.. |
ADOLFO PÉREZ
No cabe duda que el bonito paseo del Malecón es imagen y atracción turística de Garrucha, básico para su economía, razón por la que cuidarlo ha de ser primordial para el Ayuntamiento, como así viene ocurriendo; huyendo de cualquier aventura urbanística que lo desnaturalice. No obstante, siempre es bueno que se remocen los elementos que sean necesario remozar.
El próximo domingo, 26 de mayo, se celebran elecciones municipales, después de una campaña en la que los candidatos no paran de prometer lo estupendo que va a ser todo en Garrucha si ganan las elecciones. De modo que cada elector es seguro que tendrá en cuenta los méritos o deméritos adquiridos, promesas incumplidas, que cada candidato tiene en su haber al finalizar los cuatro años de mandato. Asimismo, es importante tener en cuenta las propuestas que se hacen. Propuestas que es preciso estudiar, las cuales reflejan las ideas de los candidatos respecto al desarrollo y bienestar municipal. Muchas de ellas inverosímiles por su naturaleza o alto coste, verdadera pólvora en salvas o castillos en el aire, cosa frecuente en elecciones.
Considero mi deber advertir que en el programa de Ciudadanos, cuya candidatura encabeza Bernardo Simón Paredes, figura la ordenación del paseo del Malecón, o sea, la modificación a fondo de su estructura, con arreglo al croquis que tiene publicado en su página de internet, que he recogido y adjunto a este escrito, croquis que muchas personas han visto. Como se ve no se trata de remozar ningún elemento del paseo sino cambiar su estructura que es lo preocupante.
Según el croquis publicado en internet, en esencia la obra consiste en:
- Suprimir un carril del tráfico dejando solo uno, para que los vehículos circulen en un solo sentido.
- Suprimir las jardineras con sus árboles y los aparcamientos del lado de los edificios.
Basta fijarse en el croquis para darse cuenta que la anchura del paseo que se aprecia no se corresponde con su anchura real, que es bastante más estrecho. La anchura de las aceras está claramente ampliada.
Las razones que esgrime el concejal Bernardo Simón para eliminar un carril del tráfico, las jardineras y sus árboles y los aparcamientos (que tanta falta hacen) del lado de los edificios son:
- Encajar un carril bici en el lado de la baranda.
- Que todas las terrazas se coloquen en la acera del lado de los edificios.
- Impedir que las terrazas se coloquen en la acera del lado de la baranda, excepto las de los establecimientos que estén en ese lado, que solo son dos: Club y Pósito.
El 20 de junio de 2017 Bernardo Simón Paredes publicó un artículo en internet en respuesta a otro mío sobre el proyecto de reforma del paseo, que lo encabezaba con el lema: “Renovarse o morir !!!”, tal cual. Aquí reproduzco el párrafo de lo que escribía al respecto:
“Lógicamente eliminar un carril es para darle a sillas y mesas su espacio, pero solo en ese lado. Evitar y eliminar los estrechamientos existentes desde Floresba hasta el Pósito y ahora ya también desde subida del Puerto hasta Salvador Artesano. Los negocios, todos por igual a un lado solamente. Lado de playa nada, excepto los negocios que tengan fachada a ese lado.”
Así de tajante y rotundo se mostraba el concejal en su escrito en cuanto a la ocupación de las terrazas. Según escribe solo se salvarían de no estar junto a la baranda el Pósito y el Club. Los demás: Califa, Mesón, Andalucía, las dos heladerías de La Jijonenca, Escánez y el resto se quedarían en la acera de los edificios.
Una medida así supondría un grave perjuicio en la oferta turística de Garrucha con importante pérdida de puestos de trabajo, cuando la cuestión se resuelve con una buena ordenación en el verano.
Tal medida sería imposible de aplicar puesto que se alzarían contra ella los empresarios afectados, y no habría alcalde/sa que se atreviera a aplicarla pues no aguantaría la presión ambiental.
Tampoco vale lo que dice el concejal de que se elimina un carril para dejarle más espacio a las sillas y a las mesas del lado de los edificios. Y eso no es así porque todos los establecimientos del Malecón han tapado las jardineras y aparcamientos de su fachada para su propio beneficio.
Y después de ese párrafo el concejal añadía en su artículo: “Nada de tocar zonas verdes.”
Sin embargo, en el croquis se advierte que desaparecen los aparcamientos y las jardineras con sus árboles, que se cambian por palmeras espaciadas. Sobre si se cambian de lugar las palmeras del lado de la baranda, con el peligro de sequía que eso conlleva, nada se dice. Tampoco se dice nada de lo que pueda suceder con el jardín de la parte del Pósito.
La verdad es que se elimina el carril del tráfico no para darle más anchura a las terrazas, sino para encajar el carril bici, pues si no se suprime ese carril no cabe el bici, eso está claro.
Seguro que los ciudadanos/as han observado que por Garrucha no se ven bicicletas, y lo mismo sucede con el carril bici del paseo de Vera, siempre vacío. Así es que ya me dirán si merece la pena suprimir un carril del tráfico por uno de bici que ninguna falta hace.
Eliminar un carril del paseo significa apretar el tráfico, que cada día es más denso, cosa que para el turismo no es lo más conveniente, mientras tanto al lado un carril bici siempre vacío.
Piénsese en cómo podrían circular la ambulancia, bomberos, Guardia Civil o casos urgentes cuando se encuentren con un tapón de coches (cosa frecuente o una zanja por avería de agua.
Cada año se celebra en la calle Mayor de Garrucha “La noche en blanco” para lo que se necesita cerrar al tráfico la calle a fin de que la gente pueda pasear tranquila, sin agobio de coches, lo que se resuelve desviando el tráfico por el Malecón. Así es que si suprime un carril del paseo ya no se podrá cerrar la calle Mayor, ni para esa noche ni para las procesiones u otra eventualidad.
Claro que una obra así requiere mucho dinero, que de nuevo habría que gastarse para volver a la situación inicial cuando fuera una realidad el fracaso. No cabe duda que el proyecto de reformar el paseo marítimo es un intento de asombrar con una ocurrencia para abrirse paso en la política municipal. Según dice el concejal el fin del proyecto de reforma del paseo es disponer las terrazas de modo que quedara libre la otra acera para el paseo de la gente, lo que supondría la pérdida de la vegetación y las muchas palmeras de las citadas jardineras, a la vez que se perdería una gran cantidad de aparcamientos. En ese aspecto, lo que necesita el paseo es ordenar las pocas terrazas que dificultan el paso y no quitarle encanto a uno de los atractivos del veraneo de Garrucha.
También prevé el proyecto la instalación de un carril bici en el lado de la baranda lo que supone la pérdida de uno de los dos carriles del tráfico, y eso ya son palabras mayores. Si uno de los mayores problemas de las ciudades es el tráfico no se entiende que para encajar un carril bici se suprima uno de ellos. Un carril bici innecesario ya que no existe ninguna demanda, máxime cuando se dispone del magnífico que tiene el paseo de Vera a escasa distancia. Es de sentido común aliviar el problema del tráfico dándole toda la fluidez que se pueda, pero de ningún modo limitándolo. Con un solo carril se producirían continuos tapones y atascos, agravándose el problema cuando tuvieran que pasar la ambulancia, los bomberos o algún imprevisto como la avería de un vehículo o la apertura de una zanja.
Además, con un solo carril para el tráfico en el Malecón, uno se pregunta cómo se solucionaría el problema cuando fuera necesario cerrar el de la calle Mayor varias horas como ocurre ahora. Mientras, el carril bici muerto de risa Y es el caso que no tendría solución al no poderse desdoblar el carril del tráfico, lo que haría necesario dar marcha atrás con una nueva obra y más gasto. Pero el concejal Bernardo Simón nada dice sobre cuales son las ‘ventajas’ de tal proyecto para el tráfico.
Resultado: terrazas más extensas a cada lado, el Malecón con un solo carril para la circulación sin poder desdoblarlo, un inútil carril bici, menos aparcamientos y ninguna jardinera en el lado de los edificios como refleja el plano, aunque dice el concejal que no se tocarían las zonas verdes. Lo que no puede ser es que por un carril bici se perjudique el tráfico en Garrucha quitándole al Malecón su doble sentido de circulación. Y encima salen algunos diciendo que esa obra representa la modernidad y el progreso de Garrucha. La cuestión es que por el capricho de unos pocos Garrucha se puede ver muy perjudicada.
El próximo domingo, 26 de mayo, se celebran elecciones municipales, después de una campaña en la que los candidatos no paran de prometer lo estupendo que va a ser todo en Garrucha si ganan las elecciones. De modo que cada elector es seguro que tendrá en cuenta los méritos o deméritos adquiridos, promesas incumplidas, que cada candidato tiene en su haber al finalizar los cuatro años de mandato. Asimismo, es importante tener en cuenta las propuestas que se hacen. Propuestas que es preciso estudiar, las cuales reflejan las ideas de los candidatos respecto al desarrollo y bienestar municipal. Muchas de ellas inverosímiles por su naturaleza o alto coste, verdadera pólvora en salvas o castillos en el aire, cosa frecuente en elecciones.
Considero mi deber advertir que en el programa de Ciudadanos, cuya candidatura encabeza Bernardo Simón Paredes, figura la ordenación del paseo del Malecón, o sea, la modificación a fondo de su estructura, con arreglo al croquis que tiene publicado en su página de internet, que he recogido y adjunto a este escrito, croquis que muchas personas han visto. Como se ve no se trata de remozar ningún elemento del paseo sino cambiar su estructura que es lo preocupante.
Según el croquis publicado en internet, en esencia la obra consiste en:
- Suprimir un carril del tráfico dejando solo uno, para que los vehículos circulen en un solo sentido.
- Suprimir las jardineras con sus árboles y los aparcamientos del lado de los edificios.
Aquí se aprecia la pérdida de un carril, jardinera y aparcamiento
Carril bici (en rojo). Aquí se aprecia que la anchura de las aceras es engañosa |
Basta fijarse en el croquis para darse cuenta que la anchura del paseo que se aprecia no se corresponde con su anchura real, que es bastante más estrecho. La anchura de las aceras está claramente ampliada.
Las razones que esgrime el concejal Bernardo Simón para eliminar un carril del tráfico, las jardineras y sus árboles y los aparcamientos (que tanta falta hacen) del lado de los edificios son:
- Encajar un carril bici en el lado de la baranda.
- Que todas las terrazas se coloquen en la acera del lado de los edificios.
- Impedir que las terrazas se coloquen en la acera del lado de la baranda, excepto las de los establecimientos que estén en ese lado, que solo son dos: Club y Pósito.
El 20 de junio de 2017 Bernardo Simón Paredes publicó un artículo en internet en respuesta a otro mío sobre el proyecto de reforma del paseo, que lo encabezaba con el lema: “Renovarse o morir !!!”, tal cual. Aquí reproduzco el párrafo de lo que escribía al respecto:
“Lógicamente eliminar un carril es para darle a sillas y mesas su espacio, pero solo en ese lado. Evitar y eliminar los estrechamientos existentes desde Floresba hasta el Pósito y ahora ya también desde subida del Puerto hasta Salvador Artesano. Los negocios, todos por igual a un lado solamente. Lado de playa nada, excepto los negocios que tengan fachada a ese lado.”
Así de tajante y rotundo se mostraba el concejal en su escrito en cuanto a la ocupación de las terrazas. Según escribe solo se salvarían de no estar junto a la baranda el Pósito y el Club. Los demás: Califa, Mesón, Andalucía, las dos heladerías de La Jijonenca, Escánez y el resto se quedarían en la acera de los edificios.
Una medida así supondría un grave perjuicio en la oferta turística de Garrucha con importante pérdida de puestos de trabajo, cuando la cuestión se resuelve con una buena ordenación en el verano.
Tal medida sería imposible de aplicar puesto que se alzarían contra ella los empresarios afectados, y no habría alcalde/sa que se atreviera a aplicarla pues no aguantaría la presión ambiental.
Tampoco vale lo que dice el concejal de que se elimina un carril para dejarle más espacio a las sillas y a las mesas del lado de los edificios. Y eso no es así porque todos los establecimientos del Malecón han tapado las jardineras y aparcamientos de su fachada para su propio beneficio.
Y después de ese párrafo el concejal añadía en su artículo: “Nada de tocar zonas verdes.”
Sin embargo, en el croquis se advierte que desaparecen los aparcamientos y las jardineras con sus árboles, que se cambian por palmeras espaciadas. Sobre si se cambian de lugar las palmeras del lado de la baranda, con el peligro de sequía que eso conlleva, nada se dice. Tampoco se dice nada de lo que pueda suceder con el jardín de la parte del Pósito.
La verdad es que se elimina el carril del tráfico no para darle más anchura a las terrazas, sino para encajar el carril bici, pues si no se suprime ese carril no cabe el bici, eso está claro.
Seguro que los ciudadanos/as han observado que por Garrucha no se ven bicicletas, y lo mismo sucede con el carril bici del paseo de Vera, siempre vacío. Así es que ya me dirán si merece la pena suprimir un carril del tráfico por uno de bici que ninguna falta hace.
Eliminar un carril del paseo significa apretar el tráfico, que cada día es más denso, cosa que para el turismo no es lo más conveniente, mientras tanto al lado un carril bici siempre vacío.
Piénsese en cómo podrían circular la ambulancia, bomberos, Guardia Civil o casos urgentes cuando se encuentren con un tapón de coches (cosa frecuente o una zanja por avería de agua.
Cada año se celebra en la calle Mayor de Garrucha “La noche en blanco” para lo que se necesita cerrar al tráfico la calle a fin de que la gente pueda pasear tranquila, sin agobio de coches, lo que se resuelve desviando el tráfico por el Malecón. Así es que si suprime un carril del paseo ya no se podrá cerrar la calle Mayor, ni para esa noche ni para las procesiones u otra eventualidad.
Claro que una obra así requiere mucho dinero, que de nuevo habría que gastarse para volver a la situación inicial cuando fuera una realidad el fracaso. No cabe duda que el proyecto de reformar el paseo marítimo es un intento de asombrar con una ocurrencia para abrirse paso en la política municipal. Según dice el concejal el fin del proyecto de reforma del paseo es disponer las terrazas de modo que quedara libre la otra acera para el paseo de la gente, lo que supondría la pérdida de la vegetación y las muchas palmeras de las citadas jardineras, a la vez que se perdería una gran cantidad de aparcamientos. En ese aspecto, lo que necesita el paseo es ordenar las pocas terrazas que dificultan el paso y no quitarle encanto a uno de los atractivos del veraneo de Garrucha.
También prevé el proyecto la instalación de un carril bici en el lado de la baranda lo que supone la pérdida de uno de los dos carriles del tráfico, y eso ya son palabras mayores. Si uno de los mayores problemas de las ciudades es el tráfico no se entiende que para encajar un carril bici se suprima uno de ellos. Un carril bici innecesario ya que no existe ninguna demanda, máxime cuando se dispone del magnífico que tiene el paseo de Vera a escasa distancia. Es de sentido común aliviar el problema del tráfico dándole toda la fluidez que se pueda, pero de ningún modo limitándolo. Con un solo carril se producirían continuos tapones y atascos, agravándose el problema cuando tuvieran que pasar la ambulancia, los bomberos o algún imprevisto como la avería de un vehículo o la apertura de una zanja.
Además, con un solo carril para el tráfico en el Malecón, uno se pregunta cómo se solucionaría el problema cuando fuera necesario cerrar el de la calle Mayor varias horas como ocurre ahora. Mientras, el carril bici muerto de risa Y es el caso que no tendría solución al no poderse desdoblar el carril del tráfico, lo que haría necesario dar marcha atrás con una nueva obra y más gasto. Pero el concejal Bernardo Simón nada dice sobre cuales son las ‘ventajas’ de tal proyecto para el tráfico.
Resultado: terrazas más extensas a cada lado, el Malecón con un solo carril para la circulación sin poder desdoblarlo, un inútil carril bici, menos aparcamientos y ninguna jardinera en el lado de los edificios como refleja el plano, aunque dice el concejal que no se tocarían las zonas verdes. Lo que no puede ser es que por un carril bici se perjudique el tráfico en Garrucha quitándole al Malecón su doble sentido de circulación. Y encima salen algunos diciendo que esa obra representa la modernidad y el progreso de Garrucha. La cuestión es que por el capricho de unos pocos Garrucha se puede ver muy perjudicada.