Seis piezas de música clásica para disfrutar estas Navidades

De las obras litúrgicas del siglo XV a las composiciones contemporáneas, la tradición navideña ha inspirado algunas de las más bellas creaciones musicales


Concierto de Navidad de la US Navy Band en 2006.

NOATODO / 22·12·2015

Una de las obras de música clásica que se suelen asociar con la Navidad es el oratorio de Haendel que lleva por título El Mesías aunque, en realidad, de sus tres partes sólo la primera habla sobre el Adviento y el nacimiento del Hijo de Dios. La segunda se centra en su pasión, muerte y resurrección, y la tercera, en el Juicio Final.



Pocos años antes, Bach había compuesto otro oratorio que había de ser interpretado en las iglesias de San Nicolás y Santo Tomás de Leipzig durante la Navidad de 1734. Se trata, realmente, de seis cantatas que estaban pensadas para ser ejecutadas en otros tantos días. Las tres primeras, para los días 25, 26 y 27 de diciembre, desarrollan la historia del nacimiento de Jesús, el aviso a los pastores y su adoración. La cuarta es para la fiesta de la circuncisión, que se celebraba el 1 de enero; la quinta, para el primer domingo del año con textos que hablan sobre el viaje de los Reyes Magos; y, finalmente, la sexta es para la fiesta de la Epifanía.



Mucho menos conocido es un oratorio que Saint-Saëns escribió con 23 años, en sólo 12 días y que sonó por primera vez en la Navidad de 1858 en la iglesia de La Madeleine, en la que el compositor trabajaba como organista.




Hay, por otra parte, varios textos litúrgicos a los que diversos compositores les pusieron música a lo largo de los siglos. Poulenc, a mediados del siglo XX, hacía sonar de este modo O magnum mysterium, Quem vidistis pastores dicte, Videntes stellam y Hodie Christus natus est.



A través de estos temas podríamos realizar un amplio repaso a la historia de la música. Por ejemplo, con el O magnum mysterium podríamos pasar de Byrd, Victoria, Palestrina, Gombert hasta diversos autores del siglo XX, como por ejemplo Morten Lauridsen.



O, por poner otro ejemplo, los Hodie Christus natus est desde Jean Mouton, Palestrina, Jan Sweelinck, o Schütz hasta nuestros días.