ASAJA da la voz de alarma ante la alta mortandad de abejas

La situación, denunciada hace escasos días por Greenpeace, podría verse agravada a causa de las condiciones climatológicas


Apicultor muestra sus abejas muertas. | Greenpeace.

ALMERÍA HOY / 18·02·2016

La Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (ASAJA) en Almería ha expresado este viernes su preocupación por «la alta mortandad» que se está registrando en las colmenas de abejas, y que podría verse agravada «por la climatología».

La falta de precipitaciones, explica la organización en una nota, está provocando la escasez de alimento en el campo, circunstancia que ha empeorado tras las últimas heladas.

«Después de un otoño y un invierno cálidos y muy secos en la provincia, los apicultores se muestran muy preocupados por las perspectivas de una nueva campaña de miel con pérdidas si no se producen cambios significativos», apuntan desde ASAJA, recordado que «la campaña pasada ya finalizó con unas pérdidas en la recolección de miel que rondan el 80%, debido, entre otras cuestiones, a la falta de precipitaciones y a las altas temperaturas, que repercuten de forma muy negativa en la floración de árboles y plantas que constituyen el alimento de estos animales».

En este sentido, advierte asimismo de que «el adelanto de la floración, truncada por las heladas de estos días, ha provocado que las flores de los árboles se pierdan, y con ellas el alimento de las abejas».

«Además de todos estos factores, influyen cuestiones como el empleo de productos fitosanitarios nocivos para estos animales y a la presencia de enfermedades», apunta la organización, al tiempo que lamenta las dificultades del sector «para poder mantenerse y mantener la población de abejas, que en Andalucía tienen un peso importante dentro del sector ganadero».

Por todo ello, subraya, «desde ASAJA queremos destacar el papel esencial que las abejas juegan en la naturaleza, fundamentales para la polinización, que permite el mantenimiento de especies vegetales y de muchos cultivos».

«Estos animales se encuentran seriamente amenazados», y es preciso tener en cuenta que «alrededor del 84% de las especies vegetales dependen de la polinización que realizan las abejas, por lo que si no se dan las condiciones para que éstas puedan realizar su trabajo, todo el medio natural se resiente».

Para ASAJA, concluye, es fundamental «tomar conciencia de lo necesarios que son estos animales, y que desde las Administraciones se pongan en marcha todas las medidas que estén a su alcance para garantizar su supervivencia».


En línea con Greenpeace

El llamamiento de la patronal agraria llega apenas dos días después de que Greenpeace alertase de «muertes masivas de abejas en Valencia, Murcia y Andalucía».

«Cajas llenas de abejas muertas y colmenas sin prácticamente actividad es lo que se han encontrado durante las dos últimas semanas los apicultores de diferentes comunidades autónomas españolas», denunciaba entonces la organización ecologista, que, no obstante, abordaba principalmente la situación en la Comunidad Valenciana y la Región de Murcia, donde, según afirma, «estas mortandades están coincidiendo precisamente con fumigación de los árboles de floración temprana, mayoritariamente nectarinos y melocotoneros».

En un comunicado, Greenpeace citaba informes de la Agrupación de Defensa Sanitaria Apícola (apiADS) de la Comunidad Valenciana, para advertir del «uso indiscriminado de plaguicidas muy peligrosos para las abejas durante la floración, como pueden ser el clorpirifos —presentes en 80% de las muestras de abejas muertas recogidas en 2014—, el dimetoato —68% de las muestras— y el imidacloprid —32% de las muestras—». Añadiendo que en «otros años y en otros sitios se han encontrado otras sustancias como por ejemplo el metiocarb o el fosmet, clasificados también como muy peligrosos para las abejas».

La organización incluía además el testimonio de Enrique Simó, apicultor y veterinario de la apiADS, quien relataba cómo «en estas dos semanas se pueden haber muerto unas 225.000 abejas de mis 50 colmenas, lo que supone el 50% de la población adulta, pero cuando empiece la floración de los cítricos caerán como hojas en el otoño. Muchos compañeros huyen de Valencia con sus colmenas cuando empieza la floración de los cítricos».

«Ante esta situación solo hay una solución. Las autoridades competentes deben extremar los controles para que no se sigan aplicando estos productos. En segundo lugar se debe poner en marcha un plan de acción integral para salvar a las abejas y otros insectos polinizadores que contemple un calendario claro para la eliminación de los productos peligrosos para las abejas, empezando por los más dañinos —en España están autorizados más de 300 insecticidas en cuya ficha de registro indica que son peligrosos, incluso algunos muy peligrosos, para las abejas—. Por último, se debe apostar decididamente por la agricultura ecológica, la única solución de futuro», concluía.