El impuesto de patrimonio y otras lindezas


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PASEO ABAJO/ Juan Torrijos

No anda uno, ya lo quisiera, entre esos casi mil almerienses que tienen un patrimonio que pasa de los setecientos mil euros y a los que Moreno Bonilla les viene a beneficiar con esta medida. No me he dedicado a la política ni he montado empresas, y escribir en libertad lo que uno cree y quiere no da ingresos como para estar entre la élite del patrimonio. Y bien que lo lamento, no crean. Pero no debía estar mi camino por esos derroteros.

En la Europa comunitaria este es un impuesto que no se lleva. De él no se habla. Se entiende que la familia ya paga por lo que gana y por el patrimonio que se va acumulando a lo largo de los años. Lo que no deja de ser un segundo, un tercer impuesto y hasta un cuarto a los beneficios de la familia conseguidos con el trabajo, aunque este sea el de la política, las subvenciones o las comisiones.

No tendría que ser Juan Manuel Moreno Bonilla el que subvencionara este impuesto a pagar por los andaluces, debería ser el gobierno de España el que lo aboliera, como en el año (creo que fue el 2007) prometió hacer Zapatero si ganaba las elecciones, lo hizo, y con la crisis que se generó lo volvió a poner.

Hasta los socialistas reconocen, aunque no se atrevan a decirlo abiertamente, que pagar patrimonio es pagar dos veces por lo conseguido. Pero con aquello de que beneficia especialmente a los ricos, hay que mantenerlo.

El impuesto no es justo, beneficie a quien beneficie. Por ello el que desaparezca es de lógica, sabemos que la comunidad no lo puede hacer, tendría que ser el gobierno central, por lo que es algo que deberían exigir todos los partidos políticos que se precien de estar preocupados por los impuestos justos a pagar por los ciudadanos. Pero no se les ha oído en los cuarenta años que llevamos de democracia. Nos quejamos ahora del Psoe, pero el Pp estuvo con Aznar y después con Rajoy, y no derogaron el dichoso impuesto, que ellos si lo podrían haberlo llevado a cabo.

El ministro Escrivá estuvo acertado hace unos días con “hay que recentralizar los impuestos en toda España”. No lo llevaron sus propios al cadalso porque no existe. Pero ha sido lo más inteligente y normal que le hemos oído a parte de este gobierno. Claro que los vascos, navarros y los catalanes que quieren la economía asimétrica para el país, no están por la labor. El señor Escrivá manifestó al día siguiente que nunca había hablado de centralización o armonización. ¿Miedo al nacionalismo que mantiene a Sánchez en el poder? Pavor es lo que le tienen en Moncloa.

Y los socialistas lógicos y sensatos, que alguno debe quedar sobre esta tierra ¿qué piensan? ¿Armonizamos todos los impuestos del país? ¿Dejamos al lado cupos, fueros y otras historias del pasado? ¿Hacemos de España un país moderno y fuerte pensando en el futuro?

De la rebaja del Irpf de Moreno Bonilla, bienvenido sea todo recorte en la cobranza de impuestos, no hay mucho que decir. Es poco margen el que tienen las autonomías en ese impuesto, pero si por lo menos nos da para tomar un par de cervezas al mes…

¡Empresarios catalanes, aquí está Andalucía, vuestra tierra!

Lo dijo alto y fuerte el presidente andaluz. Sin complejos. Con cierto orgullo. Ya era hora.

Hay que reconocer que Juanma levantó ampollas en los líderes nacionalistas, en los independentistas y en los delincuentes de las altas tierras catalanas. Si unimos al cabreo de estos el de vascos, navarros y el de nuestra ministra “La chiqui”, es evidente que Moreno ha acertado en algo, les ha dado un buen golpe en los “huevines”. En el caso de nuestra Chiqui, como forma parte de un gobierno donde se pueden cambiar de sexo cada vez que lo necesitan, los “huevines” son de quita y pon.