Tadeusz Slowikowski, el hombre que más conoce sobre la formación alemana, cuenta la historia qu ese esconde detrás de la leyenda. Muertes, amenazas y un pueblo en el que todos se conocen.
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ALMERÍA HOY / 10·11·2019
Pasó más de la mitad de su vida buscándolo y cuenta cómo fue esa aventura. Tadeusz Slowikowski tiene 90 años y desde 1950 está detrás de los pasos del tren nazi repleto de oro que desapareció hace ya 75 años. A los 20 comenzó la "cacería" y no se detuvo. Entre sus razones existe una personal e íntima: su madre fue asesinada en el campo de concentración de Auschwitz.
Slowikowski escuchó por primera vez hablar del misterioso convoy en 1950. Residente de Walbrzych, Polonia, se convirtió en un experto y en el máximo conocedor de las historias que estuvieron detrás de este enigmático tren, cuya existencia fue confirmada por el gobierno de Polonia una semana atrás.
Sin embargo, Slowikowski nunca pudo hallar el túnel secreto en el cual se adentró y en el que quedó sepultado el convoy hasta ahora, después de que dos personas -cuya identidad se mantiene reservada- revelaran a las autoridades el lugar exacto en el cual se encontraba. El tren nazi cargado de oro había dejado de ser un mito, una leyenda.
"Supe del túnel después de salvar a un alemán llamado Schulz, que fue atacado por otros dos hombres. Como gratitud por salvarlo, me contó lo que sabía acerca del túnel", señaló Slowikowski al diario británico Daily Mail. El corredor había sido descubierto por otro alemán que trabajaba en las vías y que vivía en ese pueblo polaco después de la Segunda Guerra Mundial. "El vio dos rieles camino al túnel, que fue sepultado poco después", agregó el buscador del tren.
El antiguo trabajador de ferrocarril alemán tuvo miedo y prefirió guardar para sí el secreto, sin saber qué se ocultaba dentro de ese hueco oscuro e intrigante. Su instinto de supervivencia fue mayor y permaneció callado durante años. No quería que le ocurriera lo mismo que a una familia encontrada muerta. Su casa era clave y ellos podrían saber demasiado.
"Desde la ventana más alta podías ver todo lo que entraba y salía por la línea de vías. El 5 de mayo de 1945 la familia que vivía allí fue ejecutada y la casa demolida. Eso ocurrió tres días antes de que los soviéticos tomaran el pueblo", recordó Slowikowski. "Quien los hubiera asesinado no quería que hablaran de algo que podrían haber visto. No hay nada allí ahora. Sólo un lugar vacío donde solía estar la casa. Nunca se construyó nada allí desde entonces".
La leyenda local habla además del paso de vagones de trenes armados con cañones y ametralladoras. Nunca fue confirmado, pero ese mito alimentó la idea de que algo más sucedió allí, en ese pequeño pueblo polaco, que vivió la tragedia de la Segunda Guerra Mundial muy de cerca. Esa creencia tenía además un ingrediente muy sabroso para completar la leyenda: el tren oculto sobre una colina estaba llena de oro, producto de lo robado a las víctimas del Holocausto.
Después de décadas y de presentar múltiples pruebas que sustentaban la historia del tren nazi, en 2003 se le permitió a Slowikowski explorar el área para determinar si efectivamente existía ese convoy fantasma. Pero el peligro continuó una vez reiniciada la búsqueda.
"Tan pronto como empezamos, tres hombres vestidos de civil y con armas de fuego se acercaron a nosotros y nos amenazaron, diciéndonos que nos detuviéramos. No supe quiénes eran, pero tuve sospechas", recordó el hombre. "Poco tiempo después, mi perro fue envenenado. Luego rompieron la puerta de mi casa y mi teléfono fue intervenido. Eran tácticas clásicas de la policía secreta cuando buscaban intimidar a la gente".
Slowikowski muestra un mapa y una maqueta, en los cuales "recrea" lo que considera que sucedió en mayo de 1945. Dos líneas de vías corren paralelas entre dos colinas. De una de ellas se abre otro camino al túnel secreto. Esas vías ya no existen. El Gobierno polaco militarizó la zona para evitar que se pierdan pruebas del hallazgo, "confirmado", pero aún no rescatado. Roman Szelemej, alcalde de Walbrzych, dijo que "Walbrzych y Silesia Baja están llenas de secretos". Informó además que el área será custodiada bajopresencia militar.
Pero el hallazgo parece estar a punto de desvelarse. Según Slowikowski el tren habría permanecido oculto en una de las tantas minas que figuran en los mapas de la época y que guardan en su interior cientos de secretos, pero también algo que podría ser letal para quienes se involucren en la búsqueda: trampas de explosivos.
Esa teoría coincide con otra expuesta por Magdalena Woch, directora del castillo en el que se instalaron los cuarteles generales de los nazis en esa zona polaca. "Es posible que haya más trenes en Walbrzych", señaló la experta al diario inglés The Telegraph. "Quizás el oro no esté en ese tren de Walbrzych, pero tal vez sí en alguno de los otros ferrocarriles militarizados", expuso Woch.
Además de oro, el o los trenes podría contener también valiosísimas obras de arte de las cuales no se tienen noticias desde 1945. E incluso planes secretos de los nazis, que podría arrojar más luz sobre una de las etapas más oscuras de la historia de la humanidad.
Hace cinco años, un abogado de la ciudad polaca de Wroclaw, en Baja Silesia, provocó una histeria colectiva en la región, cuando señaló a la prensa local que dos personas, un ciudadano polaco y otro alemán, cuyas identidades aún no han sido reveladas, le contaron que habían descubierto un tren alemán nazi repleto de oro, que había desaparecido cerca del final de la II Guerra Mundial en un laberinto de túneles que el Ejército alemán construyó en la región.
“Solo daremos a conocer el sitio donde se encuentra el tren, si recibimos como recompensa el 10% del tesoro”, le dijeron al abogado. Desde entonces, una avalancha de cazatesoros provenientes de todos los rincones de Europa llegó a la zona para intentar descubrir el túnel secreto, donde supuestamente se halla escondido el tren nazi.
La histeria colectiva que vivió en esos días la ciudad de Walbrych, se convirtió en delirio cuando el viceministro de Cultura polaco, Piotr Zuchowski, confirmó la existencia del tren después de examinar una serie de imágenes tomadas en la zona por un radar especial que se utiliza para el sondeo terrestre. “Personalmente estoy seguro al 99% de la existencia del tren, pero por el momento no se puede verificar su contenido”, dijo Zuchowski. “Tiene unos 100 metros de largo y se trata de un descubrimiento excepcional”.
Según el viceministro de Cultura polaco, los dos cazatesoros que afirman conocer el lugar exacto donde se encuentra el tren, descubrieron su ubicación gracias a un mapa que dibujó una persona antes de morir. “Esta persona dijo en una declaración en el lecho de muerte que el tren estaba minado”, afirmó Zuchowski.
Si se confirma la existencia del tren nazi y el supuesto tesoro que se encuentra en su interior —se cree que hay más de 300 toneladas de oro—, el Estado polaco se convertiría en el dueño de tesoro. Pero la supuesta existencia del tren alertó al Congreso Judío Mundial, que advirtió que cualquier pieza de oro, piedras preciosas u otros objetos de valor que se hallen en esos vagones fueron robados por los nazis a judíos polacos durante la guerra.
“Es esencial que se adopten todas las medidas para restituir esa propiedad a sus legítimos dueños o a sus herederos”, dijo en un comunicado el director general de la organización, Robert Singer.
Slowikowski escuchó por primera vez hablar del misterioso convoy en 1950. Residente de Walbrzych, Polonia, se convirtió en un experto y en el máximo conocedor de las historias que estuvieron detrás de este enigmático tren, cuya existencia fue confirmada por el gobierno de Polonia una semana atrás.
Sin embargo, Slowikowski nunca pudo hallar el túnel secreto en el cual se adentró y en el que quedó sepultado el convoy hasta ahora, después de que dos personas -cuya identidad se mantiene reservada- revelaran a las autoridades el lugar exacto en el cual se encontraba. El tren nazi cargado de oro había dejado de ser un mito, una leyenda.
"Supe del túnel después de salvar a un alemán llamado Schulz, que fue atacado por otros dos hombres. Como gratitud por salvarlo, me contó lo que sabía acerca del túnel", señaló Slowikowski al diario británico Daily Mail. El corredor había sido descubierto por otro alemán que trabajaba en las vías y que vivía en ese pueblo polaco después de la Segunda Guerra Mundial. "El vio dos rieles camino al túnel, que fue sepultado poco después", agregó el buscador del tren.
El antiguo trabajador de ferrocarril alemán tuvo miedo y prefirió guardar para sí el secreto, sin saber qué se ocultaba dentro de ese hueco oscuro e intrigante. Su instinto de supervivencia fue mayor y permaneció callado durante años. No quería que le ocurriera lo mismo que a una familia encontrada muerta. Su casa era clave y ellos podrían saber demasiado.
"Desde la ventana más alta podías ver todo lo que entraba y salía por la línea de vías. El 5 de mayo de 1945 la familia que vivía allí fue ejecutada y la casa demolida. Eso ocurrió tres días antes de que los soviéticos tomaran el pueblo", recordó Slowikowski. "Quien los hubiera asesinado no quería que hablaran de algo que podrían haber visto. No hay nada allí ahora. Sólo un lugar vacío donde solía estar la casa. Nunca se construyó nada allí desde entonces".
La leyenda local habla además del paso de vagones de trenes armados con cañones y ametralladoras. Nunca fue confirmado, pero ese mito alimentó la idea de que algo más sucedió allí, en ese pequeño pueblo polaco, que vivió la tragedia de la Segunda Guerra Mundial muy de cerca. Esa creencia tenía además un ingrediente muy sabroso para completar la leyenda: el tren oculto sobre una colina estaba llena de oro, producto de lo robado a las víctimas del Holocausto.
Después de décadas y de presentar múltiples pruebas que sustentaban la historia del tren nazi, en 2003 se le permitió a Slowikowski explorar el área para determinar si efectivamente existía ese convoy fantasma. Pero el peligro continuó una vez reiniciada la búsqueda.
"Tan pronto como empezamos, tres hombres vestidos de civil y con armas de fuego se acercaron a nosotros y nos amenazaron, diciéndonos que nos detuviéramos. No supe quiénes eran, pero tuve sospechas", recordó el hombre. "Poco tiempo después, mi perro fue envenenado. Luego rompieron la puerta de mi casa y mi teléfono fue intervenido. Eran tácticas clásicas de la policía secreta cuando buscaban intimidar a la gente".
Slowikowski |
Pero el hallazgo parece estar a punto de desvelarse. Según Slowikowski el tren habría permanecido oculto en una de las tantas minas que figuran en los mapas de la época y que guardan en su interior cientos de secretos, pero también algo que podría ser letal para quienes se involucren en la búsqueda: trampas de explosivos.
Esa teoría coincide con otra expuesta por Magdalena Woch, directora del castillo en el que se instalaron los cuarteles generales de los nazis en esa zona polaca. "Es posible que haya más trenes en Walbrzych", señaló la experta al diario inglés The Telegraph. "Quizás el oro no esté en ese tren de Walbrzych, pero tal vez sí en alguno de los otros ferrocarriles militarizados", expuso Woch.
Además de oro, el o los trenes podría contener también valiosísimas obras de arte de las cuales no se tienen noticias desde 1945. E incluso planes secretos de los nazis, que podría arrojar más luz sobre una de las etapas más oscuras de la historia de la humanidad.
Hace cinco años, un abogado de la ciudad polaca de Wroclaw, en Baja Silesia, provocó una histeria colectiva en la región, cuando señaló a la prensa local que dos personas, un ciudadano polaco y otro alemán, cuyas identidades aún no han sido reveladas, le contaron que habían descubierto un tren alemán nazi repleto de oro, que había desaparecido cerca del final de la II Guerra Mundial en un laberinto de túneles que el Ejército alemán construyó en la región.
“Solo daremos a conocer el sitio donde se encuentra el tren, si recibimos como recompensa el 10% del tesoro”, le dijeron al abogado. Desde entonces, una avalancha de cazatesoros provenientes de todos los rincones de Europa llegó a la zona para intentar descubrir el túnel secreto, donde supuestamente se halla escondido el tren nazi.
La histeria colectiva que vivió en esos días la ciudad de Walbrych, se convirtió en delirio cuando el viceministro de Cultura polaco, Piotr Zuchowski, confirmó la existencia del tren después de examinar una serie de imágenes tomadas en la zona por un radar especial que se utiliza para el sondeo terrestre. “Personalmente estoy seguro al 99% de la existencia del tren, pero por el momento no se puede verificar su contenido”, dijo Zuchowski. “Tiene unos 100 metros de largo y se trata de un descubrimiento excepcional”.
Según el viceministro de Cultura polaco, los dos cazatesoros que afirman conocer el lugar exacto donde se encuentra el tren, descubrieron su ubicación gracias a un mapa que dibujó una persona antes de morir. “Esta persona dijo en una declaración en el lecho de muerte que el tren estaba minado”, afirmó Zuchowski.
Si se confirma la existencia del tren nazi y el supuesto tesoro que se encuentra en su interior —se cree que hay más de 300 toneladas de oro—, el Estado polaco se convertiría en el dueño de tesoro. Pero la supuesta existencia del tren alertó al Congreso Judío Mundial, que advirtió que cualquier pieza de oro, piedras preciosas u otros objetos de valor que se hallen en esos vagones fueron robados por los nazis a judíos polacos durante la guerra.
“Es esencial que se adopten todas las medidas para restituir esa propiedad a sus legítimos dueños o a sus herederos”, dijo en un comunicado el director general de la organización, Robert Singer.