Dicen en el PP que con Vox en crisis se quedan solos


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PASEO ABAJO/ Juan Torrijos

Andan las campanas populares cantando ¡aleluya, aleluya! Que no está mal que lo hagan, oigan, lo tienen todo de cara, pero que no se equivoquen los estrategas del PP a la hora de analizar lo ocurrido en las últimas semanas en el partido de Abascal.

Gritan a los cuatro vientos que ya nunca van a necesitar a Vox, que los de la cuadrilla de la extrema se han despeñado solitos. Y en parte se puede estar de acuerdo con el argumento, el frenazo dado en las tierras de María Santísima ya fue de campeonato. Aquella noche tenían la cara como si los hubieran tirado del campanario.

Uno les diría a estos cantautores del PP, la derecha por cierto nunca los ha tenido buenos, que el que Vox toque su techo electoral va a depender de la política que ustedes lleven a cabo durante los próximos meses y lo que ellos sean capaces de ofrecer.

Es indudable que la situación creada estos días por Macarena le va a suponer un desgaste importante a su ex partido. La crisis que están viviendo se la han ganado ellos mismos con sus errores y sus imposiciones. Si a ello unimos que Moreno parece haberse despertado y seguir la política de Ayuso, la gran baza nacional del PP, ello puede suponer, sin lugar a dudas, un resurgir de los populares y que el frenazo del 19 de junio de Vox y la salida de Olona tenga repercusiones en las municipales en el próximo mes de mayo.

Los votos vuelven a decir los de Feijóo que están en el centro, y que es a ese lado a donde hay que mirar. Moreno lo acaba de decir en una entrevista. Soy liberal. Nuestro partido es el centro de la política. Claro que, una cosa es decirlo y otra que la gente lo sienta así. Mariano lo intentó, recuerdan como en un congreso de Valencia echó literalmente a liberales, centristas y otras raleas. Pues ya ven ustedes como acabó, convertido en un solitario bolso en el escaño del congreso.

Si Juanma Moreno y los nuevos dirigentes del PP que van llegando al poder cogen por el contrario la vía política de Isabel Díaz Ayuso, como acaba de hacer y comentar el propio Moreno Bonilla no hay duda de que a Vox le costará Dios y ayuda ese pretendido crecimiento. Es la política de Ayuso y los errores por ellos cometidos los que pueden parar a Vox. Ayuso lo hizo en Madrid, y no duden que tuvo su importancia en el votante de la derecha andaluza. A ello los fallos de la campaña y llegó el batacazo.

A la derecha de este país le gusta la valentía de Ayuso, ese enfrentamiento que tiene con Sánchez que la convierte en la persona más odiada para el progresismo nacional y el independentismo patrio. Isabel levantó las esperanzas de una derecha acobardada y desgajada por Mariano Rajoy, y han sido esas ilusiones abiertas por la madrileña las que han puesto en pie a una derecha española que estaba desnortada. Moreno le ha puesto la corona.

Ahora todo son alabanzas para Feijóo, y no me atrevería en principio a decir que estén desencaminadas, hay que esperar a lo que ofrezca en el futuro, pero fue ella, Isabel Díaz Ayuso, la que le levantó la moral al sector social conservador que se había visto destrozado por las políticas de Mariano.

Recuerdan la llegada de Casado a la presidencia del PP, buen parlamentario, joven, guapo y dispuesto a comerse el mundo, con Sánchez en medio del bocadillo. Y la gente de la derecha se lo creyó.

¿Cuánto duró Casado? El entrenador tuvo que sacarlo sin haber acabado el partido.

¿Quién mantuvo el pabellón en alto? Isabel Díaz Ayuso.

¿Quién parecía el gran rival de Sánchez y de la izquierda en España? Isabel Díaz Ayuso.

¿Qué imagen de gobierno y de política se vendía en el resto de la derecha? El del Madrid y la de Isabel. Hoy se une el de Andalucía y Moreno.

Ayuso tiene muy clara la política para controlar el ascenso de Vox. Y ha sido esa imagen la que ha venido vendiendo de cara al resto del país.

El auge de Vox en Andalucía dependerá de la política que desarrolle Juanma, y mientras este se acerque a la imagen que viene dando Ayuso funcionará.

En España dependerá de la función de Feijóo una vez que llegue al poder, si es que llega solo o tiene que ir acompañado. En principio a la derecha española no le gusta ese Feijóo que prefiere al PNV antes que a Vox.

Y tras lo ocurrido en las elecciones del pasado domingo en Italia con la victoria de Meloni, Vox ha vuelto a sonreír tras la crisis que lo sacude. ¿Cuánto le durará?