La manada y una más. Tragicomedia en cuatro actos

No creo equivocarme si digo que para más del cincuenta por ciento de los españoles este es el tema social más urgente de España que sobrepasa en interés y preocupación, incluso, al «procés soberanista» catalán


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CLEMENTE FLORES

«Rechazo que el poder de la mente tenga que ver con el sexo». La frase que acabo de escribir está sacada de la cabecera del Boletín Oficial de una Comunidad Autónoma y su autora es una Catedrática de reconocida y premiada valía. A mí me parece una sandez tan rotunda que bastaría por sí misma para aclarar el cacao mental, del estado del conocimiento de los temas sexuales en España, mucho mejor que todo lo que a la vista de lo que está ocurriendo hoy, pueda yo escribir para explicarlo.

El caso de 'la manada' ha ocupado, desde el día 26 de abril en que se conoció la sentencia, infinidad de portadas de periódicos, artículos de opinión, noticieros de radio y tertulias de televisión. Miles de personas se han manifestado repetidas veces en casi todas las capitales españolas y el feminismo en auge no parece que vaya a bajar la guardia en tanto no se cambie la sentencia, que ha servido, además, para enfrentar a las cúpulas del poder judicial y del gobierno. Se ha rozado una crisis de gobierno al pedir la cabeza del Ministro de Justicia. En el Congreso de los Diputados, hoy, el mismo día que escribo, han estado toda la mañana los grupos políticos luciendo sus cualidades oratorias y de conciliación para nombrar una comisión «paritaria» de unos veinte o treinta miembros para estudiar la conveniencia de cambiar el código penal vigente.

No creo equivocarme si digo que para más del cincuenta por ciento de los españoles este es el tema social más urgente de España que sobrepasa en interés y preocupación, incluso, al «procés soberanista» catalán.


Acto 1º Dice Dios: Guárdate y te guardaré. (Del refranero castellano)

Hacía varios años que los Sanfermines eran motivo de polémica porque, al socaire del relajo propio de las fiestas y por el efecto del alcohol y otras sustancias no confesadas públicamente, los rozamientos y toques a mujeres en lugares públicos habían subido de tono y se multiplicaban en Pamplona las denuncias por acoso sexual y violencia de género. El tema era de tal notoriedad que la policía municipal e incluso la foral estaban en especial alerta el 7 de julio de 2014.

Ese mismo día una joven madrileña acompañada de un amigo viajaron a Pamplona en un vehículo particular con provisiones suficientes de alcohol para no tener que comprarlo allí. Después de dejar el coche, en el cual tenían previsto dormir, fuera del control de aparcamiento de pago y provistos de alcohol se dirigieron al centro de la ciudad. Anocheciendo, cansado y afectado por lo bebido, el joven volvió al coche y la chica se quedó sola disfrutando de la fiesta.

Pasada la media noche la chica sentada en un banco entabló conversación con un miembro de los cinco que componían la manada. Los miembros de la “la manada” eran unos “prendas” que habían salido de Sevilla y habían llegado a S. Fermín en busca de sexo y emociones fuertes.
Apenas una hora después de conocerse, todos habían entrado en un portal de vecinos y habían sostenido una bacanal sexual que el guardia civil integrado en la manada, lógicamente de paisano y fuera de servicio, se encargó de grabar porque consideraba que semejante hazaña no debería quedar exenta de publicidad.

Hoy cuatro años después, cuando rememoro la escena y busco alguna relación o semejanza con alguna situación o momento de mi vida, me vienen a la memoria las imágenes de los perros callejeros copulando en alguna plazuela o rincón de mi pueblo cuando yo era niño. No creo que tuviesen menos racionalidad ni menos respeto para con ellos mismos o para los demás. ¿Regresión o progreso?

¿El cerebro? ¿La mente?Según a quien se aplique la frase de la científica,con la que hemos abierto este escrito, puede no ser una sandez.
¿Toda la polémica actual? Me recuerda la teoría del caos de Norton Lorenz. «El aleteo de una simple mariposa aquí, puede provocar un tornado al otro lado del mundo».


Acto 2º. Mateo 7.2. «Con el juicio con que juzguéis, seréis juzgados»


La publicación de la sentencia el 26 de abril, unos cuantos meses después de acabado el juicio, levantó la polémica. Hubo falta de unanimidad en los tres jueces que actuaron y uno de ellos redactó un voto particular, discrepante. La condena de 'la manada' a nueve años de cárcel está basada en catalogar los hechos como agresión sexual y no en violación.

La diferencia entre uno y otro delito 'legalmente' está basada en probar que los actos se hayan consumado existiendo violencia e intimidación de por medio.Los juristas entienden que para que exista violencia en la agresión sexual la víctima debe acceder bajo el imperio de una presión física irresistible que anule su libertad sexual.

El juez discrepante no encontró pruebas suficientes de que la mujer fuese forzada y que se opusiese con todas sus fuerzas a ser vejada. ¡Menudo chaparrón le ha caído!

Los miles de hombres y sobre todo mujeres, que han recorrido manifestándose las calles de nuestras ciudades, piensan de forma distinta. Lo ocurrido «No es abuso, es violación» según pregonan sus pancartas. Asociaciones de mujeres y muchos hombres, defienden que si una mujer no da su consentimiento de forma expresa ningún varón ni ninguna 'autoridad' puede entender que da su consentimiento. El testimonio de mujeres violadas incide en que la humillación y el terror del momento anulan totalmente el libre razonamiento.

Se ha puesto en duda la capacidad del juez e incluso algún conocido jurista ha publicado que el juez tiene mentalidad de violador. ¿Era suficiente la literalidad del Código Penal para que el juez pudiese valorar la intimidación cuya naturaleza es, claramente psíquica? ¿Conocía que lo que significa intimidación para la Real Academia de la Lengua, no coincide con lo que significa para el código penal?

Puestos a pensar, ahora todos concluyen,que la cualificación del delito y su gravedad, son materias opinables según el Código Penal y que dependen de la interpretación que haga el juez,que puede no tener ninguna formación específica para valorar las pruebas concretas sobre el caso, ni la sensibilidad para conocer la realidad social circundante.

La opinión popular sobre el funcionamiento de la justicia no es buena según recogen los sondeos oficiales, y tiene mucho que ver con el caos normativo y con las sentencias absurdas y contradictorias sobre un mismo tema, en base a la interpretación libre de las leyes por los jueces y a la prepotencia e infalibilidad de que presumen, paralela a su ignorancia manifiesta en ciertos temas específicos según se desprende de sus sentencias.

El resultado de una sentencia, sea cual sea la norma y su aplicación, debería tener un carácter moralizante para imponer lo que es correcto de acuerdo con la ley y con lo admitido por la sociedad. Si la sentencia no es moralizantese desautoriza por sí sola, al ir contra el sentimiento de la comunidad.En el caso de la manada, al juez le costará mucho convencer acualquiera, de que cinco hombres de complexión fuerte, en un local cerrado no intimidaban a una chica que, como mínimo, estaría bastante disminuida por el alcohol.

La manada y una más. (Tragicomedia en cuatro actos) 2ª Parte
“Rechazo que el poder de la mente tenga que ver con el sexo”
La frase está sacada del Boletín Oficial de la Comunidad de Galicia y creo que no necesita aclaración ninguna. Dada la poca importancia que se da al cerebro me pregunto ¿Podría juzgarse a alguien por cualquier conducta estando el sexo por medio?
Sobre el caso de “la manada” se han escrito cientos de artículos desde que el día 26 de abril se conoció la sentencia. Esta es la 2ª parte de un artículo recogido en dos entregas que hemos recogido en cuatro actos.


Acto 3º A río revuelto ganancia de pescadores

La temporada de caza de votos está siempre abierta. Cualquier movimiento del público hace que los políticos se lancen al ruedo buscando réditos electorales. El ministro de justicia lanzó unas declaraciones con motivo de la sentencia de la manada y sin que acabase de concluir su perorata se habían lanzado sobre su cuello todas las asociaciones de jueces y fiscales y todos los partidos políticos. ¿Qué aclaró y a quién, diciendo que el juez discrepante «tiene algún problema singular que todos conocemos?»

La intromisión de Catalá no venía a aportar nada nuevo a la sentencia debatida y era totalmente inoportuna porque, en un momento en que son más criticadas y sufren un desgaste mayor las instituciones de justicia que están dando la cara en Cataluña, no es mejor momento para que el ministro contribuya a fomentar la desconfianza. Por otro lado, de sus declaraciones parece desprenderse que él, el ministro del ramo, no tenga nada que ver con el mal funcionamiento de la justicia y con la idoneidad de las leyes en vigor y pretenda eludir la responsabilidad intentando que miremos hacia otro lado.

En sus relaciones con la justicia inevitablemente me recuerda al Sr. Montoro que, desde el 2015 lleva controlando las finanzas de la Generalitat y, no es capaz de aclarar quién y cómo paga las fiestas y las vacaciones de Puigdemont. Incluso se permite declarar, asombrando a todos los españoles, que en el caso catalán no ha habido malversación. ¿Qué se entenderá por malversación en las alturas en que se mueve el Sr. Montoro?
¿Hubiese sido igual todo el guirigay que se ha formado si las instituciones hubiesen cumplido mínimamente con sus obligaciones y con los compromisos que habían firmado?

España ratificó en su día, el Convenio de Estambul sobre prevención y lucha contra la violencia de la mujer y la violencia doméstica. En concreto las Cortes Generales concedieron su consentimiento para ese compromiso, en febrero del 2014. El Convenio de Estambul establece entre otras cosas tolerancia cero con respecto a la violencia contra la mujer. ¿Qué han hecho El Gobierno y El Congreso si han seguido manteniendo sin modificaciones el mismo Código Penal? ¿A qué viene ahora, hacer con urgencia una Comisión Paritaria para elaborar propuestas de modificación? ¿Por qué aquí cuesta tan poco incumplir los compromisos sean cual sean las consecuencias que se deriven de ello?

Creo que un político profesional debe saber cuándo romper su silencio porque tiene que hablar y cuándo debe callar y mantener su silencio. Creo que ambos ministros están escupiendo en el plato que comen. Al poder judicial no le gustan ni tolera las críticas. Entienden que no van con el oficio. ¿Tienen los ciudadanos, derecho a criticar las sentencias judiciales?

A las asociaciones de jueces y fiscales que hoy acosan en manada al ministro, hay que recordarles que los jueces no son infalibles y que ni el mismo Papa presume ya de ello. Los jueces cometen pifias difícilmente explicables y ellos, las asociaciones de jueces y fiscales, son los primeros que actuando como grupos de presión y de interés critican cuando quieren las actuaciones de otros poderes.

Las asociaciones de jueces y fiscales, no hay más que repasar sus nombres, progresistas, conservadores, independientes etc. tiene su propia ideología con lo cual debíamos preguntarnos hasta qué punto han servido para que los partidos colonicen ciertas instituciones judiciales, aunque ahora reclamen su total independencia. La independencia judicial, a la hora de dictar una sentencia, nadie la cuestiona, ni la pone en duda, pero una cosa es aceptar la sentencia y otra opinar sobre lo que dicta el juez que es un funcionario de justicia. ¿Cómo explican las citadas asociaciones que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos corrija al todopoderoso Tribunal Constitucional cuyas sentencias no son recurribles?


Acto 4º. Honra con tinta lavada, más manchada

Uno de los grandes peligros de los tiempos actuales es la posibilidad de crear estados de opinión con pocos medios y con argumentos falaces sin necesidad de contrastación alguna. Los que hemos vivido en un pueblo conocemos la falta de libertad con que se vive en pequeñas comunidades por miedo al qué dirán. Hoy con la actual facilidad para comunicarse resulta fácil crear estados de opinión que se extienden como la pólvora condicionando las ideas y pensamientos de miles de personas. Esta multiplicación de mensajes no supone ningún gasto o esfuerzo porque puede realizarlas una simple máquina programada para ello.

Las redes sociales son un peligro cuando se utilizan para crear opiniones personales interesadas y por eso las utilizan los partidos políticos y los grupos de poder. Sabiendo que las masa son manipulables no hace falta buscar la verdad o reflexionar sobre ella, para crear estados de opinión y lanzar las masas a la calle.

El movimiento feminista está cargado de razones para luchar por la igualdad de derechos y avalado por la historia para hacerlo. Hoy con el tema de la manada ha salido multitudinariamente para protestar por la sentencia. He copiado algunos eslóganes de una de sus manifestaciones.
'Contra la violación castración', 'Somos mujeres no vamos a parar', 'vosotros machistas sois los terroristas', 'No es un caso aislado, se llama patriarcado', 'Tranquila hermana aquí está tu manada'. Hoy por hoy es un movimiento imparable sin límite en sus aspiraciones.

Parecía que no se podía llegar más lejos en el tema de la manada. Las leyes y la justicia, como ocurre con la educación o la sanidad, se han politizado y una vez adobadas por los partidos políticos se han arrojado a las masas ávidas de emociones y de grandes temas de discusión.
Ha habido más. Cuando estábamos más tranquilos y nadie esperaba comentarios más fuertes, alguien ha colgado en internet las escenas y relatos más morbosos y más íntimos del suceso. Ha sido una crucifixión pública en toda regla.

Dicen los estudiosos que las secuelas de agresiones sexuales violentas duran para siempre. En el caso de 'la manada' no sabemos cuáles serán las secuelas de los actos ocurridos la noche de S. Fermín, pero creemos que las secuelas de la parafernalia mediática que se ha formado y sobre todo la publicidad minuciosa y gratuita de los hechos, aireados en internet, acompañarán toda la vida a la víctima.

Hemos de acabar. Queríamos hablar de justicia y no de mafias. Cuando un pastor de mi pueblo que andaba en babia, vio que las cabras andaban a sus anchas en el trigo dijo con rotundidez Cómo está hoy el ganao. Pues eso.