Hoy el recóndito y bello pueblo de Carboneras es más conocido en el mundo porque el youtuber y sicario jubilado, Jhon Jairo Velásquez, «asesino de confianza de Pablo Emilio Escobar Gaviria», y que tiene el estimable récord de 300 asesinatos de propia mano, lo ha puesto, confiemos en que haya sido «gratis et amore», en el mapa
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JUAN LUIS PÉREZ TORNELL
Hubo un tiempo, créase o no, en el que los pueblos se promocionaban haciendo uso de los poetas locales. Se convocaban los llamados 'Juegos Florales', inocente convocatoria a la que concurrían vates, comarcales o de regional preferente, para glosar competitivamente la belleza de las mujeres, la primacía de sus vírgenes y santos sobre los del pueblo de al lado o la excelencia de sus embutidos.
El exiguo premio era siempre la «flor natural» o la publicación de la obra premiada. Un poeta que se precie ha de morir de inanición.
Siempre ha sido nuestra tierra tan fértil en poetas como escasa en científicos. Y a mi no me parece mal. Cada suelo y cada clima dan un producto específico: Jabugo jamones y España poetas. En estos tiempos, sin embargo, «o tempora, o mores», los poetas, como quería Platón, han sido desterrados al infierno de la indiferencia como castigo a su escasa productividad económica. Vicente Aleixandre, en este contexto, ha sido suplantado en el arrobamiento popular por personajes como Cristiano Ronaldo, Paquirrín o Charles Manson. Éste último, ya anciano, recibía en la cárcel, en la que falleció sin redención, fervorosas peticiones de matrimonio de adolescentes lunáticas, que las autoridades penitenciarias, con inhumana crueldad, le impedían consumar.
Los criminales, siempre que no sean excesivamente vulgares y ,antes bien, destaquen por la singularidad o cuantía de sus crímenes, llaman la atención morbosa de la sociedad, y ese interés se traduce en dinero o en visibilidad. «Que hablen de uno aunque sea bien», es la premisa que desplaza cualquier otra consideración en el mundo de la publicidad, del arte y del espectáculo. Pues bueno.
Hoy el recóndito y bello pueblo de Carboneras es más conocido en el mundo porque el youtuber y sicario jubilado, Jhon Jairo Velásquez, «asesino de confianza de Pablo Emilio Escobar Gaviria», y que tiene el estimable récord de 300 asesinatos de propia mano, lo ha puesto, confiemos en que haya sido «gratis et amore», en el mapa.
Aunque los etarras, felizmente jubilados en estos días, con observadores internacionales y banda de música, uno a uno, no le llegan a los talones a este hombre, estajanovista del asesinato, esta sociedad nuestra, dispuesta a comer de todo, podría llegar a darles la oportunidad de reinsertarse trabajando en la Diputación o en alguna televisión autonómica que yo me se. Hay que ganar audiencia.
Ha pasado un poco desapercibido un reciente mítin en el que el etarra 'Kubati', unos mediocres trece asesinatos en su haber, glosaba la figura de otra etarra, 'Yoyes', eludiendo, como si le fuera ajena, la circunstancia de que fue él mismo el que la ultimó delante de su hijo de tres años.
Hace ya mucho tiempo. Y todo el mundo merece una segunda oportunidad. No seamos tan crueles como los carceleros del pobre Charles Manson.
Si uno teclea en Google “Jhon Jairo Velásquez” para conocer detalles de este hombre tan dicharachero, le salen 313.000 resultados. Si se teclea “Vicente Aleixandre”, para saber quien demonios fue, se obtienen 520.000. Todavía le lleva cierta ventaja el poeta. Pero está muerto.
El exiguo premio era siempre la «flor natural» o la publicación de la obra premiada. Un poeta que se precie ha de morir de inanición.
Siempre ha sido nuestra tierra tan fértil en poetas como escasa en científicos. Y a mi no me parece mal. Cada suelo y cada clima dan un producto específico: Jabugo jamones y España poetas. En estos tiempos, sin embargo, «o tempora, o mores», los poetas, como quería Platón, han sido desterrados al infierno de la indiferencia como castigo a su escasa productividad económica. Vicente Aleixandre, en este contexto, ha sido suplantado en el arrobamiento popular por personajes como Cristiano Ronaldo, Paquirrín o Charles Manson. Éste último, ya anciano, recibía en la cárcel, en la que falleció sin redención, fervorosas peticiones de matrimonio de adolescentes lunáticas, que las autoridades penitenciarias, con inhumana crueldad, le impedían consumar.
Los criminales, siempre que no sean excesivamente vulgares y ,antes bien, destaquen por la singularidad o cuantía de sus crímenes, llaman la atención morbosa de la sociedad, y ese interés se traduce en dinero o en visibilidad. «Que hablen de uno aunque sea bien», es la premisa que desplaza cualquier otra consideración en el mundo de la publicidad, del arte y del espectáculo. Pues bueno.
Hoy el recóndito y bello pueblo de Carboneras es más conocido en el mundo porque el youtuber y sicario jubilado, Jhon Jairo Velásquez, «asesino de confianza de Pablo Emilio Escobar Gaviria», y que tiene el estimable récord de 300 asesinatos de propia mano, lo ha puesto, confiemos en que haya sido «gratis et amore», en el mapa.
Aunque los etarras, felizmente jubilados en estos días, con observadores internacionales y banda de música, uno a uno, no le llegan a los talones a este hombre, estajanovista del asesinato, esta sociedad nuestra, dispuesta a comer de todo, podría llegar a darles la oportunidad de reinsertarse trabajando en la Diputación o en alguna televisión autonómica que yo me se. Hay que ganar audiencia.
Ha pasado un poco desapercibido un reciente mítin en el que el etarra 'Kubati', unos mediocres trece asesinatos en su haber, glosaba la figura de otra etarra, 'Yoyes', eludiendo, como si le fuera ajena, la circunstancia de que fue él mismo el que la ultimó delante de su hijo de tres años.
Hace ya mucho tiempo. Y todo el mundo merece una segunda oportunidad. No seamos tan crueles como los carceleros del pobre Charles Manson.
Si uno teclea en Google “Jhon Jairo Velásquez” para conocer detalles de este hombre tan dicharachero, le salen 313.000 resultados. Si se teclea “Vicente Aleixandre”, para saber quien demonios fue, se obtienen 520.000. Todavía le lleva cierta ventaja el poeta. Pero está muerto.
