran dos, ha decidido que por el poder que le dan sus tres M, los españolitos tendremos que volver a la mascarilla de Illa, Illa, Simón, Simón, cuando de visitar aquellas dependencias sanitarias a las que acudir. ¿Nos volverán a encerrar, volveremos a salir al balcón, a las caceroladas, cantaremos canciones de resistir y libertad?

No tenemos solución. Con estos políticos que nos han tocado, en los que el miedo forma parte de su quehacer diario, si no nos oponemos abiertamente, si no encontramos dirigentes que sean valientes, que no se dejen acojonar por los cantos de las nuevas voces de sirenas que mandan en el mundo, tras ponernos de nuevo la mascarilla nos volverán a encerrar en nuestros hogares. ¿Dónde están los valientes?