Parásitos, instrusismo y sequía amenazan la apicultura

Almería es, con diferencia, la provincia andaluza con más apicultores (1.059) y con más colmenas (128.638)




ALMERÍA HOY / 12·02·2018

Daniel reside en Albánchez, tiene 52 años —es apicultor desde que tenía 17— y ha explicado a ALMERÍA HOY cuáles son los principales retos a los que se enfrenta la apicultura en un mundo donde, en la última década, la producción de miel ha caído hasta un 50% en algunas provincias españolas. Eso, sin olvidar la alta mortandad que sufren las abejas en los últimos años.

Las razones que explican ese descenso de la producción apícola son varias; entre las principales se encuentra la sequía que padece España, y que afecta irremediablente a la vida de las abejas. También, la proliferación de enfermedades y parásitos como la verrea, e incluso, como admite el propio Daniel, «los que se meten a apicultores sólo para cobrar las ayudas, pero no se molestan en cuidar los panales».

«Debería haber ayudas teniendo en cuenta el volumen de producción, y no el número de colmenas, porque así no se cuidan como se debe. Hay que dedicarle tiempo a las colmenas, que hay muchos que vivimos de esto, pero también hay muchos que no se molestan en cuidarlas», afirma Daniel, que actualmente mantiene unas 2.600 colmenas.

Y es que, según nos cuenta, desde el año 2002 la producción de miel «va para abajo», si bien el último año se produjo un repunte. «Fue un año donde llovió más de lo normal», señala. De hecho, Daniel recogía unos 95 kilos por colmena, 20 kilos por colmena más de lo que sacó un año atrás. «El año pasado fue muy bueno, pero sólo en la provincia de Almería; en el resto de España fue horrible», matiza.

Almería es, con diferencia, la provincia andaluza con más apicultores. Según datos de la Junta de Andalucía consultados por este medio, existen 1.059 apicultores en suelo almeriense con unas 130.000 colmenas; la segunda provincia andaluza, Málaga, no llega a los 750 apicultores, rondando las 90.000 colmenas.

Otros aspectos que afectan negativamente a los apicultores son la contaminación y el uso de determinados productos sobre árboles frutales como naranjos.


Ayudas y problemas de etiquetado

Sánchez Haro, consejero de Agricultura, recordaba a finales de 2017 que desde la Junta se viene insistiendo en la necesidad de proteger más a consumidores y apicultores, modificando la norma de comercialización de la miel, establecida por el Ministerio del ramo, y la Directiva Europea relativa a la miel, para poder especificar en el etiquetado que el origen es España.

El consejero señalaba entonces que su departamento es consciente de las denuncias existentes por parte del sector por la adulteración de la miel de origen chino importada por la UE, así como de la competencia desleal existente. Por ello, ha indicado que para afianzar la posición comercial de los apicultores y proteger también a los consumidores, la Consejería ha puesto en marcha medidas como el Decreto de Venta Directa, para que los productores obtengan mayor valor añadido y rentabilidad, ofreciendo directamente sus productos en los mercados de cercanía.

Asimismo, ha resaltado el papel fundamental de la apicultura en la conservación de la biodiversidad, el desarrollo de muchos cultivos, el medio ambiente y la generación de empleo en el medio rural. «Estas razones fundamentan el compromiso que la Consejería de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural tiene con el sector, ya que se ha resuelto el pago de las ayudas 2017 del Programa Apícola Nacional por más de dos millones de euros. En la primera semana de septiembre se abonaron 5,5 millones de euros de la ayuda agroambiental de 2016, de los que cerca de 123.000 euros han sido para la apicultura ecológica», cifras que, a juicio de Sánchez Haro, «materializan» el compromiso de la Junta de Andalucía con el sector apícola andaluz.