En Madrid se habló de la unión de Murcia y Almería


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PASEO ABAJO/ Juan Torrijos

Hace algunos años, bastantes para ser exactos, dos almerienses, Juan Antonio Gómez Angulo y Francisco Soler Valero, manifestaban que lo mejor para esta provincia sería el de unirse a Murcia y conformar una comunidad con fuerza dentro del mundo de la agricultura.

Cierto es que los agricultores almerienses han venido en décadas anteriores dependiendo de los murcianos a la hora de vender sus productos, y no eran buenos los ejemplos que tuvieron que vivir. No eran todos, como ustedes pueden entender, pero eran muchos los agricultores a los que les cortaban la uva, o la naranja y las pagaban al ya te veré.

Se quedaron muchas cosechas por pagar y la imagen del murciano a la hora de comprar empezó a perder prestigio. Los tiempos son nuevos, es cierto, pero los más viejos siguen recordando aquellos años, promesas y pagos que no se recibieron por parte de los vecinos. Pero los tiempos han cambiado.

No sé si Carmen Crespo lo va a reconocer, a los políticos no les gusta hablar de estas cuestiones en público, pero con su homólogo murciano, durante la última feria en Madrid, se habló de ese gran proyecto que sería la unión de Murcia y Almería, con la sorpresa de una provincia de la que no se hablaba hace algunos años, pero que cada día que pasa está más cercana en cuentos a sus problemas a los que padecen las dos mencionadas. Nos referimos a Alicante.

Los empresarios agrícolas de las tres provincias vienen persiguiendo con su trabajo la solución a unos problemas a los que se vienen enfrentando en soledad. Entienden que unidas las tres provincias ganarían una fuerza con la que presentarse ante el gobierno de España y ante los grandes partidos y mercados europeos.

Los políticos afectados no nos lo van a reconocer, su partido no está por ese trabajo, pero las conversaciones van calando, las palabras no se las lleva el viento, se convierten en semillas que pueden ir fructificando ante las desidias del gobierno central y la poca fuerza al estar divididas que representa la soledad de Murcia, Almería ente la vorágine de las ocho provincias andaluzas y Alicante casi escondida en una esquina del reino de Valencia.

Es posible que en estos momentos no deje de ser el sueño de cuatro empresarios y dos políticos, pero las palabras de Gómez Angulo y Soler Valero siguen ahí, se recuerdan de vez en cuando y van calando entre los ciudadanos de un sureste español olvidado, desprotegido y ninguneado por los distintos gobiernos que han mandado en España.

Si a ello unimos que en las comunidades de Valencia y Andalucía se siguen teniendo a Alicante y Almería como las hermanas pobres, las alejadas esquinas de sus importantes capitales, cada vez que sus ciudadanos ven que no se cumple con ellas, en las distintas ferias donde se encuentren se volverán a oír las palabras de unión, aquella que proponía dos almerienses para Almería y Murcia, y a la que en los últimos tiempo se une Alicante.

Doña Carmen ¿qué le decían sus colegas de Murcia y Alicante?