El producto estrella de Comercial Peregrín llega hasta Sidney, en las antípodas, tras 51 días de travesía por mar. Los clientes lo prefieren antes que el vendido por China, que es el principal competidor. “El mercado aprecia las características irrepetibles del nuestro”, cuenta su director general
ALMERÍA HOY / 13·05·2023
Comercial Peregrín es el mayor productor de ajos de Europa y, desde Pulpí, un gran buque de la flota agrícola comarcal. La compañía emplea a 1.600 trabajadores y factura próximo a los 150 millones de euros.
Aproximándonos al fin de la campaña, que terminará en este mes de mayo, el director general Felipe Gómez apunta que los últimos meses han logrado equilibrar un ciclo que comenzó “con mucha dificultad” y que este año se ha trabajado “para sobrevivir”. La situación no ha estado “tan mal como para cerrar”, pero la cuenta de beneficios “no ha crecido precisamente”.
Gómez recuerda que el año agrícola empezó en octubre condicionado por las altas temperaturas. “Casi parecía verano”. Las plantas crecían a un ritmo inusitado y la empresa se vio forzada a “destruir” gran parte de la producción en el campo porque la oferta era “mucho mayor” que la demanda, hasta el punto de “hundir” los precios de mercado.
Después, el clima pasó a ser un aliado. La demanda superó a la oferta y la cotización de las hortalizas subió, aunque “no lo suficiente para recuperar lo perdido”.
Porque la meteorología es “fundamental” en la agricultura. Condiciona las “características” del producto y también su cotización. A veces, las hortalizas alcanzan “valores astronómicos inmerecidamente”. Gómez revela que algunos juegan con el producto acortando los tiempos de crecimiento a base de química. Luego “observamos lo mismo que ocurre con esos filetes de animales engordados de manera acelerada, que no caben en la sartén y, al asarlos, se reducen al tamaño de una moneda”. De igual modo, otros “recogen las verduras o las frutas sin madurar. Su calidad no es mala, pero no alcanzan el 100% de sus propiedades”.
El director general de Peregrín enumera otras dificultades añadidas al clima. Señala el “meteórico” incremento del precio de los insumos, es decir, de todo aquello que han de comprar para poder producir; la subida “constante” de los salarios durante los últimos años, así como la falta de agua, que también se ha encarecido.
Sin embargo, a las empresas agrícolas les resulta “muy complicado” repercutir a sus clientes el alza de los costes de producción. Por eso insiste en que “trabajamos para sobrevivir”.
“PRODUCTO ÚNICO”
En cualquier caso, Peregrín continúa liderando el sector. Su ajo morado llega hasta Sidney, en las antípodas, tras 51 días de travesía por mar. Sus clientes lo prefieren antes que el de China -principal competidor-, que está a la vuelta de la esquina. “Aprecian las características irrepetibles del nuestro”.
Asegura Gómez que lo más importante es ofrecer un producto “único” que nadie ha conseguido copiar “a pesar de haberlo intentado”. Pone de relieve la apuesta realizada por la calidad “antes que por la cantidad”. El ajo chino obtiene un mayor rendimiento en kilos recolectados, sin embargo, el morado de Peregrín es resultado de “sanear las semillas y seguir unos protocolos de producción más estrictos”.
Han optado por parar el grillado con frío. Y eso tiene un coste. “Bajar a -3º la temperatura de una cantidad ingente de ajos significa un recibo de electricidad muy alto”. Por el contrario, “los chinos emplean la química, un proceso mucho más barato que merma sus propiedades”.
Utilizando un símil con el mundo del jamón, Gómez destaca que “podríamos decir que estamos produciendo un ‘ajo ibérico’”. Apunta, como principal diferencia, el mayor contenido en alicina de la variedad cultivada por Peregrín: “Cuatro veces más” que los cultivados en el gigante asiático.
El detalle es importante. Se trata de la sustancia que aporta un serie de beneficios de gran relevancia médica. Numerosas investigaciones atribuyen al ajo efectos positivos en tratamientos antiinflamatorios, indican que reduce la presión arterial, mejora el colesterol e, incluso, se le relaciona con la prevención de ciertos tipos de cáncer.
“Es un producto muy peculiar al que la gente no acostumbra a reconocer el valor que atesora”.
“Roig no es un capitalista despiadado”
El director general de Comercial Peregrín, Felipe Gómez, considera que las acusaciones vertidas por la ministra Ione Belarra contra el presidente de Mercadona son fruto del “desconocimiento” sobre el funcionamiento de la cadena alimentaria.
“Juan Roig no es un capitalista despiadado ni está aprovechando la crisis para hacerse de oro”, aduce el pulpileño. “Conozco los precios de las hortalizas y no he visto márgenes bestiales en los precios de su cadena. No han repercutido el incremento real de los costes, y es innegable que el transporte ha encarecido la distribución a una red de 2.500 tiendas como dispone Mercadona”.
Aproximándonos al fin de la campaña, que terminará en este mes de mayo, el director general Felipe Gómez apunta que los últimos meses han logrado equilibrar un ciclo que comenzó “con mucha dificultad” y que este año se ha trabajado “para sobrevivir”. La situación no ha estado “tan mal como para cerrar”, pero la cuenta de beneficios “no ha crecido precisamente”.
Gómez recuerda que el año agrícola empezó en octubre condicionado por las altas temperaturas. “Casi parecía verano”. Las plantas crecían a un ritmo inusitado y la empresa se vio forzada a “destruir” gran parte de la producción en el campo porque la oferta era “mucho mayor” que la demanda, hasta el punto de “hundir” los precios de mercado.
Después, el clima pasó a ser un aliado. La demanda superó a la oferta y la cotización de las hortalizas subió, aunque “no lo suficiente para recuperar lo perdido”.
Porque la meteorología es “fundamental” en la agricultura. Condiciona las “características” del producto y también su cotización. A veces, las hortalizas alcanzan “valores astronómicos inmerecidamente”. Gómez revela que algunos juegan con el producto acortando los tiempos de crecimiento a base de química. Luego “observamos lo mismo que ocurre con esos filetes de animales engordados de manera acelerada, que no caben en la sartén y, al asarlos, se reducen al tamaño de una moneda”. De igual modo, otros “recogen las verduras o las frutas sin madurar. Su calidad no es mala, pero no alcanzan el 100% de sus propiedades”.
El director general de Peregrín enumera otras dificultades añadidas al clima. Señala el “meteórico” incremento del precio de los insumos, es decir, de todo aquello que han de comprar para poder producir; la subida “constante” de los salarios durante los últimos años, así como la falta de agua, que también se ha encarecido.
Sin embargo, a las empresas agrícolas les resulta “muy complicado” repercutir a sus clientes el alza de los costes de producción. Por eso insiste en que “trabajamos para sobrevivir”.
“PRODUCTO ÚNICO”
En cualquier caso, Peregrín continúa liderando el sector. Su ajo morado llega hasta Sidney, en las antípodas, tras 51 días de travesía por mar. Sus clientes lo prefieren antes que el de China -principal competidor-, que está a la vuelta de la esquina. “Aprecian las características irrepetibles del nuestro”.
Asegura Gómez que lo más importante es ofrecer un producto “único” que nadie ha conseguido copiar “a pesar de haberlo intentado”. Pone de relieve la apuesta realizada por la calidad “antes que por la cantidad”. El ajo chino obtiene un mayor rendimiento en kilos recolectados, sin embargo, el morado de Peregrín es resultado de “sanear las semillas y seguir unos protocolos de producción más estrictos”.
Han optado por parar el grillado con frío. Y eso tiene un coste. “Bajar a -3º la temperatura de una cantidad ingente de ajos significa un recibo de electricidad muy alto”. Por el contrario, “los chinos emplean la química, un proceso mucho más barato que merma sus propiedades”.
Utilizando un símil con el mundo del jamón, Gómez destaca que “podríamos decir que estamos produciendo un ‘ajo ibérico’”. Apunta, como principal diferencia, el mayor contenido en alicina de la variedad cultivada por Peregrín: “Cuatro veces más” que los cultivados en el gigante asiático.
El detalle es importante. Se trata de la sustancia que aporta un serie de beneficios de gran relevancia médica. Numerosas investigaciones atribuyen al ajo efectos positivos en tratamientos antiinflamatorios, indican que reduce la presión arterial, mejora el colesterol e, incluso, se le relaciona con la prevención de ciertos tipos de cáncer.
“Es un producto muy peculiar al que la gente no acostumbra a reconocer el valor que atesora”.
“Roig no es un capitalista despiadado”
El director general de Comercial Peregrín, Felipe Gómez, considera que las acusaciones vertidas por la ministra Ione Belarra contra el presidente de Mercadona son fruto del “desconocimiento” sobre el funcionamiento de la cadena alimentaria.
“Juan Roig no es un capitalista despiadado ni está aprovechando la crisis para hacerse de oro”, aduce el pulpileño. “Conozco los precios de las hortalizas y no he visto márgenes bestiales en los precios de su cadena. No han repercutido el incremento real de los costes, y es innegable que el transporte ha encarecido la distribución a una red de 2.500 tiendas como dispone Mercadona”.