¿Algún edil de la capital que no cobre sueldo público?


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PASEO ABAJO/Juan Torrijos

Recuerdo las quejas de los populares cuando Pedro Sánchez, “el guapo presidente”, abrió el abanico de los ministerios, sus carteras y sus sueldos a un número de compañeros como no se había conocido hasta entonces por estos lares patrios. Quejas que asumían la gran mayoría de los españoles, a excepción de los socialistas y votantes del PSOE, que veían con buenos ojos el juego que sobre el gasto público llevan a cabo los políticos de su cuerda.

El ahorrar dinero público, el que sale de los bolsillos de los ciudadanos, ese que para los políticos no tiene dueño, parece que no se lleva bien entre los dos grandes partidos, PP-PSOE, ya que hemos comprobado cómo la nueva alcaldesa de la capital, María Vázquez, decide crear dos áreas más en el Ayuntamiento de Almería en las que ubicar a sus compañeros de Corporación. ¡Que nadie se quede sin cobrar!

María, como buena y amorosa madre que es, no quiere que sus hijos se queden sin el sueldo a final de mes, de ahí que estire todo lo necesario el dinero del Consistorio (el de los ciudadanos almerienses), a invertir en el sustento y la buena vida de su equipo de gobierno, y lo que no es su equipo de gobierno. Y es que madre no hay más que una, y se entiende que María cuide a sus polluelos con mimo, esmero y sueldo a fin de mes.

¿Tenencias de alcaldía? una, no, dos, tres podían ser la solución, pero mejor es que sean cuatro, y así satisfacemos a alguno más de los participantes en la pandilla. Total, unos euros más que pagan los almerienses con ilusión, con amor filial con tal de ver felices a los ediles del PP, del PSOE, de Vox y al de Podemos, que colaboran a las órdenes de la alcaldesa Vázquez Agüero.

¡Ay, el amor! ¡Qué hermoso es! Para que vean lo que es una madre. Grano para sus polluelos, billetes a final de mes y todos los hijos contentos.

La encontré algo nerviosa en la comparecencia, señora alcaldesa, a la hora de dar a conocer su nuevo equipo. Hablaba con prisas, como con ganas de acabar cuanto antes, de pasar rápidamente el amargo cáliz de esa mañana. Son comprensibles los mismos, había que explicar lo de Ana Martínez Labella, la presencia de Eloísa Cabrera, la hija política de Gabriel Amat, durante muchos años al frente del urbanismo capitalino, o el aumento del número de áreas para dar sueldo a los colegas. Y eso, señora alcaldesa, cuando nos quejamos de que lo hagan los demás, debe ser complicado de defender cuando lo hacemos nosotros. De ahí que se entiende el que pase cuanto antes este cáliz.

Desde su llegada a la alcaldía todo han sido parabienes, aplausos y gestos de cara a la galería, Ha llegado la hora de la verdad, hay que gobernar, y los hechos a veces respaldan a las palabras, a las promesas, y en otros dicen esa verdad que todos llevamos dentro y que hemos disimulado hasta ahora con cierta efectividad.

Parece evidente que a la nueva alcaldesa lo que más le importa es que a sus polluelos no les falte el trigo, el maíz, la cebada, la avena o el arroz. Que tengan una buena digestión, es lo que les deseamos. Pero creíamos que el PP quería ahorrar dinero de los contribuyentes, vemos que no es así. Ni uno solo de los 26 ediles del Ayuntamiento, el 27 lo hará de Diputación, va a dejar de tener sueldo público municipal, unos al 100%, otros al 75%, los habrá al 50%, y los que no tengan dedicación exclusiva unos cuantos euros por pleno y lo que les corresponda por comisión. Que por dinero que no sea. Los almerienses y su alcaldesa son generosos. Señores ediles, griten conmigo: ¡Viva María! Otra vez, más fuerte: ¡Viva María!

¡Qué vergüenza, y dicen que van al Ayuntamiento por amor a la ciudad y a servir a los ciudadanos!