Mi familia, mi tierra, mi país

Nuestra comarca, que ha sido históricamente una olvidada de la Administración, llenó las carreteras de letreros «Más agua, más árboles» para que Franco los leyese en su visita a primeros de mayo de 1956


Clemente Flores.

CLEMENTE FLORES

El tiempo, La cuarta dimensión, lo solemos medir mal, dado que su duración se nos hace muy corta o muy larga dependiendo del estado anímico con que lo vivamos. Por eso es una osadía escribir y opinar sobre asuntos actuales, cuando sabes la rapidez con que cambian las cosas y conoces que lo que escribes no se va a publicar hasta dentro de, al menos, quince días. Sepa el lector que lo que lea, está escrito un mes antes como mínimo.

MI FAMILIA

Hoy. Mi hermano mayor, Simón, cumple ochenta y cinco años. Hace sesenta y tres años, en 1954, cuando tenía veintidós, emigró para buscar trabajo en Barcelona. Se bajó del tren en la estación de Sans, porque corría peligro de ser expulsado de Cataluña si le localizaban bajándose en la estación de Francia, donde la policía estaba al acecho para cazar a los emigrantes que llegaban desde Almería.
Cinco años antes de marchar, había tenido que falsificar la edad para trabajar como maestro encofrador en la construcción del puerto de Garrucha, donde acudía todos los días en bicicleta desde Mojácar.

Hoy. —recuerdo al lector que esto está escrito hace quince días— un par de conocidos sujetos deben contestar sobre si han declarado o no la independencia de Cataluña. Estos sujetos y otros de su calaña piensan que sus genes son mejores que los de personas, como mi hermano Simón, que nacieron en una tierra en la que jamás ningún gobierno había invertido una peseta para darle agua o montar industrias que acabasen con la emigración. Honestamente pienso que mi hermano Simón, que tiene los mejores genes de sus numerosos hermanos, no tiene nada que envidiar, en cuanto a genes, a este par de personajes.

Hoy. Le han hecho una oferta de trabajo a mi sobrino Antonio. Mi sobrino Antonio, alguno de cuyos genes deben coincidir con los de mi hermano Simón, fue premio extraordinario en su graduación de ingeniería en la Universidad Complutense de Madrid y tras una larga estancia investigando en Alemania se ha doctorado allí con los máximos honores académicos. La oferta que hoy le han hecho viene del otro lado del Atlántico y lo es de una empresa puntera de investigación en tecnología de sistemas informáticos. Le facilitan ayuda para instalarse y le resuelven todos los problemas que permitan y faciliten su incorporación al país y la ciudad donde trabajará. En diez largas entrevistas de más de una hora cada una, realizadas a miles de kilómetros de distancia, le han ido estudiando su personalidad, sus conocimientos y su capacidad.

Han pasado sesenta y cinco años desde que mi hermano Simón llegó a Cataluña y a mi sobrino Antonio le han hecho una oferta desde EEUU. Mi hermano Simón se retiró como empresario y se marchó de Barcelona. Mi sobrino tiene sus esperanzas y expectativas en un gran país donde se valora a las personas con criterios distintos a los derechos heredados. En España los techos están demasiado marcados por la cuna. Ninguno de los dos, por criterios distintos, puede entender que las autoridades catalanas pagadas por todos, estén fabricando fronteras artificiales sin más justificación que una sarta de mentiras evidentes y encadenadas. Ellos con su vida y con su ejemplo son la mayor justificación de lo que han cambiado los tiempos.

MI TIERRA

La moderna agricultura almeriense de cultivos hidropónicos e invernaderos nació en los años sesenta con los cultivos de campos enarenados. Desde entonces no ha dejado de crecer y modernizarse luchando contra la escasez de agua, que es su símbolo de identidad y su mayor enemigo. Hoy es para mí un día de añoranzas y recuerdos.

Nuestra comarca, que ha sido históricamente una olvidada de la Administración, llenó las carreteras de letreros «Más agua, más árboles» para que Franco los leyese en su visita a primeros de mayo de 1956. En 1961 llegó al Saltador, en Huércal Overa, con los ministros de Agricultura y Obras Públicas para comprobar los trabajos llevados a cabo por el Instituto Nacional de Colonización y la Empresa Nacional Adaro. «El Caudillo nos ha ordenado no cejar hasta descubrir la última gota y nosotros no descansaremos...»

Luego vino el Trasvase Tajo-Segura, cuya idea se había gestado en 1932 durante la República (OM de 30-07-66). Cuando a mediados de los ochenta se acabaron las obras del Pantano del Almanzora se completaba la posibilidad de trasvasar 1.000 Hm3 al año.

Atrás quedaba olvidada una larga historia de celebraciones y duelos. Me vienen a la cabeza los grandes festejos de Cuevas y Garrucha por la inauguración de sus abastecimientos y los muertos en Antas y Mojácar por las disputas del agua en los ochenta del siglo XIX. Cuevas, con la construcción del pantano, se liberaba de la pesadilla de riadas como “la del diluvio” de 1568, la de Santa Teresa de 1879 o la más cercana de octubre de 1973.

Dura poco la alegría en casa del pobre. Acabadas las infraestructuras para el trasvase, se comenzó a oír aquello de que «el sudeste nos roba» y nadie se encargó de decir y demostrar lo contrario.

El soniquete consentido y sostenido ha sido de tal calibre que para anular los trasvases prometidos, se ha puesto como ejemplo a California, siendo así que allí viven gracias a los gigantescos trasvases construidos. Posteriormente y tras largas campañas de concienciación se ha querido sustituir el caudal de los trasvases por la aportación de las desaladoras y nadie ha afrontado ni se ha responsabilizado de este fraude intelectual, económico y social de tanto calado.

Hoy, más de 5.000 personas convocadas por la Mesa del Agua, se ha manifestado públicamente ante la mole cataléptica de la desaladora del Almanzora, que es un monumento a la ignorancia y el despilfarro. Han querido dejar patente la necesidad imperiosa de agua que tiene la comarca y la injusticia que se sufre al no disponer de la necesaria.

Se han manifestado públicamente pidiendo arreglar la desaladora del Almanzora, con aportaciones de las organizaciones privadas presentes, hacer una nueva desaladora con fondos privados y con la ayuda de la Junta de Andalucía, y ampliar la desaladora de Carboneras. ¿Son las desaladoras la solución que esta tierra necesita? ¿Por qué pedir tanta urgencia para que la Audiencia Nacional actúe en Cataluña y tener tanto interés en que no intervenga en la desaladora del Almanzora?

Pienso que alguien se debería molestar en comparar los caudales de agua que se han producido en la desaladora de Carboneras y en el conjunto de las desaladoras construidas, y los comparase con los realmente producidos. Tendría muchas dificultades para justificar la petición de que se construyesen nuevas desaladoras.

¿Tratamientos terciarios? ¿Cuándo saldrán algunos pueblos de la ilegalidad en que se encuentran por no practicar ningún tipo de depuración de sus aguas residuales?

Despotricar de la posición dominante de las eléctricas es algo a lo que cualquiera puede sumarse sin grandes cuestionamientos morales, pero decir que éstas dejan los embalses vacíos para producir kilovatios es falsear la verdad porque existen prioridades establecidas legalmente entre los distintos usos y comisiones de desembalses, compuestas por la Administración Hidráulica, las distintas Administraciones y los usuarios, que periódicamente se reúnen para compatibilizar las concesiones de caudal con otras necesidades de acuerdo con las prioridades establecidas dentro de unos horizontes temporales.

¿MI PAÍS?

Puigdemont tiene que contestar hoy al requerimiento de Rajoy y, acaba de hacerlo. ¿Dónde vas? Le preguntan, y él contesta «Traigo manzanas». Se ha puesto en marcha un diálogo de comedia bufa que sólo pueden entender los «iniciados» en el lenguaje de los chamanes, y que puede acabar en tragicomedia. Para evitar caer en la depresión y el desconsuelo he tenido el acierto y la suerte de recurrir a Cervantes. Su Retablo de las Maravillas es una descripción anticipada en varios siglos de la situación que vivimos haciéndonos entender algunos recovecos de la condición humana. El retablo es un entremés muy corto y sería una maravilla que, al menos por un solo día, sustituyese al telediario de todas las televisiones del país. Este es un gran día para serenarse leyéndolo.

Cervantes nos proporciona un agrio discurso sobre la mediocridad de los gobernantes y sobre la decadencia ética de la sociedad y culpabiliza a la sociedad de los males que sufrimos porque respalda a todos los imbéciles mendaces, que están en el poder. De esta sociedad de opinantes sin conocimientos y palmeros sin música, critica en primer lugar a aquellos imbéciles, que considerándose ilustrados, difunden y proclaman ideas y opiniones ajenas que tienen origen en mentes mediocres e interesadas que banalizan sus mensajes al servicio del poder.

Su agrio discurso sobre los mediocres que están en todas las esferas y ámbitos del poder se contrapesan en la balanza con una sociedad donde se manifiestan las bajezas de la condición humana, en un momento en que esa sociedad ha perdido interés y ha restado importancia a ser honesto, a tener un corazón noble, a despreciar al avaro y a condenar los abusos con que actúan los poderosos contra los débiles. La sociedad del momento no condena la rapiña en los negocios privados, ni la prevaricación, la mentira y la hipocresía en los públicos, y así premia a los necios y corruptos votándoles de nuevo cuando, llegado el momento de perderlos de vista, les mienten desviando su atención de los auténticos problemas y les prometen un futuro tan lejos de la realidad como las huríes y los cielos plenos de placeres terrenales, que prometen los imanes a los automártires de la yihad.

A las autoridades parece no preocuparles las empresas que se van de Cataluña y la ponzoña inoculada en el tejido social que se corrompe y corroe enfrentando los sentimientos artificiales creados entre miembros de una misma familia. Es un gravísimo problema creado por los políticos que en el momento en que comienzan a verse superados por los hechos, recurren a esas masas de ciudadanos que acuden, como borregos guiados por el pastor y sus perros, portando banderas y comportándose como figurantes o marionetas del retablo cervantino. ¿Es éste el mayor problema que tiene mi país? Si es así, el problema debe arreglarlo quien lo creó por su acción y voluntad o quien, por omisión, haciendo dejación de sus funciones, lo dejó crecer. He comenzado contando la situación presente referente a dos miembros de mi familia de edades y formaciones muy dispares. En situaciones históricas distintas, por motivos diferentes y motivaciones similares, ambos recurren a la emigración. Da para pensar que después de cuarenta años haya tanta gente que sepa tan poco de los fundamentos del sistema democrático, que lo respeten tan poco y que lo exijan al trágala. Cuando dos lobos y una oveja pretenden decidir democráticamente lo que van a comer, la votación sólo cobra sentido cuando quien sostiene la metralleta es la oveja.

El entremés de Cervantes hace volver el pueblo a la realidad cuando llega el ejército y los vecinos han de cumplir con la obligación de albergar a los soldados en sus casas. Veremos, con el tiempo, como acaba este entremés.