Para Rifá no ha habido prescripciones


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PASEO ABAJO/Juan Torrijos

Hace un montón de años, tantos que ya no me acuerdo, aparecieron por estas tierras almerienses tres catalanes, que venían con la intención de promover el turismo que ellos estaban viviendo en su tierra natal. Eran los entonces jóvenes Rifá, Abiatar y Rosell. Los paisajes de Mojácar fueron los primeros que vieron sus ojos, y desde entonces, la vida los unió a estos parajes almerienses.

Al cabo de los años vemos las diferencias en las carreras de cada uno de ellos. Y si nos fijamos en la de Miguel Rifá, al final, la justicia ha tenido la última palabra, condenando a este hombre a veintidós años, o son catorce, qué más da. Acabará en la cárcel, si no hay alguna amnistía por ahí que lo salve, claro que, al no ser político, al no poder apuntarse al secesionismo catalán que hoy manda en nuestro país, lo tiene muy crudo.

Por no haber, no ha habido ni una prescripción, de las muchas que han recibido las causas en las que andan metidos los políticos españoles, y de los andaluces para qué comentar. Los jueces, contigo, Rifá, no han tenido la misma consideración que con los dirigentes políticos que nos mandan, se gastan nuestros dinero en “frutas”, nos suben los impuestos y encima dicen que es por el bien de los españoles.

Creo que el que la hace, la debe pagar. Por lo que entiendo que Miguel Rifá debe acabar en la cárcel, pero duele ver cómo eso mismo no ocurre cuando se trata de políticos. Ellos pueden malgastar nuestro patrimonio, malversar el dinero de los ciudadanos, ellos pueden jugar con las amnistías, los jueces, los ciudadanos, la verdad y las leyes. Y siempre tendrán un juez bajo su cuerda que busque una prescripción, u otro político que les indulte, y si hace falta, se llega hasta la amnistía, que para eso son los que mandan.

Los primeros escarceos de Miguel Rifá con la justicia son del dos mil ocho, han pasado unos cuantos lustros, y que extraño, no ha habido prescripción alguna. Así debería ser con todos aquellos que juegan con el dinero de los demás y, si cabe, más duros tendrían que ser con los políticos, como baza ética y moral ante los ciudadanos a los que deben dar ejemplo, ya que ellos son el referente de un pueblo, una ciudad o un país. Pero algo que parece de libro blanco, cuando se trata de justicia y de políticos, no se cumple.

El señor Rifá tendrá que entrar en prisión, pero no lo harán, o serán sacados de ellas, los políticos que han hecho lo mismo con el dinero de todos los ciudadanos. Rifá ha timado a Hacienda durante muchos años y algunos millones, nos dicen, y ¿qué nos cuentan del dinero de los Eres, de Banca Catalana, de Caja Madrid, de los bárcenas y cía?, ¿no era también de todos los ciudadanos? Pues parece que no. El dinero perdido en los Eres y demás patrañas de los políticos en los cuatro puntos cardinales del país no es de nadie, no tiene precio.

No me digan que no tienen cara, y dura, estos políticos nuestros. Rifá debe ir a la cárcel, pues claro, y con él tantos políticos como han sido indultados de unos delitos económicos cometidos, pero estos...ay estos.