“Jesús Arias trazó rutas que nos han permitido conocer territorios musicales ignotos”

Isabel Daza y Antonio Arias, de Lagartija Nick, ofrecen este sábado en Antas un concierto recital repasando la trayectoria poética y musical de Jesús Arias, el gran conector de mundos tan cercanos y distantes como el rock, el flamenco y la poesía 



ALMERÍA HOY / 04·09·2021

'Un jardín contra tu nombre' es el título del poemario póstumo publicado por Jesús Arias en 2019 y el pretexto para que Isabel Daza, filóloga autora del estudio que abre el el libro, y Antonio Arias, hermano del autor y músico al frente de Lagartija Nick, ofrezcan un recital y concierto basado en canciones compuestas por Jesús, en el que estarán acompañados por otro hermano Arias, José Ángel, y el piano de David Montañés. Será este sábado, 4 de septiembre, a las 21:00, en la Plaza de España de Antas, en un acto que cerrará el Prólogo Cultural de la Feria 2021 programado por el Ayuntamiento con la colaboración de Argaria

- Al acercarnos a Jesús encontramos que, además de músico, poeta y un potente motor cultural, fue un gran conector de burbujas aparentemente distantes como el rock, el flamenco y la poesía.
- Antonio Arias: Efectivamente, una de sus características más determinantes fue la de conector de mundos diversos y, en principio, muy distantes a través de las personas. Unió Silbar [pub capital del punk granadino de los 80] con La Tertulia [café de encuentro de poetas donde surgió la llamada ‘otra sentimentalidad’]. Recorrió el camino que existía entre Javier Egea o Luis García Montero y la gente del rock. Él hacía ambas cosas; poesía y rock. Era un teórico que llevaba las ideas a la práctica. Fueron numerosos los proyectos que puso en marcha.
- Isabel Daza: Cuando murió, Diego A. Manrique escribió un artículo en el que llamaba a Jesús “inspirador de posibilidades”. Ésa era su faceta fundamental. Abrir muchos caminos que permitieran llegar muy lejos. Algunos los recorrió, mientras que en otros se limitó a abrir la puerta, pero de cada una de sus ideas brotó un nuevo campo musical o literario. En suma, artístico.
- Una de las constantes que incluye ‘Un jardín contra tu nombre’ es el mar.
- ID: El mar representa un doble juego muy poético. Es el amor, pero, también, la muerte. La inmensidad de la vida y la profundidad de la tragedia. Quizás sin saberlo, Jesús heredó una tradición. Es el mismo mar de Juan Ramón Jiménez y Javier Egea. Vivo y trágico al mismo tiempo.
- Un arqueólogo alemán, el doctor Hermanfrid Schubart, sostiene que el mar nunca es una frontera, sino el medio que une todas sus orillas. Una idea que conecta directamente con Jesús.
- ID: Así es. Para Jesús, el mar nunca fue una frontera. Sin embargo, él se encargó de señalar a los responsables de muchos de los naufragios que ha sufrido este mundo; a los que transforman el mar-vida en un mar-muerte, una tríada dolorosa. Siempre jugó en su poesía con esa doble imagen.
- Otras constantes que aparecen en el libro son la muerte, el tiempo y la soledad. Y una sed insaciable, a pesar de tanto mar.
- ID: Hay un poema de Juan Ramón Jiménez, de ‘Un poeta recién casado’ – un libro escrito durante un viaje en el que atravesó el Atlántico- que termina diciendo ‘ya sólo nos separa el agua’. El mar nos une, no obstante, es tan inmenso que también separa. Funciona como posibilidad, pero también, más allá de la metáfora, como algo insalvable.
- ¿Insalvable como la distancia entre la víctima y el verdugo, dos papeles que, sin embargo, Jesús asume a lo largo del poemario?
- ID: No obstante, en el libro aparece otra constante, la soledad como motor. Es posible que Jesús se presente como víctima del dolor que produce. Él identifica a los responsables de esa situación y, si se siente víctima, comparte ese dolor con el resto de una humanidad maltratada; ciega; que se yergue ante banderas que la apelan como multitud, desindividualizándola. Trasciende esa dualidad entre el dolor propio y el de la Historia.
- El hilo conductor del poemario es una ruptura amorosa que quiebra a Jesús en mil pedazos. En Oriente existe una técnica para unir fragmentos de una cerámica rota utilizando oro a modo de pegamento. Tratan de convertir en algo bello los restos de una tragedia ¿Crees que Jesús quiso hacer algo así con este libro?
- ID: Totalmente. No puedo asegurar que fuera con la intención de unir esos fragmentos de forma bella, aunque sí con la necesidad de darles cuerpo y reconstruirse a sí mismo por medio de la poesía. A mí me recordaba lo que decía Lacan: “lo que atañe al goce no pasa por el cuerpo, sino por la palabra, que es la que nos construye”. En la obra de Jesús está clarísimo. No es casual que titulara el libro ‘Un jardín’, porque se trata de un espacio concreto. Es una forma de crear un lugar habitable. Tal vez a partir de fragmentos de los que se han ido, pero dentro de ese juego verdad-mentira al que nos enfrenta, recreando la pérdida en la escritura.
- El segundo verso del libro dice “hay mucha muerte en esa herida”, y el que cierra el poemario, “he sentido la vida”.
- ID: Ese final es toda una declaración de intenciones. No se trata de recrear o imaginar solamente, sino de vivir. La palabra da cuerpo a las emociones propias, y Jesús asume que ha vivido en el más oceánico de los sentidos.
- Y tanto que vivió. Como si de un Cid más contemporáneo se tratara, su vitalidad creadora le ha llevado a crear incluso después de muerto, con ese genial legado de ‘Los cielos cabizbajos’ que grabó Lagartija Nick.
- AA: Estamos hablando de un poeta, pero también de un músico. Se percibe en el ritmo que existe en todos los poemas incluidos en ‘Un jardín contra tu nombre’ y, cómo no, en las canciones que dejó escritas. Sus poemas, como los de Lorca, que también era músico, están llenos de armonía, melodía y ritmo, a pesar de que su escritura es complicada de cantar por la estructura que presenta. Canciones como ‘Somalia’ están edificadas con frases muy parecidas. Con un ritmo a veces apelotonado y a veces más ligero. Jesús deja una obra pulida, pero que permite trabajarla. La deja abierta, y eso es muy propio de él. Gracias a ese camino que consiguió abrir, hemos podido explorar otros mundos siguiendo la ruta que dejó trazada en el mapa y nos ha permitido conocer territorios musicales ignotos unidos a otro tipo de poesía que no suele ser frecuentada por la música. Un ejemplo es ‘Los cielos cabizbajos’.
- Buena prueba de ello es que, también como Lorca, Jesús suele repetir versos en un mismo poema. Como si pensara en un estribillo.
- AA: Ocurre, por ejemplo, en ‘Somalia’. Aunque pueda parecer paradójico, es algo muy musical, pero, al mismo tiempo, muy difícil de cantar.
- ID: Al igual que Lorca, Jesús juega con estos versos que se repiten para dar sentido a la obra. Es una herramienta lírica que le fascina. Y, además de sus propios versos, repite otros de Lorca a lo largo de toda su producción. Jesús es un poeta que cose con hilos que utiliza a menudo. Es algo que, insisto, da sentido a su trabajo y le conecta con Lorca de una manera brutal compartiendo técnicas de escritura.
- A mí me llama poderosamente la atención cómo Jesús, siendo el teórico de tantos proyectos, prefirió quedarse en un segundo plano en muchas ocasiones. Me recuerda a Juan Carlos Rodríguez, el gran ideólogo de la poesía granadina contemporánea. ¿Humildad, tal vez?
- ID: Es que ése es el lugar de los teóricos. Pero también es cierto que, para escribir con libertad, siempre se hace desde el margen. Nunca bajo los focos, encima del escenario. Un retrato de la humildad de Jesús se produjo cuando Mariano Maresca le presentó a Luis García Montero y Antonio Muñoz Molina. Estaban tratando sobre lo que después fue ‘Coplas a la muerte de su colega’. Jesús escribió en su cuaderno “¡qué maravilla! Hoy hemos podido conocer a un poeta vivo”, como algo que le sorprendió. Sin embargo, él ya había escrito miles de versos y publicado dos poemarios. Llamaba poetas vivos a los otros desde el respeto y la distancia.
- AA: También había algo de falsa humildad. Jesús conocía perfectamente el poder de su poesía. Sabía cuál era su propuesta y la calidad que tenía. Eso le hacía sufrir, porque era consciente de lo que se traía entre manos, pero nunca salía editado como él quería. Yo creo que, más allá de esa humildad, también existía un orgullo literario.
- Para terminar, ¿Cuál es la propuesta que podrá disfrutar el público que acuda este sábado a Antas?
- ID: Sería muy pretencioso por nuestra parte decir que nos gustaría “hacer Jesús”, como él mismo dice en su poema. No obstante, vamos a tratar de acercarnos a él ofreciendo una imagen lo más amplia posible de todo lo que consideramos más básico de su literatura. La búsqueda de la sonoridad en cualquier parte; la relación de música y poesía. Y sus propios poemas. ¡Ojalá venga a hablar con nosotros!
- AA: Vamos a abordar el cociente, es decir, el resultado de la trayectoria artística y musical de su obra, que es una manera de entrar en el subconsciente de mi hermano. Hemos elaborado una propuesta con puntos de ruptura que nos aproximan a su mundo interior, con canciones que llevan muchísimos años sin sonar, como ‘Coplas a la muerte de su colega’. A partir de su último poemario, hemos generado un recorrido por toda su experiencia musical y artística. Además, Isa nos acercará a su poesía y mi hermano José Ángel nos permitirá adentrarnos en la cabeza de Jesús con los recursos sonoros que tanto le gustaban y usaba.