¿Tiene miedo Pedro Sánchez?


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PASEO ABAJO/ Juan Torrijos

El próximo día cinco, domingo y fiesta de guardar para los católicos, en el castillo de Cuevas del Almanzora se nos anuncia visita y palabras del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez Castejón. Es la primera, y por lo visto la única visita a Almería, si Ferraz no dice lo contrario, de Sánchez durante la campaña electoral a las autonómicas andaluzas.

No deja de sorprender que el gran acto de campaña del socialismo andaluz se haya preparado fuera de la capital, y que no se me enfaden en Cuevas, tienen todo el derecho divino y humano a recibir al personaje en su pueblo y en su castillo, ver su imagen de hombre y político y a oír su excelsa voz hablando de la corrupción del PP.

Nada que objetar a su presencia en Cuevas.

Pero ¿no creen ustedes que el personaje en cuestión, y los que les preparan la campaña, lo que están demostrando es un miedo escénico a la capital, a la bronca de los ciudadanos que le viene acompañando en sus visitas a lo largo de los últimos tiempos?

¿Creen ustedes que tienen miedo?

Todos los datos que se han servido a las terminales desde Moncloa intentan minimizar los disgustos que se lleva el presidente, cada vez que oye las voces de los ciudadanos llamándole de todo, con abucheos e insultos que llegan a ser duros hasta para el más traidor de los traidores a su país. Y eso, se quiera o no, mina la moral del personaje, de los que lo acompañan y de todo el partido que Pedro tiene detrás.

No es fácil, por mucho que se quiera desde el entorno del presidente, buscar razones para desnaturalizar las chuflas y rechuflas que está recibiendo el presidente en sus paseos por el país que gobierna. Y no se puede alegar que es algo que le ha venido ocurriendo a todos los presidentes de la izquierda en España.

Durante muchos años los ciudadanos respetaron a Felipe González, todos recordamos sus paseos triunfales por la península, tuvo que pasar la primera legislatura de Zapatero para que los ciudadanos salieran a la calle en contra de Zp y de sus políticas que estaban llevando a la ruina a España y a los españoles. Los ciudadanos salen a la calle y protestan ante Pedro Sánchez por su política de entregar el país en manos de aquellos que lo quieren desmembrar, aquellos que se han enfrentado a la constitución con armas, con asaltos a la legalidad.

Y eso sin entrar en los precios de la luz, la gasolina, otras lindezas y en las leyes que se han aprobado durante estos años en el congreso de los diputados que rayan lo que es la más elemental de las lógicas.

Claro que Pedro y sus acompañantes tienen miedo. Pavor diría yo, a lo que una capital como Almería levantada le pudiera decir en su cara. Miedo a no ser capaces de llenar un recinto con este presidente. Temor a la imagen a repartir en el país, aunque los periódicos y las televisiones bien regados de dinero público no lo hagan, pero con unas redes volcadas en dar a conocer al mundo el recibimiento de Almería al presidente del gobierno.

El domingo Pedro estará en Almería, pero su partido lo esconde en Cuevas del Almanzora, no se atreve a traerlo a la capital.

Debería pensar la militancia de su partido: ¿Por qué no lo lleva a la ciudad de Almería? ¿Por qué lo esconde?

Deberían pensar los militantes socialistas ¿qué puede pasar tras el diecinueve de junio?

Y lo que las encuestas nos vienen apuntando, es el descalabro sin precedentes del hegemónico partido socialista en Andalucía.

Si se cumplen las mismas, ¿qué va a ser del PSOE el día veinte? ¿Lo han pensado? Deberían hacerlo.