El doble rasero de Marlaska contra según qué piquetes


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PASEO ABAJO/ Juan Torrijos

No quiero que se tome este artículo como una defensa de los piquetes ante las huelgas, siempre estuve en contra. Creo en los derechos de los huelguistas; a nadie le apetece ir a una huelga; y cuando lo hacen, caso de los camioneros en estos días, es ante una situación a la que les ha llevado un gobierno que ya no pueden soportar.

Tienen todo el derecho del mundo a esa huelga, a la protesta, a gritar con toda la fuerza de sus pulmones en contra de un gobierno y de unos medios de comunicación que nos hemos dedicado, quizás por las subvenciones, a tapar las barbaridades que durante años lleva haciendo el gobierno de Sánchez, comenzando con la creación de veintitrés ministerios.

Y es posible que aún le falta alguno para satisfacer su ego.

La situación que están viviendo los camioneros es agonizante, pero lo es también la de los pescadores, los agricultores, los regantes, los lecheros. De la situación de ruina a la que nos está llevando el gobierno de Psoe y Podemos solo se salvan los políticos, los sindicatos y las patronales. Por ello algunos sindicatos no se mueven de sus sedes, y los políticos solo piensan en millones para sus ministerios, sus comunidades, sus diputaciones y ayuntamientos. En cuanto a las patronales, como hacía el presidente de Asempal, se lamentaba de la actuación de los piquetes.

Prudencia, cordura, ha pedido la patronal almeriense a los piquetes.

El presidente de los empresarios almerienses ha sido siempre un hombre cauto. No le han gustado las alaracas, ni las grandes declaraciones. Ha sido un hombre prudente, la cordura ha estado presente en su trabajo, cuestión esta que es de agradecer en tiempos de bonanza, pero que a veces hay que dejar colgada en la percha de casa antes de salir a la calle.

El presi de Asempal ni una palabra más alta, ni una expresión más dura. Lo políticamente correcto.

Entiendo que les pidiera cordura a los piquetes. Y es que, si los huelguistas tienen sus derechos, y hay que respetarlos, el resto de los ciudadanos también tienen los suyos y deben ser tenidos en cuenta por los huelguistas y los piquetes. Cosa que en la gran mayoría de las ocasiones no se tienen en cuenta. Pidamos cordura a los piquetes, creo que ante esa petición todos estamos de acuerdo. Respetar el derecho de los demás debiera ser una máxima a defender y proteger por los gobiernos, pero no se suele llevar a cabo.

Mientras el señor Cano pide cordura, el gobierno anunciaba “mano dura” contra los piquetes de transporte. Lo lamentable por parte del señor Marlaska, ministro no sabemos de qué, es que en otras huelgas y actuaciones de piquetes no ha permitido que intervengan las fuerzas del orden público. Hemos visto cómo se cortaban carreteras durante horas y horas ante la mirada de unos policías que nada hacían por evitarlo. Se han destrozado escaparates, mobiliario urbano, sin que la policía intervenga por orden del carismático ministro Marlaska.

Contra unos piquetes que salían a las calles por el sueño de una independencia, guante de seda ministerial, sonrisa mediática y cariño de Marlasca, contra los grupos de salvajes que asolan las calles tras cualquier manifestación, la policía sigue desde la barrera cómo se destroza propiedades públicas y privadas.

Llegaron los transportistas, y lo primero que nos dijo el ministro de delicada voz que contra estos piquetes el gobierno usará “mano dura”. Y la usó, vaya si la usó.

¡Vivan los embudos, señor Marlaska!

¡Vivan los dobles raseros!

A los piquetes de los delincuentes e independentistas catalanes, a los hermanos de la sanguinaria y asesina Eta y a las hordas que asolan nuestras ciudades, alfombras, buenas palabras y risitas bajo sus caras de poca vergüenza, pero si son camioneros los que vienen pidiendo poder vivir de sus camiones, mala cara, peor leche y mano dura por parte de usted y del gobierno. Y es que estos camioneros, según los señores ministros de Pedro, dos mil de Almería, son todos de extrema derecha.

Está claro, si no estás con ellos, si te quejas del gobierno de Pedro, eres de extrema derecha.

¡País!