“Me duele que mis hijos y nietos convivan con esta mierda radiactiva”

El expresidente provincial de ASAJA, Pacual Soler, anuncia que buscará la movilización ciudadana para que se lleven el plutonio de su pueblo



ALMERÍA HOY / 06·11·2022

56 años después del accidente entre dos aviones del ejército norteamericano, todavía quedan más de 9 kilos de plutonio esparcidos en 41 Hectáreas de Palomares y Vera.

Vecinos de la pedanía cuevana acuden periódicamente a Madrid para ser sometidos a controles sanitarios a fin de conocer la repercusión de convivir con la radiactividad, sin embargo, la mayoría prefiere cubrir el incidente nuclear con el silencio. Temen la repercusión que asociar el nombre de su pueblo con la radiactividad puede tener sobre la comercialización de sus productos y, por tanto, en la economía local.

Pero el expresidente de ASAJA-Almería, Pascual Soler, ya está “harto”. Ha comprobado que intentar “ocultar” el problema y confiar en una “sucesión de Gobiernos irresponsables y de alcaldes que tenían que haber alzado más la voz” ha tenido como resultado que el plutonio, más de medio siglo después, “continúa aquí”.

“Me duele haber permitido que mis hijos y nietos convivan con esta mierda radiactiva por haber creído los embustes que nos han ido contando”. Soler, que vive “calle por medio” del almacén del Centro de Investigaciones Energéticas, Medio Ambientales y Tecnológicas (Ciemat), lamenta el tiempo perdido por “confiar” en la Administración y “respetar” a los gobernantes, pero ya está “cansado”.

Todos los Gobiernos, en sus anuncios oficiales, han dicho a los vecinos que llevarían a cabo “estudios” para “descontaminar” los terrenos mancillados con plutonio. “Les creímos, pero ha pasado el tiempo y la única novedad es que van a expropiar” las parcelas afectadas. Se trata de 32,4 Has que aún no son propiedad del Estado. Las pagarán a poco más de un euro el m2, pues el Consejo de Ministros ya ha informado que empleará 345.127,95 euros en la operación.

“LA PUÑETA”

La compra de los terrenos tanto tiempo después ha despertado recelos en el directivo de ASAJA. “Quieren vallarlo todo y dejarlo sin limpiar –teme-. ¡Que cumplan de una vez, descontaminen y se lleven la puñeta a donde sea!”

Soler entiende que ya “han confiado demasiado” y, tras décadas de “engaños y manipulaciones”, ha llegado el momento de “emprender otras medidas”.

Reconoce la existencia de “intereses económicos” en evitar la “repercusión negativa” que podría tener la movilización de los vecinos. Considera que los palomareños también se han mantenido al margen porque la radiactividad “no se ve”. No puede asegurar que la enfermedad que están superando su mujer y él mismo sean causa directa del plutonio, aunque recuerda que vive junto a una calle donde se han registrado medidas de radiactividad que “multiplican por 800 el límite considerado peligroso por la Organización Mundial de la Salud (OMS)”.

En cualquier caso, recuerda que la contaminación atómica “existe”. Es un hecho objetivo “que ningún Gobierno ha negado”. Soler sostiene que no puede dilatarse más el momento de tomar medidas y limpiar. Destaca estar de acuerdo con ayudar a Ucrania y que se amplíe la base del Ejército norteamericano en Rota, pero “si hay dinero para eso, también debe haberlo para que se lleven el plutonio de Palomares. No hacerlo es burlarse de nosotros, como llevan haciendo más de 56 años”.

“Mi pensamiento es movilizar a los vecinos para conseguir de una vez la limpieza tantas veces prometida. Sé que no estarán todos conmigo, pero yo sí estoy dispuesto. ¡Ya está bien! No podemos seguir dejando esta mierda de legado a más generaciones”.