Cuando el río suena, títo Berni puede estar detrás


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PASEO ABAJO/Juan Torrijos

Omitiendo la gracieta que pudiera tener el artículo del pasado viernes (reírse no viene mal de vez en cuando, relaja el espíritu y nos prepara para nuevos acontecimientos políticos en ese devenir en el que se ve abocado el partido de Pedro Sánchez y sus satélites, con los puticlubs y las sandeces conocidas del tío Berni y sus camaradas de partido), es de lógica pensar que cuando el río suena agua baja y con presión.

Y presión debe tener en estos días el secretario de la ejecutiva local de la ciudad de Almería, el señor Indalecio G. Salinas, como lo están vendiendo los medios informativos nacionales. Se es inocente mientras no lo diga un juez, y a veces se es, aunque no lo diga uno, dos y hasta tres, pero lo que no se puede negar en estos momentos es que las aguas bajan oscuras, muy oscuras para el prestigio político del señor Gutiérrez Salinas.

A su presunto escándalo propiciado en los madriles en tiempos de pandemia, con participación en cenas, prostíbulos y blanqueo de nariz, se le une en la ciudad de Almería, donde es el referente de los socialistas, el lío monumental montado en torno a la lista al ayuntamiento que lidera Adriana Valverde, y que anda en trámite de ser montada, desmontada y vuelta montar por intereses ajenos a los que pueda tener y acceder en estos días el señor Gutiérrez Salinas tras sus presuntas escapadas nocturnas.

No veo a Indalecio con la fuerza necesaria en estos momentos para arreglar el desaguisado creado en la que debería ser la lista del PSOE a la capital. No es que no tenga la fuerza necesaria, es que no tiene ni siquiera la fuerza moral para hacerlo. Mientras amenaza, que me parece muy bien y oportuno, con la justicia a todos los que le mencionen en la trama del tío Berni, él, lo quiera o no reconocer, sea con justicia o sin ella, se ha visto descabalgado del trono que ocupaba en el PSOE almeriense. Y así lo sienten hoy todos los militantes socialistas almerienses.

Hasta ayer, Indalecio Gutiérrez era la cara del sanchismo en Almería, hoy es la cara de tío Berni. Sea o no verdad, es la imagen que se está vendiendo, es el agua que está dejando correr el hombre que está descubriendo los entresijos de una operación que ha dado al traste con la vida política del paisano.

No te veo, Indalecio, qué quieres que te diga, haciendo campaña en las municipales al lado de Adriana. Y supongo que ella menos, no querrá verte ni en pintura a su lado. Eres, para tu desgracia política y la de tus compañeros, la imagen de tío Berni en estos momentos, la de esos compañeros que se ha denunciado, presuntamente, se iban en tiempos de la pandemia del puñetero covid, con el encierro de los ciudadanos en sus casas obligados ilegalmente por Sánchez, como ha dictaminado el Constitucional, de cenas al mejor restaurante, de putas y de coca, y no de cola, sino de la otra, de la ina, ina, ina.

Es de imaginar que Fernando Martínez López habrá tomado cartas en el asunto, y si no lo ha hecho debería hacerlo. En cuanto a ti, supongo que ahora no te pedirán la dimisión en tu partido, no es tiempo de hacer y reconocer grandes errores como este antes de una campaña a comenzar en un mes y pico, sería peor. Se entiende el cese de tito Berni, pero, ¿te imaginas lo que sería la dimisión de quince o dieciocho diputados del PSOE en el Parlamento Nacional? Menudo despelote. Seguirás de diputado, pero no parece que tengas un gran futuro político por delante, dicen que ya tienen preparado el nuevo número uno de tu partido por Almería. Hablan de Antonio Hernando, vinculado amorosamente con esta tierra.