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ALMERÍA HOY / 08·08·2023
Salieron a la calle, protestaron los vecinos por los cortes de fluido eléctrico que vienen padeciendo en sus domicilios y por el silencio que reciben desde las administraciones. Cansados de las interrupciones, de los silencios de los políticos, de la desidia que reciben de la empresa, decidieron que era el momento de salir a la calle. Y lo hicieron. Niños y mayores, con pancartas o sin ellas, pero con un nexo común: El hartazgo de estar pagando los platos rotos en esta lucha que se viene dando entre empresa y “los marianos”.
Se les viene llamando así a los cultivadores de maría, que con sus enganches ilegales ponen en peligro el suministro de los demás vecinos del barrio. Ocurre en El Puche, en La Chanca y en otros barrios de la capital, así como en distintos términos municipales de nuestra provincia.
La empresa corta todos enganches ilegales que se va encontrando, pero no son suficientes. ¿Falta mano de obra para perseguir a estos ilegales?
¿Es la policía la que debería investigar la proliferación de marianos, cultivadores de maría que se han dado en estos últimos años en la provincia?
Se apuntan de vez en cuando un éxito, pero no dan más de sí. Faltan números para investigar en las cientos de calles de esos barrios donde se sabe que se está cultivando maría.
En cuanto a la otra pata de la mesa, la administración y sus políticos, manifiestan que tienen las manos atadas, que nada pueden hacer ante los cortes de luz, que el Ayuntamiento, o los, no pueden cortar el suministro, no pueden hacer registros en los domicilios. No tienen competencias ante la tarea que vienen desarrollando los marianos.
Los antiguos gobiernos civiles, el que hay en la calle Arapiles de la capital es uno de ellos, es el único que tiene competencias sobre la seguridad de los ciudadanos. Es desde esa sede desde donde los vecinos deben recibir el apoyo necesario para acabar con tantos cortes de luz como vienen soportando por culpa de las cultivadores de maría.
Almería se viene convirtiendo en estos años en un lugar donde la producción de cogollos parece más segura, y dicen que la de mejor calidad de toda Europa. Era lo último que nos faltaba, si encima la maría de Almería tiene fama de ser de las mejores de nuestro entorno, está claro que no vamos a poder acabar con tantos marianos como se dan cita entre nosotros.
¿Y con los vecinos y sus cortes de luz qué hacemos? No tienen ustedes la impresión de que los están dejando solos, que, con escasa policía, con pocos investigadores sobre los enganches ilegales y con unos políticos que se lavan las manos a lo Poncio, los vecinos solo tienen la esperanza de que alguien les haga caso saliendo a la calle. Y salieron.
¿Les ha servido para algo?
No les sirvió a los vecinos de La Cañada, donde han vuelto los robos, ni a los de Pechina y los merodeadores. Las palabras y las promesas se las lleva el viento, y más después de haber votado. Y tengan en cuenta que los políticos ya no mienten, ahora cambian de opinión.
Se les viene llamando así a los cultivadores de maría, que con sus enganches ilegales ponen en peligro el suministro de los demás vecinos del barrio. Ocurre en El Puche, en La Chanca y en otros barrios de la capital, así como en distintos términos municipales de nuestra provincia.
La empresa corta todos enganches ilegales que se va encontrando, pero no son suficientes. ¿Falta mano de obra para perseguir a estos ilegales?
¿Es la policía la que debería investigar la proliferación de marianos, cultivadores de maría que se han dado en estos últimos años en la provincia?
Se apuntan de vez en cuando un éxito, pero no dan más de sí. Faltan números para investigar en las cientos de calles de esos barrios donde se sabe que se está cultivando maría.
En cuanto a la otra pata de la mesa, la administración y sus políticos, manifiestan que tienen las manos atadas, que nada pueden hacer ante los cortes de luz, que el Ayuntamiento, o los, no pueden cortar el suministro, no pueden hacer registros en los domicilios. No tienen competencias ante la tarea que vienen desarrollando los marianos.
Los antiguos gobiernos civiles, el que hay en la calle Arapiles de la capital es uno de ellos, es el único que tiene competencias sobre la seguridad de los ciudadanos. Es desde esa sede desde donde los vecinos deben recibir el apoyo necesario para acabar con tantos cortes de luz como vienen soportando por culpa de las cultivadores de maría.
Almería se viene convirtiendo en estos años en un lugar donde la producción de cogollos parece más segura, y dicen que la de mejor calidad de toda Europa. Era lo último que nos faltaba, si encima la maría de Almería tiene fama de ser de las mejores de nuestro entorno, está claro que no vamos a poder acabar con tantos marianos como se dan cita entre nosotros.
¿Y con los vecinos y sus cortes de luz qué hacemos? No tienen ustedes la impresión de que los están dejando solos, que, con escasa policía, con pocos investigadores sobre los enganches ilegales y con unos políticos que se lavan las manos a lo Poncio, los vecinos solo tienen la esperanza de que alguien les haga caso saliendo a la calle. Y salieron.
¿Les ha servido para algo?
No les sirvió a los vecinos de La Cañada, donde han vuelto los robos, ni a los de Pechina y los merodeadores. Las palabras y las promesas se las lleva el viento, y más después de haber votado. Y tengan en cuenta que los políticos ya no mienten, ahora cambian de opinión.
