‘Golpe de estado’ en Natura World

En esta urbanización naturista veratense se viene librando una contienda entre textiles y nudistas desde hace 12 años. En el desarrollo de los acontecimientos se cuentan vigilantes de seguridad heridos, férreos controles de acceso a zonas comunes y “más de cien incidentes violentos”



ALMERÍA HOY / 05·08·2022

La convivencia se rompió hace diez años en Natura World, urbanización veratense de 495 viviendas pionera del nudismo en España.

Cerca de un centenar de nuevos propietarios, partidarios del uso del bañador, compraron apartamentos en ese lugar, pero no llegaron a integrarse con los 400 naturistas ya asentados, quienes aseguran vivir desde entonces una auténtica pesadilla. Los números que maneja el colectivo nudista se traducen en “más de un centenar de incidentes violentos -50 denunciados oficialmente- provocados por el grupo de textiles”, que llegaron a fundar su propia comunidad de propietarios a espaldas de la original. Pero el conflicto experimentó el pasado 4 de julio una escalada de proporciones muy preocupantes.

Según consta en la denuncia que registraron en el Cuartel de la Guardia Civil de Vera, a primeras horas del día, doce personas pertenecientes a una empresa de seguridad contratada por el colectivo textil “instalaron un control de acceso” en la puerta de la única de las cuatro piscinas comunitarias que funciona. “Disponían de un listado de personas” y sólo permitían entrar a quienes aparecían en él.

Simultáneamente, dos “forzudos” de ese grupo “rompieron” los candados, las cámaras de seguridad y “desalojaron a la fuerza” a los dos vigilantes contratados por la Comunidad de Propietarios Natura World. Uno de ellos sufrió lesiones suficientes como para ser atendido en el Hospital de La Inmaculada y continuar, al cierre de esta edición -2 de agosto-, de baja. También “obligaron” a “abandonar” la piscina a la socorrista y a los bañistas. “A un señor lo sacaron del agua agarrándolo por el cuello”, añade una vecina del grupo nudista.

Los denunciantes señalan a cuatro propietarios –Manuel Conde Pizarro, Antonio Martínez Molinos, Jesús Franco Sanz y José Manuel Torres Ruiz- de ser los responsables de la acción y dar instrucciones al resto.

Los mencionados eran asistidos –según los demandantes- por otro señor que no es propietario, residente ni trabajador de la urbanización. Desde la comunidad de Natura World aseguran que esta persona hace labores de mantenimiento para el grupo de textiles. Añaden que su esposa trabaja en los juzgados de Vera y sospechan que podría haber intervenido para “dilatar” los procedimientos emprendidos por los nudistas contra la parte “minoritaria” de la urbanización.

“CONDUCTA PASIVA”

En la denuncia, también indicaron que los agentes de la Guardia Civil de Garrucha que acudieron a su llamada mantuvieron una “conducta pasiva” a pesar de estar presentes en el momento en que produjeron las “coacciones”.

“No hicieron nada”. Mientras apalizaban “delante de su cara” al vigilante, el sargento hablaba por teléfono -dicen que “durante tres cuartos de hora”- sin atender las “angustiosas” llamadas de atención de los presentes pidiendo su intervención. Y, “si el principal no hacía su trabajo, los demás tampoco”.

Para encontrar el origen de esta situación es preciso remontarse a los primeros años 2000. La promotora Ingofersa vendió en la comarca más de un centenar de apartamentos que nunca llegó a construir.

Ante la presión de los compradores, la empresa ofreció a cambio otras viviendas que poseían en distintos lugares de la zona, entre ellos, en Natura World, donde contaban con un centenar de las 495 viviendas de la urbanización.

Pero los nuevos propietarios no compartían la afición por el nudismo, y comenzaron los problemas. Los naturistas, incómodos al sentirse observados. Los adeptos al traje de baño por compartir piscina con los atributos al aire de otras personas.

Los recién llegados constituyeron su propio barrio dentro de la urbanización y una comunidad de propietarios distinta, a la que denominaron ‘Ciudad de Tarragona 3’. El Tribunal Supremo la consideró ilegal porque la ley establece que “no pueden coexistir dos comunidades en una misma propiedad horizontal”. Como ya existía la llamada ‘Natura World’, la segunda “no debería siquiera haber sido constituida”.

A partir de esa sentencia, los textiles convocaron una asamblea de propietarios que celebraron “sin seguir el procedimiento legal”. En esa reunión, eligieron otra Junta Directiva “al margen de la legítima”.

Por su parte, la Audiencia Provincial de Jaén –una treintena de propietarios textiles son de la localidad jiennense de Torredelcampo- sancionó en firme la “indispensable práctica nudista en los elementos comunes de la finca, como piscina y jardines” porque así lo estipula “el artículo 7 de los estatutos” de la Comunidad Natura World.

El último capítulo ocurrió el 28 de julio. Agentes del Servicio de Vigilancia Privada de la Policía Nacional se presentaron para resolver el conflicto generado por la contratación de dos empresas de seguridad diferentes para un mismo espacio, algo que la ley rechaza.

Tras recabar la oportuna documentación, abandonaron el lugar sobre las 18:00, no sin antes advertir “la prohibición de exigir la identificación e impedir el paso a los usuarios de la piscina”. Sin embargo, según la presidenta de Natura World, “volvieron a hacerlo a las 19:00”.

CAMPO DE BATALLA

La situación ha degenerado de manera que la urbanización semeja “un campo después de una batalla”. Por una parte, debido a los “destrozos” presuntamente ocasionados por los textiles.

Los vecinos primigenios los tildan de “salvajes procedentes de una tribu”. Les acusan de “arrasar” los jardines “regándolos con agua fuerte” y de arrojar “desperdicios” a la piscina.

Por si no fuera suficiente, también les afean que no contribuyan a los gastos comunes, por lo que el mantenimiento “se ha resentido hasta el punto de que linda con el abandono”. Ya han emprendido “más de 90 procedimientos monitorios para exigir las cuotas impagadas”.

El ambiente está tan enrarecido que muchos propietarios han preferido no disfrutar sus apartamentos durante los meses de julio y agosto, que es cuando llega la mayoría de la parte “conflictiva”.

Aun así, y a pesar de sentirse abandonados por la Guardia Civil y la Justicia, “que no obliga a que se ejecuten las sentencias firmes” ya dictadas, los 400 dueños nudistas de Natura World prefieren seguir los pasos que dicta la ley. “Si quisiéramos, somos cuatro veces más; podríamos juntarnos y echarlos a palos, pero no somos como ellos”. Y continúan poniendo denuncias en el Cuartel de la Guardia Civil, pero en Vera, no en Garrucha.