¡Sal, ya vienen los niños del Perdón!


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PASEO ABAJO/Juan Torrijos

Es hora de ver a los niños por las calles de la ciudad, de vivir con ellos las emociones y sentimientos que despiertan sus silencios, su pies descalzos, su mirar al frente, ese paso lento acompañando al Cristo al que dedican las tres horas, para ellos más hermosas del año, durante el viacrucis del Martes Santo en esta Semana de primavera.

Salir a las calles de Almería en esta noche, ver el paso del Cristo con sus hachones encendidos entre los oscuros rincones de la ciudad no deja de ser una oración común dedicada al coraje de esta gente, al esfuerzo que nos ofrecen, a la entrega con la que viven estas horas en las que nos dejan que estemos con ellos en la calle, es la clara demostración de como viven el sentimiento que nos viene a recordar en esta semana que estamos viviendo.

Si la Semana Santa es una hermosa demostración de teatro sacro en la calle, el viacrucis de los Niños del Perdón de hoy martes es la vivencia del drama en esa representación. Ellos no buscan la música, el aplauso, ellos quieren silencio, miradas bajas y si es posible compresión por parte de los que desde las aceras, a veces con una copa de vino en la mano, les vemos desfilar en el más absoluto mutismo.

Y estos niños calan en la gente que los contemplan, y se ganan, en medio de una sociedad ruidosa e intolerante, una tregua que parece imposible. Han sido capaces de poner de acuerdo a gente de toda índole política y social. Ellos han sido capaces de ver cómo comparten fila en la procesión o acera, por unas horas, hombres mujeres que viven distintas realidades políticas.

No es extraño encontrar que tras ese capirote se esconden los ojos y los rasgos de una persona de ideología de izquierdas. Al igual que entre las cientos de personas que van detrás de sus silenciosos hijos, incluso de sus descalzos maridos, van mujeres que militan en formaciones de las llamadas revolucionarias. Y es que no hay mayor revolución que la que estos Niños del Perdón han logrado en la Semana Santa de Almería.

Los veremos pasar desde las aceras de nuestras estrechas calles, y en más de una mente estará la ilusión de que algún día podría vestir como ellos, sentir como ellos y acompañar en silencio como ellos al Crucificado en su viacrucis por la ciudad de Almería en la noche de este martes.

La Semana Santa de Almería es grande, hermosa, nadie lo pone duda, pero el Cristo del Perdón ha desbordado los corazones de los ciudadanos. Y hoy, a partir de las 22 horas se ha convertido en salida obligada a verlos, a percibir y experimentar con ellos unos sentimientos que casi tenemos olvidados el resto del año.

Por unas horas estos niños consiguen hacernos creer que somos mejores personas. Pero solo por unas horas.