Llegará el día del Juicio para quienes se burlan


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SAVONAROLA

Ya sabéis, amadísimos hermanos, que existe una Justicia de los hombres y otra final que, llegado el ocaso de los tiempos, ha de dictar el Supremo Hacedor de todo lo que se mueve y también de lo inerte.

Ese día, cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, se sentará en el trono y todos los pueblos se congregarán delante de Él. Separará a los unos de los otros, como el pastor aparta a las ovejas de los cabritos, y pondrá a las primeras a su derecha y a los segundos a su izquierda.

Entonces el Rey dirá a los de su derecha: “¡Venid, benditos de mi Padre, recibid la herencia del reino preparado para vosotros desde el comienzo del mundo! Porque tuve hambre y me disteis de comer; tuve sed y me disteis de beber; era forastero y me acogisteis; estaba desnudo, y me vestisteis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel y vinisteis a verme”.

Entonces los justos le responderán: “Señor, ¿cuándo te vimos hambriento y te dimos de comer, o sediento y te dimos de beber? ¿cuándo te vimos forastero, y te acogimos; o desnudo y te vestimos? ¿cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y fuimos a verte?”

Y el Rey les dirá: En verdad os digo que cuanto hicisteis a uno de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis.

Entonces dirá también a los de su izquierda: “¡Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles! Porque tuve hambre y no me disteis de comer, tuve sed y no me disteis de beber, era forastero y no me acogisteis; estaba desnudo y no me vestisteis; enfermo y en la cárcel y no me visitasteis”.

Entonces dirán también estos: “Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o sediento o forastero o desnudo o enfermo o en la cárcel y no te asistimos?”

Y Él entonces les responderá: “¡En verdad os digo que cuanto dejasteis de hacer con uno de estos más pequeños, también conmigo dejasteis de hacerlo!”

Porque el Señor juzgará, mis carísimos hermanos, y examinará el puntual cumplimiento de los diez mandamientos de su Ley, entre ellos el que obliga a santificar un día en su honor cada semana y, al mismo tiempo, exige trabajar los restantes.

Conocéis que el amor de Dios es infinito, pero su cólera es igualmente incontenible. Recordad cómo el Hijo expulsó a los mercaderes del Templo a golpes de vergajo y advirtió a los fariseos que pagaban el diezmo por la menta, el anís y el comino mientras descuidaban el cumplimiento de sus obligaciones con las leyes del Altísimo.

Así ocurrirá sobre la Tierra. Igual que sucedió a Caín, que no fue castigado con la muerte por haber finado a su hermano, porque el Padre prefirió protegerle de la parca con una marca para asegurarle el sufrimiento durante harto más tiempo, hasta el fin de sus días.

Y aquellos que se alegran de que la Justicia de los hombres que se ampara en la Ley de Dios no les afecta, serán sentados como cabritos a la siniestra del Supremo.

Y porque el Padre todo lo ve y todo lo sabe, su Justicia llegará a esos confines donde los injustos buscan refugio. Y la vagancia y los haraganes que la practican serán señalados y arrancados como se arrancan los parásitos del cuerpo.

Y como a todos afectará, apartará a gentes que conocéis por cercanía o por oídas, como los cinco forestales sorprendidos en flagrante pecado de absentismo. A estos les marcará como a Caín para que todos sepan quienes son y el Dios pueblo les castigue con su mofa y escarnio allá por do caminen, allá por do aparquen.

El Sumo Hacedor les enviará al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. Dirá a Ignacio de la Torre que destripar alegremente cochinillos con una faca de Albacete o de cualquier otro origen es como abrir en canal al mismísimo Dios, porque todas las criaturas le pertenecen y Él está en ellas y ellas están en Él.

Al fanfarrón Francisco Arias reprenderá el Altísimo que burlarse del prójimo semeja a escupir al Cielo y cada gargajo retornará a su rostro tal que diluvio de esputos.

Yahvé espetará al actual jefazo Jordi Sevilla que vender puestos de caza en parques naturales en horas de trabajo es delito y está muy pero que muy feo. Que por ser quien es no puede hacer de servidor de la naturaleza de día y prenderla hasta convertirla en ceniza cuando se pone el uniforme de furtivo.

Recriminará Jehová a los forestales absentistas que no trabajar con diligencia durante la semana es un pecado contra Dios y una ofensa contra la Madre Tierra que han jurado proteger.

Increpará el Juez Supremo a los funcionarios que utilizan coches oficiales para el propio disfrute, porque eso es robar a todos los ciudadanos que pagan sus sueldos.

Y, finalmente, El que todo lo ve condenará a todos los jefes que amparan el hurto, la molicie y la negligencia en lo público, pues, consintiendo, faltan a la confianza del pueblo que les amamanta.

Quien quiera entender, que entienda. Vale.