“La desaladora del Bajo Almanzora no es un ejemplo de gestión pública”

El presidente de Acuamed, Francisco Baratech, justifica que aún no funcione por la “concurrencia de demasiadas circunstancias”, como la riada de 2012, aunque entona el mea culpa: “No podemos estar orgullosos de la velocidad para solventar problema”



ALMERÍA HOY / 10·11·2023

- ¿Por qué 16 años después de iniciarse seguimos sin tener desaladora?
- Evidentemente, no es un ejemplo de gestión pública, aunque es preciso recordar la concurrencia de demasiadas circunstancias que han causado retrasos importantes. La más grave fue la inundación de 2012, que le asestó un golpe descomunal. Surgió entonces una disputa sobre quién debió contratar un seguro y no lo hizo. La cuestión tuvo que resolverse mediante arbitraje judicial. A partir de ahí, se decidió extremar la seguridad en todos los trámites. Las obras de reparación ya están contratadas. Estamos verificando el proyecto, y los trabajos comenzarán durante el primer trimestre de 2024. Primero se sacarán los equipos. Los que sean susceptibles de reparación se llevarán a un taller, pero la parte eléctrica ha de renovarse por completo.
- Antes de reparar debe ejecutarse las obras de un muro de protección que están paradas, ¿por qué?
- Tras la experiencia de la inundación, era preciso mejorar la protección de la desaladora para evitar daños por una nueva riada. La adjudicación de esos trabajos sufrió retrasos debido a los recursos de una de las concursantes. Como el proyecto era anterior a la escalada de precios experimentada hace dos años, hubo que retocarlo. El contratista no aceptó la actualización del presupuesto y, ejerciendo su legítimo derecho, ha renunciado a la obra. Para evitar nuevas dilaciones, hemos encargado los trabajos directamente a la empresa pública Tragsa, que acortará plazos los para iniciar y acometer las obras.
- Alguien determinó construir la planta en terrenos evidentemente inundables, ¿han encontrado a quien tomó esa decisión?
- Para ser justos, he de decir que se propusieron otros emplazamientos, pero todos fueron rechazados por los ayuntamientos, salvo el que resultó finalmente elegido. Hubo consenso en que se construyera en esa parcela, tal vez porque nadie quería usarla.
- ¿Es correcto decidir un emplazamiento tan importante en base a la opinión de unos alcaldes que no son técnicos?
- Depende de quién opine. La opinión de un alcalde hay que tenerla siempre en cuenta. De todos modos, la alternativa elegida era viable, pero requería una obra de protección que, evidentemente, no fue la adecuada.
- ¿No han pensado reclamar daños a consecuencia de malas decisiones?
- No tenemos pruebas ni documentos que determinen un dolo claro por parte de nadie a la hora de decidir la ubicación. De tenerlos, ya estaríamos exigiendo responsabilidades, porque Acuamed siempre reclama compensaciones por lo que se ha hecho de modo incorrecto. Lo único que tenemos claro es que la protección diseñada en aquel momento fue ampliamente superada por la riada. Carecemos de suficiente carga probatoria como para iniciar un litigio con unas mínimas expectativas de éxito.
- ¿Van a investigar para encontrar esas pruebas?
- Nuestro primer objetivo es poner en marcha la desaladora y ofrecer agua a los regantes de la comarca. Después habrá tiempo para reclamar el dinero perdido, si es que fuera posible.
- Bien, olvidemos la riada, ¿cómo es posible no haber previsto la construcción de una conexión eléctrica que moviese los bastidores?
- Sí existía, pero era insuficiente para abastecer la planta a pleno rendimiento. Estaba previsto construir una línea, sin embargo, ante la urgencia de conseguir agua, se decidió poner provisionalmente una sección de bastidores de los tres con que contaba. Después careció de sentido emprender una nueva conexión eléctrica, porque los regantes decidieron instalar una línea para alimentar la desaladora que estaban proyectando en un área cercana. Negociamos con ellos para que la línea suministrara también a nuestra planta. En este momento lo más racional es que construya esa línea Aguas del Almanzora, que ya ha recorrido gran parte del larguísimo camino burocrático.
- ¿Es consciente de lo cabreados que están los regantes con esta historia que rodea a la planta?
- Y lo entiendo. No les faltan razones.
- ¿Sabe que la llaman “desaladora de la vergüenza” por todas estas contingencias?
- Me parece exagerado, aunque comprendo que la llamen así. Sobre todo, si no se tienen en cuenta todas las circunstancias que han concurrido. No olvidemos que sufrió una inundación desmesurada. El agua que llevó la rambla de Canalejas el 28 de septiembre de 2012 se comportó de manera excepcional, hasta el punto de provocar que los sistemas de protección de la planta, en vez de servir de defensa, multiplicaran los daños.
- Es una triste experiencia, ¿servirá para algo?
- Estamos estudiando la construcción de otra desaladora que producirá alrededor de 30 Hm3 anuales. Estará junto a la que vamos a reparar, pero hemos aprendido algo: Estará perfectamente protegida de las riadas.
- ¿Una segunda desaladora y más retrasos?
- La tramitación será correcta. No sufrirá interrupciones.
- ¿Está seguro?
- Mire, la desaladora estuvo afectada por un hecho singular como fue la riada de San Wenceslao. Aunque es cierto que no podemos estar orgullosos de la velocidad con que hemos resuelto el problema, creo que ahora estamos trabajando mucho y bien. Nos gustaría ser más rápidos, pero nadie puede negar que hacemos todo el esfuerzo posible para conseguirlo.
- ¿Conoce el Levante almeriense?
- Sí. Y también a su gente, muy laboriosa, capaz de sacar petróleo en el desierto en que viven. En sus manos, una sola gota de agua proporciona grandes beneficios a todo el país.
- ¿Adelantaría la situación hídrica de nuestra comarca dentro de un par de años?
- ¡Dos años es un plazo muy corto en términos administrativos. No obstante, puedo asegurarle que, en ese tiempo, el Levante sumará a sus recursos actuales 15 Hm3 al año de la desaladora del Bajo Almanzora y entre 8 y 10 de la ampliación de la planta de Carboneras.
- ¿Y de la nueva que están estudiando?
- Está aún en trámites administrativos y tanto la Junta como el Gobierno de España coinciden en agilizarlos todo lo posible. No empezamos de cero porque contamos con un proyecto muy avanzado que inició Aguas del Almanzora. Creo que en tres años podría estar funcionando y supondrá un cambio sustancial. Con esa desaladora se terminarán de cubrir las necesidades de los regantes del Levante almeriense.