Tienen ustedes que escuchar a la sociedad


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PASEO ABAJO/ Juan Torrijos

Pobre sociedad la nuestra. Anda en boca de todos los políticos, los de uno y otro bando, la usan y abusan de ella cuando les interesa, pero a la hora de la verdad lo único que vemos es cómo la olvidan o la ningunean, cuando no la usurpan.

Señores del PP tienen que escuchar ustedes a la sociedad almeriense, dice doña Adriana Valverde. Se refería la portavoz del PSOE a los ficus que se van a quedar en la Plaza Vieja tras sentencia judicial.

Don Miguel Cazorla, “el azote de los plenos” (según la alcaldesa habla más que una cotorra, se pasa el tiempo de su turno de palabra por el forro de sus caprichos), le venía a decir algo parecido al equipo de gobierno en el ayuntamiento capitalino, y también con el tema de los ficus en la vieja plaza del Juego de las Cañas. Y mencionaba don Miguel, “el azote de los plenos”, a aquellas asociaciones que presentaron en su día alegaciones contra la retirada de los árboles de la plaza del Consistorio.

¿Entiendo, según doña Adriana y don Miguel que, si no estamos dentro de alguna de esas organizaciones sociales y protestonas (están en su derecho), no formamos parte de la sociedad, y por lo tanto no nos tiene que oír el equipo de gobierno, ni echar en cuenta nuestra opinión?

¿Y si cuando lleguen las elecciones de mayo votan solo los políticos, las mencionadas organizaciones y sus señorías los jueces?

No les des ideas que lo mismo hacen una ley y nos dejan sin voto a los que no estamos en una organización social o política y no somos jueces.

Según las opiniones de los dos ediles, esta es la sociedad a la que hay que escuchar, a la otra, a la silenciosa, a la que no milita, a la que vota cada cuatro años, a la que paga los impuestos sin rechistar, a la que no recibe subvenciones, a la que multan si sacas la basura antes de tiempo, a la que soporta la suciedad en aceras y calles, ni caso. Es posible que tenga lo que se merece por andar algo dormida. ¿Solo algo?

Si controlas un par de organizaciones sociales, los sindicatos siempre estarán pendientes de la subvención, y algunos jueces son cercanos y de confianza, no te hace falta el resto de la sociedad. Ellos son los que mandan. Puedes ganar elecciones con mayoría, incluso absoluta, a ellos no les importa, puedes prometer en tu programa hacer esto o aquello y que el ciudadano te vote por esas promesas, no podrás llevarlas a cabo, los que mandan en esta sociedad está formada por dos, tres organizaciones y unos jueces casi amigos que dictarán las sentencias sobre una sociedad a la que ellos gobiernan sin presentarse a las elecciones.

Aquí estamos ante el diferente valor de los votos en las urnas. No parece que tenga el mismo el voto del ciudadano sin militancia, que el que lo hace a través de una organización social o política. Ni qué decir tiene en cuanto al voto de los jueces. Estos votos, los de sus señorías, deben valer un potosí, un jardín con flores, una plaza con árboles, un hotel en Carboneras o un piso okupado, con K.