«Cerro Minado (Huércal-Overa) es la primera evidencia de minería subterránea en todo el sudeste peninsular»

Roberto Risch, catedrático de Prehistoria de la Universidad Autónoma de Barcelona


Una de las galerías explotadas desde la Edad del Cobre en Cerro Minado. FOTO: OVERA VIVA

ALMERÍA HOY / 30·09·2018

Roberto Risch, catedrático de Prehistoria de la Universidad Autónoma de Barcelona y uno de los directores de las excavaciones que se están llevando a cabo en los poblados argáricos de La Bastida y La Almoloya, en la vecina Región de Murcia, desvela la importancia de uno de los descubrimientos más recientes realizados en la comarca: Cerro Minado, en Huércal Overa, el yacimiento de minería subterránea más antiguo de todo el Sudeste ibérico.

Para el profesor Risch, Cerro Minado ha supuesto una enorme y grata sorpresa pues, a pesar de que por él han pasado muchos arqueólogos y existían sospechas acerca de que pudieran existir restos de minería antigua, “ni Siret ni ningún otro pionero de la arqueología en la comarca habían descrito nada. El francés Domergue buscaba noticias sobre la minería romana y fue el primero en hablar del hallazgo de unas mazas de minero, pero nadie le dio gran importancia al descubrimiento”.

Risch ha desvelado cómo hace un par de años, Nicolás Escanilla, un estudiante de la Universidad Autónoma de Barcelona, llegó hasta allí “para realizar unas prospecciones que nos ayudaran al equipo de La Bastida a entender mejor la minería en la Edad Argárica y detectó un tipo de maza fabricada con una piedra que no era local. Al examinarlas descubrimos que todas presentaban trazas evidentes de uso, de que habían sido utilizadas como percutores y presentaban restos de malaquita y de azurita, minerales presentes en el Cerro Minado. Es decir, fueron usadas como herramientas por mineros”.

“En una sección del yacimiento –explica el arqueólogo-, aparecieron trozos de carbón, algo que no era lógico en la minería del XIX, pero sí en la prehistoria, cuando el procedimiento que usaban los mineros era quemar la roca para que, al golpearla con los medios de que disponían entonces, fracturara mejor”.

“Los análisis paleobotánicos a que se sometieron esos trozos de carbón determinaron que la madera originaria era de lentisco, un árbol que no aparece en las fotografías del lugar tomadas en los siglos XIX y XX, y los análisis de laboratorio remontaron su origen a 4.500 años atrás, es decir, al Calcolítico, la Edad del Cobre. Más tarde aparecieron fragmentos de cerámica de esa época que corroboraron las conclusiones del estudio realizado sobre el carbón”.

“Es decir –sostiene el investigador-, podemos concluir que el Cerro Minado es la primera evidencia de minería subterránea en todo el sudeste peninsular. Es un avance espectacular, porque hasta ese momento no sabíamos de la existencia de ese tipo de minería en el Calcolítico ni en la Edad del Bronce, lo que hace de él un yacimiento único. Hasta ahora sólo se conocían algunos descubrimientos en Asturias y en León, pero no de las dimensiones tan espectaculares como el que hemos encontrado en Cerro Minado”.

“Hoy tenemos la seguridad de que la comunidad que habitó en ese lugar fue una de las primeras en explotar masivamente el cobre en galerías subterráneas, y no en trincheras como se hacía en el resto del mundo, lo que da una idea, también, de la sofisticación de su tecnología para la época. Además, se trata de una minería a gran escala, pues hemos catalogado galerías de 30 y de 50 metros de profundidad. Es algo insólito. Arqueólogos de la Universidad de Granada han detectado en Jaén algunas explotaciones similares, pero 500 años posteriores, ya en la Edad del Bronce”.

Pero la importancia del descubrimiento trasciende aún más, pues según el profesor Risch, “el mineral de Cerro Minado presenta una característica que lo hace especial, y es su riqueza en arsénico, un mineral muy tóxico que, fundido con el cobre, aporta una gran dureza y estabilidad, algo crucial en una época en la que no se conocía el estaño y, por tanto, no se podía producir bronce, que es resultado de una aleación de cobre y estaño, eso permitía fabricar armas y herramientas más resistentes y eficaces a quienes trabajaron ese mineral”.

El profesor sostiene que ahora es necesario actuar. “Lo primero es proteger y asegurar el acceso al yacimiento. Existe un peligro serio de derrumbamientos y el riesgo de accidentes es alto. Es necesario declararlo Bien de Interés Cultural. Un segundo paso sería hacer un Centro de Interpretación de la Minería en la Prehistoria. Es muy importante exponer lo hallado y ofrecer la información necesaria para que el visitante se forme una idea de lo que ocurría entonces en ese lugar. He de decir al respecto que el alcalde de Huércal Overa se ha mostrado muy receptivo y dispuesto a emprenderlo”.

“Después sería el momento de elaborar y poner en marcha un proyecto de investigación. Tenemos un ejemplo de algo similar en las minas de calaíta de Gavá, muy cerca de Barcelona. Eran unas minas subterráneas en las que se extraía esa piedra ornamental en el Neolítico y hoy, después de un excelente trabajo de restauración y musealización, la población se puede adentrar en una mina de hace 6.000 años. Es un recurso cultural, turístico y educativo de primer orden en Cataluña. Algo así se puede hacer aquí, ponerlo al servicio de la población y de las escuelas, para que los chavales conozcan su pasado y los recursos naturales de su entorno. Tienen que ser conscientes de que si no hubiese existido Cerro Minado y la tecnología que el mineral que allí se extraía hizo posible, hoy no existiría el teléfono móvil. En ciencia, los avances son continuos, pero unos son consecuencia de los anteriores”.

“El patrimonio histórico –concluye el profesor Risch- incentiva la economía y, al mismo tiempo, contribuye a mejorar el bienestar de nuestra sociedad y el placer de vivir. Es tener una vida más plena desde los puntos de vista económico, social y cultural”.


“Es urgente declararlo Bien de Interés Cultural”

El alcalde de Huércal Overa, Domingo Fernández, mantuvo una reunión en la tarde del pasado 2 de septiembre con el doctor Roberto Risch y otros profesores de la Universidad Autónoma de Barcelona en la que se esbozó un plan de actuación en el yacimiento arqueológico de Cerro Minado. “Lo primero que vamos a hacer es instar su declaración como Bien de Interés Cultural de manera urgente, pues conocemos la existencia de permisos de investigación minera en el Cerro y hemos de impedir su consolidación en explotaciones industriales que arrasarían el contenido arqueológico de las galerías”.

“En una segunda fase, procederemos a vallar y musealizar el conjunto para evitar su expolio y mostrar a los visitantes el relato y la interpretación de lo que allí puede verse”, afirma el regidor. Para tal fin, Fernández asegura que su equipo de gobierno trabaja ya en la búsqueda de financiación “tanto pública como privada”.