Catorce de febrero, día de los enamorados


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PASEO ABAJO/Juan Torrijos

Hoy es el día de los enamorados. Cada vez que llega el catorce de febrero, que me levanto pensando en aquellos días en los que uno andaba enamorado, me acuerdo de Álvaro Cruz, el gran “Pototo” de la radio y de la prensa. Y recuerdo aquel programa de radio en la que le pidió dinero a los almerienses para dejar constancia de que en Almería se celebraba el día de San Valentín.

Un retablo de la mano del genio almeriense, Jesús de Perceval, fue el regalo de los ciudadanos, de Pototo y de Jesús a este día que se viene repitiendo año tras año. El retablo estuvo perdido durante algún tiempo, apareció, como casi todo en la vida, y de nuevo se le perdió la pista, hoy ya ni siquiera importa dónde pueda esconderse aquel trozo de historia dedicado a un día como el de hoy, y a un santo que (según decía don Juan López, un cura de Roquetas de Mar y con un par y de dos yemas a la hora de cantarle las cuarenta al barquero, sea este el que fuera), tenía alguna vinculación con la ciudad de Almería.

Hoy se dirá que la festividad es obsoleta, cuando no la trataran de machista desde algún sector de la actual sociedad. Y es que no se lleva lo de estar enamorado. Lo de pasear cogidos de la mano, lo de mirarse a los ojos y decirle a alguien algo tan sonoro y hermoso como:

Te quiero.

Somos unos carcas. Lo reconozco. La juventud de aquellos años en los que San Valentín era importante para nosotros éramos unos carcas. Y a mucha honra. Montábamos fiestas dedicadas a San Valentín. Bailes con motivo de la festividad, y en todas ellas, es cierto, nos comportábamos como carcas enamorados. Algunos no estábamos locamente enamorados en ese justo momento, pero nos encantaba celebrar el día de los enamorados. Siempre había una María José o una Ana, a la que intentar conquistar, y nos lanzábamos a ello con la ilusión de los poco años, de la juventud dorada y bastante alocada.

Hoy San Valentín lo seguimos celebrando los llamados carcas. Somos los pasados de rosca y de moda los que buscamos un lugar donde pasar un rato de este día, y hacerlo al lado de la persona con la que compartes un trozo de tu vida. Los que compramos una flor o un pequeño regalo para la persona que forma parte de ese trozo de tu vida en la que le has dejado entrar.

En el fondo no deja de ser triste que el personal no sienta lo que supone, y especialmente durante unos años de juventud, estar y sentirse un loco enamorado. No digo que tenga que ser hasta las trancas, eso sería demasiado. Dicen que te vuelves tonto, que ves la vida de colores. Feliz y bendita locura, hermoso arcoíris el que vive dentro de ti durante ese tiempo en el que notas, manifiestas, sientes que estas enamorado de una preciosa joven, chiquilla o mujer.

Debe ser terrible no sentirse enamorado, no haberse enamorado nunca, no haber hecho alguna locura por no estar enamorado. Aún está a tiempo. Enamórese. Haga una locura por esa persona de la que se siente enamorado. Anímese, hombre. Nunca es tarde para enamorarse.

Feliz San Valentín. Te quiero “Pototo”.