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PASEO ABAJO/Juan Torrijos
El acordeón es un instrumento armónico de viento con dos teclados. Se toca como es lógico con las dos manos, y eso le crea una dificultad añadida. La mano izquierda va por su lado, y la derecha por el suyo. Sincronizar el que cada mano lleve su propio camino no es fácil, pero se consigue con buen aprendizaje, ocurre algo parecido con algunos actores de la política cuando tienen que usar según qué mano.
No sé si María Jesús Amate, líder de Izquierda Unida en Almería, toca el acordeón, si no lo hace, como me supongo, no está por la labor de que su mano izquierda apoye a su mano derecha. Y está dispuesta, políticamente, a cortarse la zurda, si se le ocurre a esta ir en ayuda de la mano facha.
Tocar la acordeón con los fachas de la derecha le va a costar a los militantes de IU que han formado grupo de acordeonistas con la derechona salir del partido de doña María Jesús Amate. La señora Amate debe entender que tocar el acordeón solo se puede hacer con la zurda y sus agentes. Formar orquesta con los hijos, sobrinos y hermanos de ETA, o con los delincuentes catalanes, le parece bien a doña María Jesús, y los militantes de este su partido, reciben las alharacas y hasta el agradecimiento de los líderes del partido.
Pero si a esos músicos de su partido, caso de alguno en Garrucha o en Líjar, se les ocurre tocar con la derecha, apoyar a la derecha, consentir que suene bien la orquesta de la gente de derechas, se les pone de patitas en la puerta del partido, y que vivan desde ese momento en la oscuridad de la soledad. Se les tacha de fachas, se les insulta y se abomina de ellos. Y se les pide a los distintos ayuntamientos que se les quiten hasta los sueldos. Vamos, que doña María Jesús les desea a sus compañeros hasta ayer que pasen hambre.
La libertad de estos partidos es proverbial. El libre albedrio de la gente no cuenta, hay que estar debajo de la bota del líder, lo que él quiera es lo único a tener en cuenta por los militantes, en este caso lo que ella, María Jesús, desee e imponga dentro de la organización. Si los votos de los militantes de Garrucha hubieran ido a los mencionados hijos y demás ralea de los asesinos de Eta o los delincuentes catalanes, lo mismo María Jesús les habría colgado una medalla en el pecho, pero como han ido a los de la derecha, al Pp, a echarlos del partido.
Por su hechos los conoceréis. Reconozco que seguí el trabajo de María Jesús durante su etapa en Diputación, y me pareció, escuchando algunos de sus discursos, una mujer coherente, que sabía a lo que jugaba y el trabajo que estaba desarrollando su partido. Lo reconocí en algún Paseo Abajo, era justo hacerlo. Hoy, siento decirlo, me ha decepcionado. Su gente en Garrucha, y lo sabe, ha sido insultada, ninguneada y hasta maltratada por algún sector del PSOE garruchero. No asumir lo que estaba ocurriendo, prohibir el que voten en libertad, el que se defiendan de los ataques recibidos, el querer obligarles a que votaran lo que a ella le diera la gana no se entiende. Por lo menos uno no lo entiende.
¿Qué es lo que quería María Jesús que hicieran los ediles de IU en Garrucha, que votaran a los que los habían insultado, atacado y hasta perseguido, o que se abstuvieran y esos mismos siguieran gobernando? ¿Qué te ofrecía el PSOE? Solo es curiosidad.
No sé si María Jesús Amate, líder de Izquierda Unida en Almería, toca el acordeón, si no lo hace, como me supongo, no está por la labor de que su mano izquierda apoye a su mano derecha. Y está dispuesta, políticamente, a cortarse la zurda, si se le ocurre a esta ir en ayuda de la mano facha.
Tocar la acordeón con los fachas de la derecha le va a costar a los militantes de IU que han formado grupo de acordeonistas con la derechona salir del partido de doña María Jesús Amate. La señora Amate debe entender que tocar el acordeón solo se puede hacer con la zurda y sus agentes. Formar orquesta con los hijos, sobrinos y hermanos de ETA, o con los delincuentes catalanes, le parece bien a doña María Jesús, y los militantes de este su partido, reciben las alharacas y hasta el agradecimiento de los líderes del partido.
Pero si a esos músicos de su partido, caso de alguno en Garrucha o en Líjar, se les ocurre tocar con la derecha, apoyar a la derecha, consentir que suene bien la orquesta de la gente de derechas, se les pone de patitas en la puerta del partido, y que vivan desde ese momento en la oscuridad de la soledad. Se les tacha de fachas, se les insulta y se abomina de ellos. Y se les pide a los distintos ayuntamientos que se les quiten hasta los sueldos. Vamos, que doña María Jesús les desea a sus compañeros hasta ayer que pasen hambre.
La libertad de estos partidos es proverbial. El libre albedrio de la gente no cuenta, hay que estar debajo de la bota del líder, lo que él quiera es lo único a tener en cuenta por los militantes, en este caso lo que ella, María Jesús, desee e imponga dentro de la organización. Si los votos de los militantes de Garrucha hubieran ido a los mencionados hijos y demás ralea de los asesinos de Eta o los delincuentes catalanes, lo mismo María Jesús les habría colgado una medalla en el pecho, pero como han ido a los de la derecha, al Pp, a echarlos del partido.
Por su hechos los conoceréis. Reconozco que seguí el trabajo de María Jesús durante su etapa en Diputación, y me pareció, escuchando algunos de sus discursos, una mujer coherente, que sabía a lo que jugaba y el trabajo que estaba desarrollando su partido. Lo reconocí en algún Paseo Abajo, era justo hacerlo. Hoy, siento decirlo, me ha decepcionado. Su gente en Garrucha, y lo sabe, ha sido insultada, ninguneada y hasta maltratada por algún sector del PSOE garruchero. No asumir lo que estaba ocurriendo, prohibir el que voten en libertad, el que se defiendan de los ataques recibidos, el querer obligarles a que votaran lo que a ella le diera la gana no se entiende. Por lo menos uno no lo entiende.
¿Qué es lo que quería María Jesús que hicieran los ediles de IU en Garrucha, que votaran a los que los habían insultado, atacado y hasta perseguido, o que se abstuvieran y esos mismos siguieran gobernando? ¿Qué te ofrecía el PSOE? Solo es curiosidad.
