Más contaminación ambiental para Garrucha


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ADOLFO PÉREZ

LA NOTICIA QUE yo temía referente al puerto de Garrucha comienza a tomar cuerpo. Habrá lectores que recuerden un artículo mío de hace cuatro meses dando la noticia de que unos diputados de la Junta de Andalucía proponían la ampliación del puerto, mejor dicho, proponían la construcción de un superpuerto detrás del existente para la carga sin tasa de minerales. Además de la noticia daba cuenta de las circunstancias que concurrían en el asunto y advertía de las consecuencias para Garrucha si el proyecto se llevaba a cabo. Así las cosas, tres de los cuatro grupos políticos municipales guardan silencio sobre tan importante asunto de acuerdo con su conveniencia, salvo Ciudadanos que ha expresado públicamente su entusiasmo por tal iniciativa. Claro que llama la atención que haya afiliados locales de la cúpula de un mismo partido que mantienen escritas en público opiniones opuestas sobre este asunto.

La consejera -en el centro de la imagen- durante su reciente visita al Puerto de Garrucha.

Y lo que digo se corresponde con la visita que el sábado 11 de julio último ha realizado al puerto de Garrucha la consejera de Fomento de la Junta de Andalucía, señora Marifrán Carazo, cuya consejería gestiona el puerto a través de la Agencia Pública de Puertos de Andalucía (APPA). Según la nota de prensa publicada por su gabinete, la consejera ha aprovechado la visita para informar que se ha batido el record histórico de carga de graneles en el puerto de Garrucha, donde en junio de este año se ha llegado a 711.799 Tm. frente a las 470.000 del mismo mes del año pasado. Asimismo, ha destacado la consejera que el puerto comercial de Garrucha es uno de los principales del país dedicado a la exportación de materiales de construcción, sin que la carga se haya resentido por la pandemia respecto a 2019, año en el que se cargaron 6,5 millones de toneladas. Es evidente que la señora Carazo muestra su satisfacción con los datos aportados sobre la carga del yeso a granel.

Y añade la nota de prensa que la consejera informó de que se está estudiando la posibilidad de realizar una ampliación de estas instalaciones portuarias, y con ese fin el pasado mes de junio se licitó un contrato para analizar la situación del entorno y del mercado del puerto garruchero.

El último párrafo de la nota es determinante, textualmente dice: “Agrandar el Puerto supondría un aumento en la capacidad de movimientos de graneles sólidos en este puerto y tendría un efecto indirecto positivo muy importante en el sector primario de la minería del Levante almeriense y un impacto positivo sobre la generación de empleo tanto directo como indirecto”.

Blanco y en botella. De la simple lectura del párrafo que antecede se desprende que la APPA tiene la intención de ampliar el puerto de Garrucha para aumentar la superficie de acopio de minerales a cielo abierto, con la idea de concentrar en nuestro recinto portuario la carga de todo tipo de minerales, incluido el mineral de hierro, claro está, mineral de hierro que el pueblo de Carboneras no ha consentido que le endosen en su puerto y acaben con su bienestar y su turismo. Razón por la que parece que la APPA ha puesto los ojos en nuestro puerto pensando que nos lo tragamos todo, incluido el hierro. No sé si la consejería ha informado al Ayuntamiento sobre dicho proyecto como debe ser, pues un proyecto de ese calado debe ser conocido por la Corporación municipal.

El gabinete de prensa de la consejera dedica su nota a todo lo que tiene que ver con su proyecto portuario pasando olímpicamente de los más de ocho mil vecinos que residen en Garrucha y turistas que la visitan, una población que desde hace muchos años viene soportando injustamente el impacto de la polución medioambiental debido a los cientos de miles de toneladas de yeso que se manipulan anualmente, exactamente enfrente del núcleo urbano; polución que con esta obra aumentaría sin tasa. Para comprobar la certeza de lo que digo basta con observar en el suelo de las viviendas del Malecón las pequeñas porciones de yeso amasado por la humedad del ambiente. Y es que la única solución civilizada para dar salida a los minerales a granel a cielo abierto es construir un puerto aislado, lejos de los núcleos de población.

Mi respeto a las personas a las que les gusta el proyecto de la consejera, pero me gustaría oírles decir a esas personas cuáles son las ventajas y beneficios que tal proyecto reportaría a Garrucha, pues yo sí puedo decir que estoy cansado de aguantar la contaminación que durante cincuenta años lleva causando el manipuleo de los montones de yeso al aire libre en el puerto y las nubes de polvo que con cierta frecuencia sale de los mismos. También me cansé de soportar durante años el continuo tráfico de camiones cargados de yeso atravesando el Malecón de punta a punta, soltando polvo de yeso con el viento al no llevar lonas que lo cubrieran, con mucho ruido por los saltos de los camiones en el desnivelado suelo de tierra del paseo y el polvo que levantaban a su paso, además del peligro que tan descomunal tráfico acechaba el tránsito de las personas. Asimismo, hemos visto, con impotencia, cómo se nos ha despojado de una playa para instalar el puerto deportivo, que ahora no se quiere compensar con otra como es su obligación, sin contar con que una de las causas del conflicto del puerto fue el intento de la APPA de cerrar al público la playa del Pósito, cosa que ignoran algunos ‘listillos sagaces’, que nada saben del conflicto, son los ineptos de la política. ¿Dónde están los beneficios obtenidos del pueblo de Garrucha?

En este caso, como en otros, seguiré luchando mientras pueda en defensa de los legítimos intereses generales de este pueblo, así es que de este asunto daré cuenta a la Unión Europea en demanda de que se estudie lo que se prevé que quiere hacer la Junta de Andalucía en este puerto, para que, en su caso, actúe como proceda, pues entiendo que los mayores enemigos de Garrucha en este asunto pueden ser la resignación, la comodidad, la pasividad o el silencio.

Por último, indicar que si alguien dice o piensa - como ya se ha dicho - que en este asunto tengo algún interés personal espurio, aparte de no conocerme, sería lo propio de la maldad del palmero.

*Adolfo Pérez fue alcalde de Garrucha entre los años 1979 y 1999