La alcaldesa de Níjar contra el parque eólico marino en Cabo de Gata

Sostiene que causaría un daño "innecesario e irreparable"



ALMERÍA HOY / 22·06·2022

La alcaldesa de Níjar, Esperanza Pérez, ha trasladado en un artículo enviado a los medios de comunicación la oposición del municipio a la construcción del parque eólico marino flotante ‘Mar de Ágata’ frente al litoral del parque natural de Cabo de Gata, y ha afirmado que supone asumir un daño “innecesario e irreparable” a uno de los entornos “más privilegiados del Mediterráneo”.

Pérez (PSOE) indica que, si bien no cuestiona la “oportunidad” que supone una inversión de esta envergadura y las necesidades de la comarca por el desmantelamiento de la central térmica Litoral de Endesa en el municipio vecino de Carboneras, hay que abogar por otro camino que no “perjudique un entorno que no es nuestro, que tenemos que preservar para los que vienen detrás”.

“La importancia de la inversión no implica aceptar sin reparos que tengamos que asumir un daño innecesario, irreparable”, traslada la regidora, que añade que no se trata ya de expresar “la oposición de grupos ecologistas, o del sector pesquero”, sino la de los vecinos de Níjar “en defensa de sus intereses”.

Remarca que el macroproyecto ‘Mar de Ágata’ ha “logrado la unión de todos ellos, de su inmensa mayoría”, contra la instalación y añade que, por tanto, su posición “no puede ser otra que la de un no”, aunque, según matiza, “no un no rotundo, sino un sólo que así no”.

La alcaldesa nijareña señala que Almería, tanto en mar como en tierra, “es lo suficientemente extensa para poder acometer un proyecto tan singular como éste sin hacer daño, sin generar una cicatriz que jamás podremos reparar” y considera que no se trata de valorar si “el impacto visual será mínimo, sino que éste impacto visual se producirá”.

“Y llegados a este punto, a esta certeza, no hay más que hablar. No podemos aceptar porcentajes aceptables de daño a un legado natural que nos ha sido prestado para su conservación y no podemos permitirnos aceptar ahora un pequeño daño que abra la puerta a otros en el futuro con la excusa de que ya se hizo algo por el estilo con anterioridad, porque sencillamente tenemos que ser fuertes en nuestras posiciones”, afirma.

En el artículo de opinión, Pérez subraya que hay “cosas, entornos, parajes, situaciones, que tenemos que proteger sin permitirnos un mínimo de flexibilidad” y asegura tajante que “uno de esos bienes, elementos o cosas que están por encima de cualquier interpretación es el Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar”.

Tras defender la necesidad de nuevos modelos energéticos, advierte de que es preciso encontrar soluciones “que se acomoden a todas las posiciones, sin dejar en el camino ganadores o perdedores, y mucho menos perjudicando un entorno que no es nuestro, que tenemos que preservar para los que vienen detrás” e invita a explotar “otras formas de hacerlo”.

“Nuestro trabajo es colaborar, ayudar, apoyar y animar a que se encuentre esa vía para que no se pierda esa inversión, ese proyecto, pero de una forma que no dañe a terceros”, insiste.

La regidora recuerda que Níjar vive de la “agricultura y del turismo principalmente” y remarca que “ambos sectores dependen en muy buena medida del Parque Natural de Cabo de Gata Níjar como estandarte, como imagen internacional de la grandeza de lo que hay tras cada tomate, cada sandía o cada noche de hotel”.

“Si hoy aceptamos un impacto visual como el del mayor parque eólico construido en el Mediterráneo frente a la mayor reserva marítimo terrestre de Europa ligada a un parque natural, mañana no podremos asegurar el mayor patrimonio singular que es nuestro verdadero hecho diferencial en el mercado exterior”, avisa.

El emplazamiento, aproximado, del parque eólico se situaría frente al tramo litoral que va desde La Isleta del Moro hasta Agua Amarga y, según se indica en el documento inicial del proyecto, los 20 aerogeneradores flotantes, de una altura de 261 metros, se colocarán a una distancia mínima a la costa de 6,5 kilómetros frente a la Punta de los Muertos, a diez kilómetros de AguaAmarga y a casi 12 kilómetros de Las Negras.

Los molinos, que ocuparán en su conjunto una superficie aproximada de 70 kilómetros cuadrados, estarán “muy próximos” a una Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA), de una Zona Especial de Conservación (ZEC) de la Red Natura 2000, de la Reserva de la Biosfera Cabo de Gata-Níjar, de una Zona Especialmente Protegida de Importancia para el Mediterráneo (ZEPIM) y de una Reserva Marina.