Música clásica a las puertas del Apolo con Di la Strada

La joven formación divirtió con su propuesta moderna e informal para acercar lo clásico a todos los públicos


Flamenco, jazz y sinceridad en una reinterpretación de los clásicos
ALMERÍA HOY / 19·10·2014

Eran las 21.30 en punto de la noche cuando los músicos de la Orquesta di la Strada salieron a la calle para comenzar su actuación. Sí, a la calle. Porque el objetivo fundamental de esta joven formación andaluza es acercar la música clásica al público y qué mejor forma que romper la solemnidad de una actuación que dando la bienvenida a los asistentes desde la puerta del Teatro Apolo y, poco a poco, ir tomando el camino por el patio de butacas hasta completar el escenario. Seis violines, dos contrabajos, una flauta travesera, un saxofón, una guitarra española y percusiones de todo tipo para revisar un repertorio que, dentro de su clasicismo, se tornó como jóvenes y vigorosas creaciones.

No estuvieron solos. En muchos de los temas, sobre todo «el tramo español», como ellos definieron, con piezas como Asturias, la Carmen Suite nº1 de Bizet o la suite Española op. 47 de Albéniz, estuvieron acompañados del baile sentido y profundo de Triana, que puso más arte sobre el escenario. Todo ellos después de la brillante apertura con una bouree anónima del siglo XVII.

Tras ese viaje por lo nuestro, la formación pasó a piezas más heterogéneas, como Pavana para una infanta difunta de Ravel o el St. Paul’s Suite de Gustav Holst. Los momentos más divertidos de la velada vieron con una versión imponente de La Danza Húngara nº5, de Brahms, con una percusión muy jazzística, y con una marcha turca que levantó aplausos y sonrisas entre todo el público. Entre ellas, el esperado Fandango, de Luigi Boccherini, obra que da título a este espectáculo. Donde brillaron castañuelas, cajón flamenco, improvisación de flauta y baile, en un espectáculo lleno de vida.

La Orquesta di La Strada puse el broche a su actuación tal y como empezó la noche del viernes, sorprendiendo de nuevo al público que ya se despedía en los aledaños del Apolo, con una nueva pieza.