Las leyes de Mendel y el spray

Mendel afirma y la naturaleza responde. La biología aplasta a cualquiera. Sin llegar a medir la distancia entre los ojos, ni la proximidad de las cejas, ni la distancia frontal hasta la boca, o la protuberancia mandibular resulta sencillo identificar a un homínido y su grado de evolución


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JOSÉ Mª MARTÍNEZ DE HARO

No es un secreto que en la política española se han encumbrado singulares sujetos delirantes. Y como dato añadido, algunos con cara de necios. Lo que muy pocos pueden añadir es un conocimiento aceptable del catalán. Raro parece, pero así son las leyes de Mendel, inexorables. Y se da el caso en tiempo presente que alguno actúa tridimensionalmente; delirante, necio y todo en catalán. Será casualidad, y a nadie me refiero, pero leo con deleite la perorata de un encumbrado político ,delirante a tope, frente a la cárcel de Lledoners, “los independentistas no debemos defendernos, vamos a atacar al Estado español”.

Mendel afirma y la naturaleza responde. La biología aplasta a cualquiera. Sin llegar a medir la distancia entre los ojos, ni la proximidad de las cejas, ni la distancia frontal hasta la boca, o la protuberancia mandibular resulta sencillo identificar a un homínido y su grado de evolución. Incluso mamíferos homínidos que cobran del Estado español al que representan, aunque sea de ese modo, en la penumbra de la caverna mental.

Atacar al Estado español, incluso al Jefe del Estado español es ya un deporte de éxito entre ciertos homínidos que también hablan catalán. Y como todo deporte de éxito está bien considerado por quienes han de hacer espetar al Estado español, incluso entre los que hablan catalán. Se entiende que el deporte crezca y el catálogo de amenazas e insultos aumente y se considere algo propio de la región, como la sardana o los castellets. No asombra pues que el Gobierno español lo acepte como parte del folcklore y la quema de banderas y fotos del Rey , escupitajos contra los símbolos constitucionales se incluyan en festivales y guías de turismo fomentado por alcaldes y concejales y jaleados por la horda con sonidos guturales diversos.

Las palabras del político encumbrado, dichas en catalán, han levantado a Mendel de su tumba y muy contento ha brindado con una copita de cava por la certeza de sus investigaciones biológicas. El sujeto delirante y necio apenas podrá distinguir donde falló el genoma. De nada le ha valido haber leído y “escribido” sobre el genoma y el ADN, ahora todo se vuelve como un boomerang certero contra su testuz y le desfigura el rictus, antes siniestro, ahora amenazante, siempre preocupante. Feliz país el que tiene siempre activados localizadores con señal remota vía satélite con un programa informático guiado por la robótica que detecta instantáneamente los gilipollas. Y cada tiempo traza un mapa y unas coordenadas que localizan en todo momento el perímetro exacto que ocupan los gilipollas. Clara ventaja si se ha de usar algún spray.

Cabe imaginar que tras la amenaza se pase a los hechos y el anunciado ataque al Estado español sea inminente y se manifieste con contundencia. Habrá que sentarse ante el televisor y contemplar los ataques de esos aguerridos saltimbanquis callejeros guiados por el jefe de manada y sus aullidos gamberros y frases ingeniosas contra el Borbón, cantando el segadors con barretina, tocando el tambor del Bruch, la butifarra, los calcots, el caganer, etc. Es sabido que todos esto está reconocido en la UNESCO junto a la Tomatina de Buñol (Alicante), los Zamarracos de Vijanera, los Momorrotxos de Alsasua y el Lanzamiento de Cabra desde el Campanario de Manganeses de la Polvorosa (Zamora), el lanzamiento de huesos de aceituna de Cieza (Murcia) o el lanzamiento de escupitajos de Villafranca del Aguar como auténticos signos de identidad que constituyen raíz de naciones para gloria y honra de las Españas. El Líder Mandibular y sus medios afines, ya sabemos cuales, dirán que no hay motivo de preocupación, que entra todo en la normalidad institucional y que es Carnaval, solo Carnaval. Y sesudos editorialistas y políticos con chistera de paja añadirán sobre de la regeneración, la verdadera democracia y la libertad de expresión, uff, todo eso.

Pero ¿ y si esto fuera en serio’. ¿Debiera prepararse el Estado español para otro tipo de ataque?. Atacar, lo que se dice atacar, es terminología bélica utilizada con propiedad por militares en el escenario de una batalla. Si de las palabras del político delirante se desprende la intención estricta cabe imaginar que quienes representan el Estado español estén en posición de alerta ya que en la amenaza de atacar cabe todo tipo de agresión. ¡¡ Ay, Señor!¡, los españoles más simples creían que esto ya había pasado y entregaron los equipamientos y pertrechos a la armada o al ejercito al finalizar el servicio militar. Siempre quedará un sapry repelente. Mano de santo.

Nota final, recomiendo a mis lectores, familiares y amigos que no lean este artículo, me he percatado que no tengo los derechos copy right de Gregor Johan Mendel y puedo meterme en un lío.