"‘Juramento de sal’ alberga una reivindicación por la puesta en valor de Turaniana y Las Salinas"

Alberto Cerezuela presenta este jueves, a las 19:00 en el Teatro Cervantes de Almería, su última obra. Sostiene que “podría ser una novela negra, histórica o social” que pretende llamar la atención sobre la rehabilitación del patrimonio


Cerezuela muestra su libro desde el lugar en que se erigió la Torre Quebrada, en el yacimiento romano de Turaniana, en Roquetas de Mar. La fortificación fue volada en los años sesenta por la "voracidad constructora".

ALMERÍA HOY / 08·12·2021

El conocido escritor y editor almeriense cambió de registro para huir del "encasillamiento" que notaba como relator de los sucesos extraños relacionados con la provincia. Ha cambiado el misterio por el suspense y se lo pasa "bomba". Al tiempo, pretende "llamar la atención de quienes pueden actuar" para investigar, recuperar un patrimonio histórico y natural en peligro, así como evitar que vuele en pedazos, como la Torre Quebrada, por la "voracidad constructora". Por eso, y por mucho más, 'Juramento de sal' (Círculo rojo, Almería noviembre de 2021) "podría ser una novela negra, histórica o social" que se presenta en sociedad este jueves, 9 de diciembre, a las 19:00, en el Teatro Cervantes

- Segunda novela y también de intriga. Parece que has cambiado definitivamente el misterio por el suspense.
- La verdad es que me sentía muy encasillado en el tema de los fenómenos extraños. Una noche, en la puerta de un McDonald, se produjo un momento de inflexión. En la cola, delante de mí había una señora con su hija, que debía tener catorce o quince años. De repente, la niña le dijo a su madre “¡mamá, mamá, está ahí el hombre de los fantasmas!”. He de decir que no me gustó, a pesar de que esas historias me encantan. De hecho, voy a seguir investigando todo lo que caiga en mis manos relacionado con asuntos sin respuesta que suceden o han ocurrido en Almería. Tengo algunas investigaciones muy avanzadas, no obstante, ahora no es mi prioridad escribir sobre fenómenos extraños. Sin embargo, con la novela negra me lo paso bomba. Me ayuda mucho.
- ¿Escribir novela negra como terapia?
- Este año ha sido complicado para mí. Difícil. Escribir ‘Juramento de sal’ me ha ayudado muchísimo. Yo vivía en El Ejido y nos mudamos a la zona de Las Salinas de Roquetas de Mar en agosto del año pasado. Desde la ventana de la habitación en que escribo veo las antiguas salinas, que hoy apenas son un solar con charcos. También diviso el humedal que hay detrás, en el que viven numerosas especies de animales y, al fondo, un palmeral que se erige sobre los restos del yacimiento romano de Turaniana. Todo ese paisaje me empujó a fantasear con las historias de los salineros que allí trabajaban y quienes vivieron allí hace dos mil años. Empecé a bucear en las hemerotecas y encontré las impresiones de quienes descubrieron el yacimiento a finales del siglo XIX y de quienes lo redescubrieron en los 70. Supe que allí se levantaba una torre a la que llamaban Quebrada, que fue volada en 1962 por motivos urbanísticos, no obstante, todavía pueden verse en el lugar los sillares de la base de la torre. Comencé a obsesionarme con todo eso.
- Y, a partir de esos mimbres, urdiste ‘Juramento de sal’.
- Así es. En la novela fantaseo con la desaparición de una niña en ese entorno, en una fiesta celebrada en una casa que describo como la mía y la mezclo con hechos ficticios que ocurrieron con los salineros y en el mundo romano, que a mí me encanta. De hecho, colecciono monedas de esa época. Mezclo en la trama un poco de numismática y rituales romanos con el desarrollo de los hechos. Con esos ingredientes he construido una historia en cuyo proceso de elaboración me lo he pasado muy bien.
- Algo muy diferente al trabajo realizado anteriormente sobre el mundo del misterio en Almería.
- En esos libros yo hacía una labor de reportero. Me limitaba a escribir lo que me contaban los auténticos protagonistas, porque a mí nunca me ha pasado nada que tenga que ver con sucesos extraños. Jamás he visto un OVNI ni un fantasma. Al final, sólo era un transmisor. Sin embargo, en las novelas me encargo de crear unos personajes que han vivido conmigo en mi cabeza y en mi habitación durante meses. Les he cogido cariño y, como no tengo que rendir cuentas a nadie, ahora escribo novela negra simplemente porque me apetece.
- Tu anterior novela, ‘El refugio de los invisibles’, comienza con la protagonista ya muerta, ¿hay muchos cadáveres esparcidos por las páginas de ‘Juramento de sal’?
- No, ésta no va tanto de muertes. Desaparece una niña. He construido la novela a base de 140 capítulos muy cortos. De cuatro páginas como mucho. Cada uno, a su vez, está dividido en 11 partes que comienzan con una reflexión de la víctima. Habla sobre cómo se siente o lo que ve. También de un monstruo, que es un elemento muy importante en la historia, que trata de lo que percibe una cría de siete años durante el secuestro que sufre. Juego con el morbo del lector al preguntarse qué le está pasando. Paralelamente, cuento la historia de una investigación policial, en la que los protagonistas son los mismos agentes que en la anterior novela, es decir, Reyes Martínez, Lucas Campillo y Alma Valero, una joven policía que poco a poco va cogiendo peso. Son los encargados de descubrir qué hay detrás del rapto de la hija de una rica familia de la zona, desaparecida mientras se celebraba una fiesta en la que había otros dos matrimonios vecinos. La trama se desarrolla en dos épocas. Los tres hombres fueron compañeros en la Universidad de Almería hace casi 20 años. Como yo, estudiaron Humanidades, y algo les pasó. Ese suceso tiene que ver, dos décadas más tarde, con la desaparición de la niña.
- Al igual que el equipo de policías, ¿aparece también el grupo de jóvenes que hacían un programa sobre asuntos paranormales en una emisora de radio local?
- Sí. Quiero que las novelas se puedan leer de manera independiente. El lector puede sumergirse perfectamente en ‘Juramento de sal’ sin antes haber leído ‘El refugio de los invisibles’. Sin embargo, haberlo hecho ayuda bastante. Por ejemplo, el libro empieza con Reyes Martínez saliendo de una situación complicada por lo mal que lo pasó en la anterior novela, pero eso no afecta para nada al caso de este libro. Los chicos del programa de radio también aparecen en esta historia, pero su actuación no tiene nada que ver con la anterior. Además, aparece Héctor Coronado, el antagonista de ‘El refugio de los invisibles’.
- Da la impresión de que estuvieras escribiendo diferentes capítulos de una serie de televisión.
- La verdad es que me gustaría mucho. Me lo han dicho algunos amigos escritores que ya han leído ambas novelas. Pero he puesto esas opiniones en cuarentena, porque pueden estar mezcladas con el cariño que me profesan. Igual no son del todo objetivas. No obstante, he conocido a un premio nacional de la Crítica, que no tiene ninguna relación conmigo, y me asegura ver una serie de televisión en estas novelas. Me dice que la acción engancha y tiene todo el perfil. También las ha leído el conocido director de cine Antonio del Real. Me ha recomendado que las envíe a Netflix. Está convencido de que reúne los ingredientes necesarios para una serie. No voy a negar que me gustaría hacerlo, pero lo esencial es que lo he pasado muy bien escribiendo las dos novelas, y eso ya me ha ayudado mucho. He hecho lo que me ha dado la gana. Quizás cuando las coja algún purista de la novela negra se eche las manos a la cabeza, porque he hecho cosas arriesgadas.
- ¿Por ejemplo?
- La narración transcurre en tres épocas. Además de las dos que ya he señalado, la de los salineros en los años 60. Las tres confluyen y tienen que ver con la desaparición de la niña. Introduzco muchas historias. También amor. Trato mucho las relaciones interpersonales, algo que ya ocurría en ‘El refugio de los invisibles’, porque estoy convencido de que el ser humano se deja llevar por las pasiones, que son el motivo que le inducen a realizar actos que, de otro modo, nunca serían capaces de acometer. Al final, ‘Juramento de sal’ podría ser una novela negra, pero también histórica o social. Alberga una crítica y una reivindicación por la puesta en valor de Las Salinas y Turaniana. ¡Ojalá se consiga y ese patrimonio se convierta en un importante aliciente turístico en lugar de perderse para siempre, como la Torre Quebrada, por la voracidad constructora!
- Sobre Turaniana, el Ayuntamiento de Roquetas de Mar tiene un proyecto de actuación.
- Sí. Han estado excavando dos semanas, durante las que he podido hablar con la arqueóloga que ha dirigido la investigación. Han terminado de trabajar allí. 
- ¿No hay un plan para continuar los trabajos y poner en valor el yacimiento?
- Sinceramente, no lo sé. Hay una noticia de finales del siglo XIX en la que un periodista da cuenta de lo que hay en Turaniana y de lo que se había llevado la gente, porque el yacimiento ha sufrido un expolio notable. Este hombre dice literalmente que ha visitado Pompeya y esto no tiene nada que envidiarle. ¡Imagínate qué pudo ver ese señor! Hoy no se aprecia nada. Espero que el subsuelo está protegiendo los restos de aquella villa romana. Fray Joaquín Delgado vino aquí en los años 60. Alguien le habló de Turaniana y estuvo investigando durante mucho tiempo. Yo he comprado en internet una postal de Turaniana, de esa época, que él le manda a su mejor amigo. Le cuenta lo impresionante que es y lo maravillado que está. Decía que debería conocerla todo el mundo. Al final, quedó en nada. En la novela juego con todo eso.
- ¿Con el objetivo de que se investigue y rehabilite el yacimiento?
- ¡Ojalá sirva para llamar la atención de quienes pueden actuar! Juego mucho con historias que me sugieren lo que pudieron vivir los habitantes de esos lugares en ambas épocas, pero la novela no deja de ser una obra de ficción. Sé que existió Torre Quebrada, aunque ignoro el uso que tenía. Los historiadores se contradicen. Unos dicen que era de época nazarí y otros que romana, pero lo cierto es que estuvo ahí y la volaron en 1962 ¿por qué la destruyeron?
- Conociéndote, supongo que ya andarás pensando en la tercera entrega de la serie.
- Mi cabeza es un problema. Como ya he dicho, mis dos novelas se pueden leer de manera independiente, aunque voy metiendo pinceladas de la primera en la segunda y comparta personajes. ‘El refugio de los invisibles’ terminó dejando una cierta duda. En ‘Juramento de sal’ represento esa duda y da pie a elaborar una tercera parte en el mismo sentido o que cierre para siempre la saga. Lo cierto es que tengo material para empezar la tercera novela.