 |
| .. |
ALMERÍA HOY / 27·09·2023
Ayer salí harto de los discursos políticos. Hasta el gorro de demagogia, de palabras de cara a la
galería, de sus militantes, de salidas de tono, del y tú más, mentiras de unos y de otros. Les
pueden ir dando. Hablemos de otra cuestión, de ese dinero nuestro que se gastan los políticos
en lo que les da la gana y les interesa.
El Algarrobico de nuevo en la palestra, y dicen los ecologistas, con alegre y lógica verborrea, que ven más cerca el derribo del hotel, tras los diez días dados al Ayuntamiento sobre la anulación de la licencia. Por lo que la cuestión del costo de su futuro derribo aparece de nuevo en lontananza, y con ello la pregunta de siempre: ¿Lo pagaremos los ciudadanos? Quién si no.
Nuestro querido consejero de colores (hoy casi olvidado el tiempo que estuvo como alcalde de la ciudad de Almería, no en la calle de las Tiendas), aseguraba hace tiempo que la Junta tiene preparado el dinero para cumplir las obligaciones con el Algarrobico. ¿Se acuerdan?
Qué bien se vive cuando se trata de pagar con el dinero de los demás, con qué alegría hablan los políticos y sus palmeros cuando el dinero no sale del bolsillo de cada uno de ellos. Le faltó en aquella ocasión decir que la Junta tiene dinero para asar todas las vacas (¿qué añoranza de vaca lechera?) que hagan falta para que los ecologistas se sientan felices, se harten de chuletas pagadas con el dinero de los andaluces y se olviden de nosotros hasta que una nueva llamada de Cristina, Fuensanta o cualquier otra política con influencias sobre ellos, les llame para otra nueva barrabasada, sea legal o no, o una venganza contra alguno de sus compañeros de bancada. ¿No es así, Cristóbal Fernández?
El consejero verde y azul, Ramón Fernández Pacheco, aseguraba que el gobierno de su compañero Juanma Moreno Bonilla tiene capacidad financiera. Léase que tiene dinero contante y sonante para cumplir con las necesidades que se le puedan plantear a su gobierno sobre el derribo del Algarrobico.
Para derribar el hotel tiene la Junta dinero, eso está bien, y, ¿para quitar las aulas prefabricadas existentes en los colegios que hay en nuestra provincia? ¿Hay o no hay dinero? ¿Y para los casas del Patio en la Chanca, en la ciudad de Almería, que llevan sus vecinos esperando años? Pero años. ¿Hay o no hay dinero? ¿Y para quitar chabolas y asentamientos en nuestros pueblos, tan de actualidad en estos días, hay dinero o no hay dinero? ¿Y para que las desaladoras paradas se pongan en funcionamiento hay dinero? No creo que haga falta seguir con otros ejemplos, los hay a cientos en nuestra provincia y siguen esperando desde hace más de cuarenta años.
Aquí por lo que parece hay dinero para lo que quieran los señoritos ecologistas, (el millón dado por “el colorines” a las salinas, recuerdan, pero nadie ha dicho cómo se ha gastado ni quién ha sido, nos lo dirán algún día) pero los alumnos que esperen a que llueva, los vecinos del Patio de la Chanca a que salgan las ramblas como en los setenta, los inmigrantes que sigan viviendo en plan infrahumano a la espera de un nuevo incendio en sus plásticos, y los regantes a que lleguen las lluvias del cielo y llenen el Tajo, el Segura y a ser posible en Negratín.
Qué vergüenza de políticos tenemos en la izquierda y en la derecha. Pierden el culo y la vergüenza ante un ecologista cualquiera, sea este rubio, moreno o pelirrojo, pero de las necesidades de los vecinos pasan olímpicamente. Les importa una higa, se las pasan por el forro de sus partes pudendas. Y uno se pregunta
¿Por qué coño tenemos que pagar los ciudadanos el derribo del Algarrobico, si alguna vez lo hacen, y no lo pagan los culpables del desaguisado? ¿Por qué la Junta tiene que tener el dinero preparado para dar satisfacción a los verdes y cuando se trata de satisfacer a los ciudadanos se les ningunea años, lustros y décadas? Eso. ¿Por qué, señor consejero del verde y el azul?
El Algarrobico de nuevo en la palestra, y dicen los ecologistas, con alegre y lógica verborrea, que ven más cerca el derribo del hotel, tras los diez días dados al Ayuntamiento sobre la anulación de la licencia. Por lo que la cuestión del costo de su futuro derribo aparece de nuevo en lontananza, y con ello la pregunta de siempre: ¿Lo pagaremos los ciudadanos? Quién si no.
Nuestro querido consejero de colores (hoy casi olvidado el tiempo que estuvo como alcalde de la ciudad de Almería, no en la calle de las Tiendas), aseguraba hace tiempo que la Junta tiene preparado el dinero para cumplir las obligaciones con el Algarrobico. ¿Se acuerdan?
Qué bien se vive cuando se trata de pagar con el dinero de los demás, con qué alegría hablan los políticos y sus palmeros cuando el dinero no sale del bolsillo de cada uno de ellos. Le faltó en aquella ocasión decir que la Junta tiene dinero para asar todas las vacas (¿qué añoranza de vaca lechera?) que hagan falta para que los ecologistas se sientan felices, se harten de chuletas pagadas con el dinero de los andaluces y se olviden de nosotros hasta que una nueva llamada de Cristina, Fuensanta o cualquier otra política con influencias sobre ellos, les llame para otra nueva barrabasada, sea legal o no, o una venganza contra alguno de sus compañeros de bancada. ¿No es así, Cristóbal Fernández?
El consejero verde y azul, Ramón Fernández Pacheco, aseguraba que el gobierno de su compañero Juanma Moreno Bonilla tiene capacidad financiera. Léase que tiene dinero contante y sonante para cumplir con las necesidades que se le puedan plantear a su gobierno sobre el derribo del Algarrobico.
Para derribar el hotel tiene la Junta dinero, eso está bien, y, ¿para quitar las aulas prefabricadas existentes en los colegios que hay en nuestra provincia? ¿Hay o no hay dinero? ¿Y para los casas del Patio en la Chanca, en la ciudad de Almería, que llevan sus vecinos esperando años? Pero años. ¿Hay o no hay dinero? ¿Y para quitar chabolas y asentamientos en nuestros pueblos, tan de actualidad en estos días, hay dinero o no hay dinero? ¿Y para que las desaladoras paradas se pongan en funcionamiento hay dinero? No creo que haga falta seguir con otros ejemplos, los hay a cientos en nuestra provincia y siguen esperando desde hace más de cuarenta años.
Aquí por lo que parece hay dinero para lo que quieran los señoritos ecologistas, (el millón dado por “el colorines” a las salinas, recuerdan, pero nadie ha dicho cómo se ha gastado ni quién ha sido, nos lo dirán algún día) pero los alumnos que esperen a que llueva, los vecinos del Patio de la Chanca a que salgan las ramblas como en los setenta, los inmigrantes que sigan viviendo en plan infrahumano a la espera de un nuevo incendio en sus plásticos, y los regantes a que lleguen las lluvias del cielo y llenen el Tajo, el Segura y a ser posible en Negratín.
Qué vergüenza de políticos tenemos en la izquierda y en la derecha. Pierden el culo y la vergüenza ante un ecologista cualquiera, sea este rubio, moreno o pelirrojo, pero de las necesidades de los vecinos pasan olímpicamente. Les importa una higa, se las pasan por el forro de sus partes pudendas. Y uno se pregunta
¿Por qué coño tenemos que pagar los ciudadanos el derribo del Algarrobico, si alguna vez lo hacen, y no lo pagan los culpables del desaguisado? ¿Por qué la Junta tiene que tener el dinero preparado para dar satisfacción a los verdes y cuando se trata de satisfacer a los ciudadanos se les ningunea años, lustros y décadas? Eso. ¿Por qué, señor consejero del verde y el azul?
