“Yo he sido castigado por denunciar la presunta prevaricación de mi superior”

El escándalo en el funcionamiento de Medio Ambiente en el Levante almeriense parece extenderse a toda Andalucía. Un forestal –plenamente identificado por esta redacción, pero que prefiere mantener el anonimato- denunció que el coordinador provincial de Málaga hacía más de 4.000 kilómetros al mes con el vehículo oficial sólo para ir al despacho desde su domicilio



ALMERÍA HOY / 01·07·2021

- ¿Usted es agente de Medio Ambiente?
- Sí. Soy agente de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía.
- ¿Está al tanto del conflicto que existe en el Levante almeriense a partir de la denuncia de presunto absentismo cursada contra cinco forestales por el sexto miembro de la Unidad?
- Sí lo estoy.
- ¿Esta situación es conocida también en el resto de Andalucía?
- Y no sólo entre en los agentes del Cuerpo. Ha llegado incluso al Parlamento Andaluz.
- Lo que ocurre aquí ¿es un hecho generalizado? ¿se extiende a otras comarcas andaluzas?
- Ocurre en toda Andalucía. De hecho, el Sindicato Andaluz de Funcionarios (SAF) denunció en la provincia de Málaga el uso indebido de un vehículo oficial por parte del coordinador oficial de los agentes de Medio Ambiente.
- ¿Lo usaba a menudo o sólo de manera circunstancial?
- Según la denuncia, lo utilizaba todos los días para ir y volver a su puesto de trabajo en Málaga desde su domicilio en Ronda. Hacía más de doscientos kilómetros diarios en el coche oficial sólo para ir a trabajar, cuando existe una instrucción de la Secretaría General Técnica de la Consejería que lo prohíbe expresamente.
- Sin embargo, dice usted que este señor hacía diariamente doscientos y pico kilómetros con un coche oficial y gasoil de todos los andaluces sólo para ir a trabajar.
- Efectivamente. Una barbaridad. Son más de 4.000 kilómetros al mes.
- Y lo hacía el coordinador comarcal, es decir, quien tenía que dar ejemplo.
- Exacto. Yo trabajaba en una Unidad y vivía en otra, pero me desplazaba en mi coche particular hasta mi zona de trabajo, donde guardaba el vehículo oficial en una cochera.
- En el Levante almeriense se ha denunciado, entre otras posibles irregularidades, el presunto absentismo laboral de agentes, el uso particular de los vehículos oficiales y que no se registran los informes y denuncias entregados por los forestales en la Delegación, ¿son habituales esas conductas en el resto de Andalucía?
- Desgraciadamente sí, a pesar de que somos muchos los que reclamamos medidas para acabar con estas prácticas. Yo soy miembro de la Asociación de Agentes Medioambientales de Andalucía y puedo dar fe de que en el foro de la organización se está pidiendo a gritos que se realice un control a través del vehículo o del teléfono móvil oficial. Sin embargo, parece que la Administración no está por la labor.
- ¿Y eso?
- Eso tendrán que contestarlo los responsables de la Consejería. Yo lo he sufrido en mis propias carnes. No registraban mis denuncias. El secretario y el coordinador provincial me llegaron a reprochar que ponía muchas denuncias y eso era lesivo para el bolsillo de los ciudadanos. Literalmente. Me amenazaron con tomar medidas contra mí si no cambiaba de actitud. No quieren que hagamos cumplir las normas que existen para proteger el ecosistema. En otras palabras, les molesta que realicemos el trabajo para el que fuimos contratados.
- Mientras tanto, un servicio esencial como el que deberían prestar ustedes, velando por la protección de la naturaleza, presenta muchas grietas. - No funciona porque el sistema parece estar en contra. Yo conozco a muchos compañeros que realizan un magnífico trabajo. Hacen sus informes, pero, al no pasar por un registro oficial, su labor puede terminar perdida en un cajón. Es una pena llevar a cabo un trabajo pagado por todos los andaluces que se desperdicia porque el jefe de turno no lo tramita.
- ¿Usted cree que, en otros departamentos de la administración, como la Guardia Civil o la Policía, las denuncias de los agentes pueden dejar de tramitarse al arbitrio de sus jefes?
- No creo que allí ocurra lo mismo que en Medio Ambiente. Pero en defensa del Cuerpo, en el que hay grandes profesionales, son muchas las quejas que se han presentado denunciando la falta de registro de los expedientes, sin embargo, todas han quedado en nada. Desde mi punto de vista, el problema comienza porque el coordinador provincial es un puesto de libre designación nombrado por el partido que gobierna la Junta. Creo que debería ser un funcionario sin vinculación política. Del mismo modo, la plantilla disminuye progresivamente. Hace un año éramos 1.200. Hoy apenas somos 800 y no paran de jubilarse compañeros sin que se creen nuevas plazas para sustituirles. El medio ambiente es muy importante, pero no se adoptan las medidas necesarias para asegurar su preservación.
- Entonces, ¿estamos ante un cuerpo de la administración andaluza desperdiciado porque unos no hacen su trabajo y otros no lo exigen?
- Hay compañeros que dan el callo, y la mayoría de los agentes exigen que se implante un sistema de control del trabajo. Somos funcionarios públicos y la Administración debería saber dónde estamos en cada momento por la propia seguridad del colectivo. Sin embargo, parece que políticamente no interesa. La Consejería de Desarrollo Sostenible tiene los datos y las quejas de la Asociación Profesional del colectivo de agentes. Tendría que actuar, pero no lo hace.
- ¿Cómo valoran ustedes que su labor se ponga en tela de juicio por culpa de compañeros que no cumplen, coordinadores que distan mucho de dar ejemplo y los que les amparan desde las partes más altas de la Administración?
- Nos encontramos con una barrera. El que dirige es un puesto de libre designación nombrado por un partido político. Es quien debería actuar. Yo he sido castigado sin cobrar productividad por mantener el celo profesional. Por denunciar mucho, según decían, y enviar escritos de queja destapando la presunta prevaricación por parte de mi coordinador provincial.
- ¿Qué sueldo tienen ustedes?
- Unos 1.500 euros al mes.
- Y la productividad ¿a cuánto asciende?
- Se supone que va en función del rendimiento. Se reparte trimestralmente y puede suponer cien o doscientos euros. Además, en verano recibimos 1.200 euros por estar 30 días a disponibilidad del INFOCA para participar en la extinción de posibles incendios forestales. Los técnicos de esa empresa pública ganan entre 3.000 y 6.000 euros por lo mismo. Nuestro colectivo está completamente abandonado. Hace falta una ley de Cuerpos de la Administración que incluya tanto derechos como deberes, pero no existe ningún interés en que la haya.
- ¿Por qué cree que los gobiernos no quieren que los funcionarios sean eficaces?
- Yo no sé contestar a esa pregunta, pero no llego a entender que existan unos recursos pagados por todos los andaluces, personal preparado y con vehículos oficiales que no sean operativos por falta de interés en ponerlos a funcionar. A mí me gusta mucho mi trabajo y no alcanzo a comprender porque mi propio departamento me pone tantas trabas para desempeñarlo.
- ¿La falta de control incentiva el presunto incumplimiento de los deberes de una parte de los agentes? ¿de qué porcentaje estaríamos hablando?
- Creo que eso pasaría en cualquier empresa. Donde no existe ninguna exigencia, poco cumplimiento cabe esperar. Por mucho amor que pueda sentir por mi profesión, si no me tramitan las denuncias y los expedientes caducan por no darles curso, acaban echándome hacia atrás. La Administración no quiere que el cuerpo funcione, y la culpa es de la dirección de la Consejería, que valora a los amigos y no a quienes cumplen con su labor. En cuanto a porcentajes, sería una temeridad por mi parte decir alguno, pero sí puedo asegurar que son muchos los compañeros que van al mínimo porque nadie les exige unos objetivos determinados.
- Es decir, que actúan como ‘funcionarios’, en su significado menos elogioso.
- Y a quienes quieren sacar trabajo adelante, no les dejan hacerlo.
- ¿Hablamos entonces de desmotivación?
- Insisto en que el problema existe, según mi criterio, porque dependemos de un político, y creo que un agente de la autoridad, como los de Medio Ambiente, debería depender de una jerarquía ajena a los partidos y cualificada en función de unos méritos. Por eso el sistema no funciona. Imagínese hasta qué punto ocurre eso, que aquí eres malo si trabajas.
- ¿Cree que existe una solución?
- Todo tiene solución, pero es preciso voluntad. Como ya he dicho, la Asociación Profesional ha solicitado una ley de Cuerpos de la Administración como las que existen en Madrid o Cataluña, donde funcionan de maravilla. Que se articule una estructura seria en la que no dependamos de ningún político. Que se trabaje con responsabilidad, se reconozcan todos los derechos y se exijan, también, todos los deberes. Es preciso un control y una coordinación.
- ¿Qué siente por el agente del Levante que, junto a otro ya jubilado, ha denunciado presuntas irregularidades en el funcionamiento de sus compañeros de Unidad y de la Delegación?
- Siento plena solidaridad. Estoy convencido de que el sistema debería cambiar. Es preciso un control de la labor de los funcionarios. Premiar al que cumpla y castigar al que no lo haga.
- Ese agente se llama Álvaro Ramos. Se le ha insultado, se ha sacado ante él un cuchillo acompañado de comentarios que podrían interpretarse como amenazas. Todo en presencia de su jefe.
- Es que se intenta anular a quien denuncia. Nadie quiere que salgan a la luz las irregularidades que se cometen en el Cuerpo. Es inútil poner una denuncia ante la propia Administración, porque no avanza. Hay que acudir al fiscal o el juzgado. Es una pena que haya tanto jefe de servicio, consejera y viceconsejera, porque nadie hace nada. Yo he denunciado el asunto de las autorizaciones directas para la quema de residuos agrícolas. Todos saben que son ilegales, pero insisten en mantenerlas para tener al ciudadano contento. Se otorgan sin seguir ningún procedimiento administrativo. No se valoran por ningún técnico.